Empodera tus plegarias

¿Cómo podemos hacer para rezar siempre con verdadera concentración, devoción y anhelo?

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Dennis Rosen

Posteado en 25.07.21

Tres veces al día rezamos la Amidá o Shemone Esrei. Estas plegarias tienen un profundo significado y un inmenso poder. Sin embargo, con el tiempo, nos vamos acostumbrando a las palabras y la mente se desvía con frecuencia. ¿Cómo podemos hacer para rezar siempre con verdadera concentración, devoción y anhelo?

 

Recordar los principios básicos

 

De la lectura de libros y artículos del rabino Shalom Arush he extraído tres principios básicos:

 

– Visualizar a Quién Le estamos hablando; el Todopoderoso Rey del Universo que nos ama y tiene el poder único de responder a nuestras peticiones.

 

– Concentrarse en el significado de cada palabra.

 

– Creer realmente en lo que estamos diciendo. Cuando estamos diciendo palabras de alabanza, debemos contemplar la omnipotencia y la bondad de Hashem. Cuando pedimos algo, debemos desear intensamente que eso que estamos pidiendo se cumpla.

 

Reza antes de rezar

 

Pídele a Hashem que te ayude a rezar con devoción, intención y alegría. El mejor momento excelente para hacerlo es justo después de entrar en la sinagoga, antes de comenzar la sesión de rezos. Otro momento clave es inmediatamente antes de comenzar la Amidá, cuando Le pedimos a Hashem que nos abra los labios para que nuestra boca pueda decir Su alabanza. Deberíamos enfatizar especialemnte la recitación de esta frase.

 

Si queremos preparar el escenario para un rezo poderoso, podemos, por ejemplo, recordar que estamos ante el Rey del que dependemos totalmente en todos los aspectos de nuestra vida y de la vida misma. Él es nuestro afectuoso Padre Celestial que quiere lo mejor para nosotros. Como enseña el Arizal, también debemos comprometernos firmemente a amar a nuestro prójimo tanto como a nosotros mismos.

 

Hacer una pausa, respirar profundamente y reflexionar

Una técnica que me ha resultado muy útil es hacer una pausa antes de cada bendición, respirar profundamente y contemplar lo mucho que necesitas aquello que  estás por pedir y lo maravilloso que sería que se cumpliera. Respirar profundamente antes y después de cada bendición te ayuda a reagruparte y a volver a centrarte en el significado y la importancia de lo que vas a decir. Te ayuda a recordar que el verdadero deseo es un requisito previo para una petición de rezo eficaz.

 

Una segunda oportunidad

 

¿Qué pasa si repasas las diecinueve bendiciones de la Amidá y luego te das cuenta de que no te has concentrado en ninguna? Afortunadamente, tenemos una segunda oportunidad durante los servicios de la mañana y de la tarde, la repetición recitada por el jazán. En su libro, Gateway to Prayer, el Rabino Shimshon Pincus cita al Arizal cuando dice que la repetición del jazán es incluso más importante que la recitación inicial de las plegarias.

 

Es fundamental aprovechar esta preciada segunda oportunidad. Pasa el dedo por las palabras y contempla el significado de cada frase mientras el rezador las repite. En Shabbos y en los días festivos, cuando no estamos tan familiarizados con las palabras, puede ser útil mirar el lado en inglés de la página para tener una comprensión más firme del significado de las plegarias. Entonces podemos intensificar nuestra afirmación personal de las alabanzas o las peticiones que se hacen a nuestro Padre Celestial.

 

Esfuérzate por progresar, no por ser perfecto

No te desanimes si tus plegarias están lejos de ser ideales. Sigue haciendo un nuevo comienzo, una plegaria a la vez, a lo largo de la Amidá. Esfuérzate por lograr una mejora gradual y continua. Lo principal es mantener la plegaria en tu radar como un objetivo diario clave. Supervisa y evalúate a tí mismo después de cada sesión de rezo.

 

Rabí Elimelej Biederman contó una historia sobre un joven que estaba completamente desanimado con respecto a sus plegarias debido a que tenía muchos malos pensamientos. Un día se hartó y dijo que bajaba los brazos y que iba a dejar de rezar. El rabino le dijo que eso sería lo peor que podía hacer. Debemos recordar que es la Mala Inclinación la que nos envía los malos pensamientos; ¡ese es su trabajo! Nuestra tarea consiste en reaccionar adecuadamente cuando recibimos esos pensamientos. ¡Esos malos pensamientos no son tu verdadero yo! Avanza de a poco y concéntrate en una frase cada vez.

 

El Jatam Sofer dice que el poder de la tefilá es tan grande que si una persona rezara una sola plegaria con perfecta concentración y pureza de intención, esa única plegaria tendría el poder de reunir todos los rezos que hayas rezado sin la debida reflexión a lo largo del año y llevarlos ante el trono Divino.. Esta enseñanza debe estar constantemente en nuestra mente y así nunca nos desanimaremos.

 

Creer en el poder de la plegaria

El Rabino Biederman contó una historia sobre una profesora de un seminario femenino que llevó a su hijo pequeño en el viaje del seminario a Tsfat. Mientras estaban en medio de los rezos, al pequeño le dio un berrinche y se puso a llorar como loco. En un momento del rezo, tomó el sidur de su madre y lo tiró por encima de la separación a la sección de los hombres. La madre se quedó muy angustiada. En ese momento sólo pudo tomar otro sidur y continuar como pudo.

 

Después de los rezos, esperó a que los hombres se marcharan, con la esperanza de ver su libro de plegarias y pedir que se lo devolvieran. Cuando vio a un joven que llevaba su libro de plegarias, se acercó a él y le pidió que se lo devolviera. El joven sonrió y dijo: "Soy un Baal Teshuva reciente. Todavía no me sé las plegarias de memoria. Cuando llegué a los servicios de la sección de hombres, vi que los estantes estaban completamente vacíos y no contenían ningún libro de plegarias. Y entonces Le pedí a Hashem con todo mi corazón: “Por favor, Hashem, necesito un libro de plegarias para rezarte correctamente. Por favor, envíame uno. De repente, un sidur salió volando de la nada y aterrizó en la mesa justo frente a mí".

 

El Rabino Biederman dice que esta anécdota nos enseña dos lecciones. Primero, cuando alguien se porta mal, ¡es posible que sea para transmitirnos un mensaje de Hashem! En segundo lugar, nos demuestra el poder de la plegaria. Cuando pides con urgencia y pasión algo que realmente necesitas, Hashem te responderá.

 

Por el mérito de esforzarnos en mejorar nuestra forma de rezar, que nuestras plegarias sean más poderosas y que Hashem conceda nuestras peticiones sinceras. Amen.

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