El apego al tzadik

Para poder salvarse de todas las dificultades financieras, hay que seguir al tzadik verdadero de la generación

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Rabino Shalom Arush

Posteado en 20.12.20

Para poder salvarse de todas las dificultades financieras, hay que seguir al tzadik verdadero de la generación. Porque al apegarse al tzadik, al estudiar sus obras y al cumplir sus consejos –recitar el Tikún Haklalí, hacer todos los días una hora de plegaria personal, estudiar las leyes del Shulján Aruj, viajar a Uman, etc–, uno alcanza la sabiduría y la conciencia espiritual, y entonces uno tiene claro cómo debe conducirse con el dinero, evitando así toda clase de peligros.

 

Todo aquel que no sabe cómo proceder con el dinero puede, Dios no lo permita, perder ambos mundos, ya que este mundo está lleno de amargura a causa de todas las pruebas y todos los desafíos que uno tiene que enfrentar. Y lo que más amargura trae es el tema del sustento, cuando uno no duerme de noche pensando cómo va a ganarse la vida.

 

Esto, a su vez, es producto de una falta de santidad personal. Vale decir que debido a que la mente no está limpia de lujuria y, por el contrario, está todo el tiempo llena de pensamientos impuros, la conciencia espiritual es muy defectuosa.

 

Y entonces lo que sucede es que uno siempre está lleno de miedos y de ansiedad, de preocupaciones y de angustia, y en especial por el tema del sustento. Por eso, para poder salvarse de toda esta clase de aflicciones, hay que seguir al tzadik verdadero, tal como se ha explicado.

 

Al cuidar el pacto, o sea, al cuidar la mente de todo pensamiento impuro, uno se cuida de dañar el pacto. Y al cuidar la santidad personal y al seguir a los tzadikim verdaderos, que cuidan el pacto a la perfección, uno se salva del afán de riquezas, que es pura oscuridad e idolatría, y se conecta con la Divinidad. Vale decir que el corazón se despierta al amor a Hashem, el amor a la Torá y el cumplimiento de los preceptos y las buenas acciones. Este amor perdura y nunca se quebranta.

 

La persona que se salva de ese afán de riquezas al cuidar su santidad personal y seguir al tzadik verdadero, tiene el mérito de que la luz del rostro de Hashem le ilumine el rostro y entonces tiene el mérito de sentir el placer de la cercanía con Hashem.

 

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