Pobreza e inmoralidad

En el Libro del Zohar se analizan las distintas causas de la pobreza. Por ejemplo, dice que cuando uno…

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Rabino Shalom Arush

Posteado en 26.04.20

 

En el Libro del Zohar se analizan las distintas causas de la pobreza. Por ejemplo, dice que cuando uno profana los alimentos, que son algo externo a la persona, se lo castiga con pobreza. Y mucho más aún cuando profana sus órganos reproductores, porque entonces pierde todos sus bienes y llega a ser un mendigo.

Ahora bien: la inmoralidad, como ya dijimos, comienza por los ojos. Lo mismo sucede con la envidia y la codicia. Todos estos malos rasgos de carácter resultan extremadamente dañinos para el sustento. Al mirar imágenes prohibidas uno llega a tener pensamientos ilícitos y esto, a su vez, puede conducir a actos prohibidos, Dios no lo permita.

Es muy probable que muchos de los lectores se pregunten cómo es posible que si la inmoralidad conduce a la pobreza, haya tantas personas inmorales que viven rodeadas de lujos y riquezas.

Pues bien: explica Rabí Najman en su obra magna Likutey Moharán (I:21) que todo el dinero de estas personas y todo el lujo con el que viven resultan dañinos.

¿De qué modo se explica esto?

El Creador nos da dinero para proveernos nuestras necesidades básicas y para contribuir al resto del mundo. Pero si uno obtiene el dinero en forma prohibida o si lo utiliza con fines dañinos, entonces uno está arruinando la paz hogareña y además se endeuda, tiene problemas con los hijos, peleas con los vecinos, en fin, su vida es un martirio. En realidad, ese supuesto “millonario” es un pobre desgraciado que no sabe cómo salir del pozo. Por el contrario, la persona que se esfuerza por preservar su santidad personal y se cuida de no mirar donde no debe, verá bendición en todo lo que haga, no importa cuánto dinero tenga en la billetera.

Las dificultades para obtener el sustento provienen de una falta de santidad personal, o sea, cuando el hombre no se cuida y tiene pensamientos impuros. Pero cuando el hombre mantiene su mente limpia y pura, entonces tiene el mérito de obtener el sustento con facilidad y en forma abundante (Likutey Halajot – dinero).

 

La Torá nos cuenta acerca del nieto del patriarca Jacob: “Y Er, el primogénito de Yehuda, era malo a los ojos de Hashem y Hashem lo hizo morir” (Génesis 38). ¿Cuál fue el pecado que cometió Er y por culpa del cual se lo llama “malo a los ojos de Hashem”? Explica Rashi que Er derramó su simiente para que su mujer no quedara embarazada y así no perdiera su belleza.

 

A partir de esto se desprende que el uso de métodos anticonceptivos está prohibido, a menos que uno haya recibido la debida licencia rabínica y cuente con una razón médica valedera. Así está escrito en el Shulján Aruj, el Código de Leyes Judías: “Está prohibido derramar la simiente en vano y esta transgresión es mucho más grave que todas las otras transgresiones de la Torá”. La masturbación es un gravísimo pecado que equivale al asesinato.

 

Cada hombre debe acostumbrarse a conducirse con santidad personal y a pensar en cosas puras, evitando pensamientos lascivos. Esa es la única manera de salvarse de la inmoralidad. Además, deberá tener mucho cuidado de no estar a solas con cualquier mujer que no sea su familiar inmediato. De la misma manera, deberá evitar todo tipo de frivolidades o charlas banales con miembros del sexo opuesto. Contrariamente a la costumbre moderna, el hombre debe tratar de casarse lo antes posible, para que así pueda establecer con su mujer un lazo de amor recíproco, de santidad y de pureza.

 

La mejor forma de mantener una mente pura es dedicarse a estudiar Torá, porque los pensamientos impuros solamente pueden entrar en la mente vacía de sabiduría.

 

Está escrito en la Torá: “Y no se dejarán llevar por sus corazones y por sus ojos” (Números 16). Y nuestros Sabios comentan: “por sus ojos” –se refiere a la prostitución. De allí deducen los Sabios que está prohibido por decreto de la Torá mirar a las mujeres, tanto casadas como solteras. Está escrito en el Shulján Aruj: “Aquel que mira aunque sea el dedo meñique de una mujer con la intención de gozar de esa mirada, su pecado es inmenso y está transgrediendo esta prohibición de la Torá”. En las Leyes del Arrepentimiento, Maimónides explica que el que mira a una mujer que le está prohibida tiene muy pocas probabilidades de arrepentirse, porque le resulta muy fácil justificarse diciendo: “¡Pero si ni siquiera la toqué! No he cometido ningún acto impropio ni me he dejado llevar por mis impulsos”. Él no sabe que el solo hecho de mirar a una mujer con intención de goce constituye una gravísima falta. Hubo incluso sabios que afirmaron que aunque uno haya estudiado mucha Torá y haya realizado muchas buenas acciones, no se podrá salvar del Infierno en el caso de que haya cometido esta transgresión específica.

 

Todo aquel que esté acostumbrado a caer en esta falta tiene que saber que con facilidad puede librarse de ella, tal como enseñan nuestros Sabios: “Dijo Rabí Yojanan: El hombre tiene un órgano pequeño: si lo hace pasar hambre, se queda satisfecho. Si lo satisface, se queda con hambre…” (Sucá 52).

 

Vale decir que el hombre que está sumido en esta transgresión y todo el tiempo satisface su deseo físico siente cada vez más apetito por dicho deseo, hasta tal punto que le parece que no puede vivir sin él. Pero si se negara la satisfacción de dicho deseo, entonces sí quedaría satisfecho y se daría cuenta de que la vida es muchísimo más bella así y que en realidad no le falta nada. Al contrario: va a sentir una enorme vitalidad y una tremenda alegría, tal como ocurre con los niños, que todavía no llegaron a la edad en la que uno empieza a sentir este deseo, y que siempre están alegres y contentos. Recién cuando los niños alcanzan la edad de la adolescencia y toman conciencia de este deseo físico ahí es cuando empiezan a sentirse malhumorados e insatisfechos y pierden toda esa alegría de vivir propia de la infancia, y todo por culpa de este impulso físico, como todo el mundo sabe. En estos casos, la plegaria siempre ayuda. Cada uno debe pedirle a Hashem que lo ayude a superar su deseo.

 

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1. carlos sanchez l.

4/26/2020

la formula para llevar una vida sana, es apegarse a las enseñanzas de dios ,hashem. —para lo cual nos puso en cotacto con los zadikins, los justos , sabios y profetas, gracias a rab shalom arushs y rab yonatan d galed ,,por derramar su bondad ,su amor , su sabiduria hacia nosotros , gracias,,, que su vida diaria sea dulce apacible y con alegria ,, gracias al gran equipo breslev gracias por siempre

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