Gracias – Vaera

Sin embargo, lo que más retrasa la redención en general y la redención privada de cada persona en particular, son aquellas personas que discuten

3 Tiempo de lectura

Moshe Neveloff

Posteado en 29.12.21

“Dios le habló a Moshé y le dijo: Yo soy Hashem. Me aparecí a Avraham, a Itzjak y a Yaakov como El Shaddai, pero con Mi Nombre Hashem no me di a conocer a ellos” (6:2-3). Rashi explica que cuando el versículo dice “Dios habló”, implica que Él reprendió a Moshé por su queja al final de la porción de la Torá de la semana pasada, cuando dijo: “Señor mío, ¿por qué has hecho el mal a este pueblo, por qué me has enviado?” (5:22).

 

Basándose en este versículo, que menciona dos de los Nombres de Dios, Elokim y Hashem (Elokim se refiere al atributo de juicio de Dios, y Hashem se refiere a su atributo de compasión), Rabí Natan nos enseña una enseñanza muy poderosa sobre la fe que todos podemos aplicar a nuestras propias vidas hoy en día, y que el Rabino Arush cita con frecuencia. Dice Rabí Natan:

 

Realmente, si todo el mundo escuchara la voz de los verdaderos tzadikim y siempre fuera por la senda de creer que todo lo que hace Hashem es para nuestro bien, y de alabar y agradecer siempre a Hashem, tanto cuando las cosas van bien como cuando van mal, ciertamente todas las penas y todos los exilios se anularían por completo y la redención completa ya llegaría. 

 

Sin embargo, lo que más retrasa la redención en general y la redención privada de cada persona en particular, son aquellas personas que discuten. Este es el aspecto de Datan y Aviram, que salieron y se enfrentaron a Moshé, diciéndole: “¿Quién te ha nombrado… como juez sobre nosotros?”. Aunque todo el sufrimiento de la persona es finalmente anulado a través de este consejo de vivir con gratitud, sin embargo, hay una fuerza opositora que se hace más fuerte a medida que la persona va creciendo en la fe, y esta fuerza quiere dominarla por completo y hacer que renuncie a su redención, D-os no lo permita. 

 

Este aspecto de discusión y desacuerdo viene del hecho de que hay muchas acciones diferentes y una multitud de detalles en el mundo, y por lo tanto es difícil para una persona ver que todo es de una sola fuente, de Hashem. Sin embargo, Rabi Najman explica en Likutei Moharán que toda la tremenda cantidad de acciones y los muchos detalles que existen en el mundo están todos realmente incluidos en la unidad de Hashem (2ª Torá, 2ª Parte). Al agradecer y alabar a Hashem, ayudamos a revelar este aspecto de la fe en el mundo. El Faraón preguntó: “¿Quién es Hashem?” porque en su arrogancia no creía en Hashem. Sin embargo, Dios mostró a través de los milagros del Éxodo, las Diez Plagas, que todas las diferentes acciones y detalles en el mundo provienen de Él. En realidad, todo está incluido en Su unidad, tanto el nombre Elokim como el nombre Hashem (Likutei Halajot, Leyes de carga y descarga, 4ª enseñanza).

 

Personalmente, recuerdo hace varios años, cuando mi esposa y yo estábamos pasando por la difícil nisaión (prueba) de querer más hijos, rezar por más hijos y sentir el dolor de la infertilidad. Nuestra hija mayor ya tenía cuatro años. Durante ese doloroso período, recibí un folleto recogido de las enseñanzas de un gran rabino aquí en Israel donde hablaba de la importancia de la gratitud. Decía que debemos dar gracias a Hashem incluso por aquellas cosas que nos resultan difíciles y dolorosas, porque eso expresa nuestra fe en que realmente todo es para nuestro bien y que, incluso en la dificultad, Hashem está con nosotros. Después de leer eso, traté de aumentar mis expresiones de gratitud a Hashem en la plegaria personal, agradeciéndole también por el desafío de esperar de nuevo otro hijo y agradeciéndole por la bendición de nuestra primera hija. Realmente sentí que eso me daba fuerzas para seguir deseando, rezando y creyendo que íbamos a poder tener más hijos. También me ayudó a dejar de centrarme en el dolor y a ver las bendiciones que ya tenía en la vida.

 

A un nivel simple, ser agradecidos con Hashem nos ayuda a ver todas las veces que Él nos ayuda cuando necesitamos ayuda, y a ver todas las bendiciones que nos otorga. Cuando nos esforzamos en agradecer y alabar más a Hashem, esto nos ayuda a verlo más y más en nuestras vidas. Nuestros ojos (espirituales) comienzan a ver una imagen diferente. Podemos sentir más Su presencia y Su amor mientras atravesamos los desafíos de la vida. Este es el aspecto de la redención final, cuando todo cambiará para bien y seremos redimidos del sufrimiento del exilio.

 

 

 

 

Escribe tu opinión!

Gracias por tu respuesta

El comentario será publicado tras su aprobación

Agrega tu comentario