Siempre joven – Jaiei Sara

La edad no tiene nada que ver con la edad física, sino con la actitud mental, tal como dijo Rabí Najman: “¡Está prohibido ser viejo!”.

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Moshe Neveloff

Posteado en 08.11.21

La edad no tiene nada que ver con la edad física, sino con la actitud mental, tal como dijo Rabí Najman: “¡Está prohibido ser viejo!”.

 

“La vida de Sara fue de cien años, veinte, años y siete años; esos fueron los años de la vida de Sara” (23:1).

 

Rashi explica, basándose en el Midrash Raba, por qué el versículo repite los años de su vida por separado, y no dice simplemente que su vida fue de ciento veintisiete años. Cada número está para enseñarnos algo especial: a los cien años, Sara estaba tan libre de pecado como una persona de veinte años (en el judaísmo es sabido que hasta los veinte años no se puede castigar a nadie), y a los veinte años, tenía la belleza natural de una niña de siete años, que no necesita cosméticos. Rashi añade que los años de la vida de Sara fueron todos igualmente buenos (comentario de Artscroll). ¿Qué lección nos enseña esto? ¿Cómo me siento yo, viejo o joven? 

 

Rabí Natan de Breslev explica que los años de la vida de Sara vienen a enseñarnos que el principal aspecto de plenitud está en comenzar a vivir de nuevo cada vez. ¿Qué significa esto? Que incluso cuando envejezcas y te vuelvas una persona anciana, deberás mirarte a ti mismo como si todavía fueras un niño muy pequeño, como si todavía no hubieras empezado a vivir y servir verdaderamente a Dios. Esto le ayudará a comenzar ahora una vida con sentido, sirviendo a Hashem con nuevas fuerzas cada vez. 

 

 

 

Cuando una persona se considera joven sin importar su edad, eso la ayuda a crecer espiritualmente y a merecer una larga vida. Sus días serán realmente largos porque no deja pasar ningún día sin añadir santidad y vitalidad (Likutei Halajot). Nosotros también podemos vivir una vida plena como Sara – eso sólo depende de la perspectiva que tengamos. Sentirse joven o viejo depende de cómo nos veamos a nosotros mismos y de cómo afrontemos la vida. 

 

 

Rabí Natan también trae esta enseñanza en relación a la historia de Rabí Najman de los Siete Mendigos, que no eran realmente mendigos sino grandes Tzadikim, cada uno de los cuales poseía un rasgo especial que a primera vista parecía ser una deficiencia. Cada uno de ellos viene a visitar a los novios durante los siete días de comidas especiales que siguen a su boda (llamados “Sheva Berajot” en hebreo). El primer día, el mendigo ciego vino a visitarlos. Mientras les hablaba, dijo: “Soy muy pero muy viejo, y aun así soy completamente joven”. En su comentario, Rabí Aryeh Kaplan, de bendita memoria, explica: “Como uno siempre está haciendo un nuevo comienzo, es como si su vida acabara de empezar”. 

 

Además, en la Torá hay varios versículos que hablan de cumplir los mandamientos hoy, lo que significa que debemos aprender y cumplir la Torá como si hoy fuera nuestro primer día, cada día de nuevo. El Rabino Kaplan finaliza diciendo, basándose en el Likutei Halajot, “Así, podemos aprender del mendigo ciego el poder de esta renovación continua. Uno debe ser ciego cuando se trata de mirar los obstáculos que se le interponen en el camino para servir a Dios” (Historias del Rebe Najman, Centro de Investigación Breslov).

 

 

 

Personalmente, esta enseñanza sobre la vida de Sará me anima y me ayuda a verme todavía joven, aunque físicamente esté envejeciendo. Estoy estudiando con alumnos de la yeshiva en la que enseño que nacieron cuando yo tenía 22 años (¡!), y de vez en cuando pienso: “Vaya, me siento viejo”. Hace poco cumplí 41 años, y a veces, cuando me miro en el espejo y veo signos de envejecimiento, como más canas en la barba y el cabello, me cuesta aceptarlo. ¿Cómo es que ha pasado tanto tiempo tan rápido? Sin embargo, al tratar de vivir una vida de servicio a Hashem lo mejor que puedo; una vida de dar, aprender y añadir cualquier cosa buena que pueda en el mundo, esto me ayuda muchas veces a sentirme joven y vivo por dentro.