El huevo en Tishá BeAv

Incluso nuestros problemas son producto de la Providencia Divina de Hashem, especialmente adaptada hasta el más mínimo detalle para nuestro mayor beneficio.

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Posteado en 02.08.22

La antigua costumbre ashkenazí para la Seudat Mafseket, la comida final antes de Tishá BeAv, de comer un huevo duro frío untado en cenizas, está profundamente arraigada en la ley religiosa judía (véase Rama, Shulchan Aruch Orach Chaim 552:5, y Mishna Brura comentarios 13-15) y también en la tradición esotérica. Los huevos duros son el alimento de los dolientes, y las cenizas simbolizan la destrucción de nuestro Santo Templo. Juntos, el huevo y la ceniza son una expresión del luto que guardamos por el Templo Sagrado.

Hay mucha sabiduría intrínseca en un huevo, al igual que en todas las criaturas y creaciones de Hashem; lo único que tenemos que hacer es abrir los ojos y observar.

Los huevos están estrechamente ligados a las “Tres Semanas”, el periodo entre el 17 de Tamuz y el 9 de Av, o Tishá BeAv. Este es un período anual de luto para el pueblo judío debido a todas las calamidades que ocurrieron a lo largo de nuestra historia, la más notable y trágica – la destrucción de nuestro Primer y Segundo Templos Sagrados en Jerusalén. Una vez más, los huevos duros son el alimento que se les sirve a los dolientes, ya que el huevo redondo representa el ciclo de la vida, que también es redondo.

Lo más notable es que el período entre el 17 de Tamuz y el 9 de Av consta de 21 días. El período de incubación de un huevo es -y no por casualidad- de 21 días. 21 es también la gematría del Santo Nombre de Hashem Ehié, א-ה-י-ה , que según la tradición es el Nombre que significa la Providencia Individual Divina. Esto significa que incluso nuestros problemas son producto de la Providencia Divina de Hashem, especialmente adaptada hasta el más mínimo detalle para nuestro mayor beneficio.

Al finalizar el ciclo de 21 días, el huevo eclosiona y surge un polluelo, y así surge una nueva vida. Nosotros también rezamos para que, al finalizar este difícil período de 21 días, surja también el nuevo y eterno Templo Sagrado, haciendo brillar la santa luz de Hashem hasta los últimos rincones de la tierra, amén.

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1. joaquin

8/05/2022

edificante, satisfactorio y rebosante de instrucción para la vida

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