La redención antes y ahora

La Torá cuenta que el período de esclavitud en Egipto duró 400 años – y ni un momento más.

Hashem le dice a Avraham que “tus hijos serán extranjeros en una tierra que no es la suya”. El primero de sus hijos, el pueblo de Israel, fue Itzjak.

Itzjak nació en el año judío 2048, en Pésaj.

Cuatrocientos años después, en 2448, en Pésaj, Dios nos liberó.

Exactamente a medianoche.

¿Hasta qué punto fue precisa su promesa de que nuestro peregrinaje duraría exactamente cuatrocientos años?

Moshé le dijo al Faraón que la última plaga ocurriría alrededor de la medianoche.

¿Por qué dijo “alrededor de la medianoche”? Porque los egipcios no podían calcular la hora exacta de la medianoche. Hashem comenzaría la plaga exactamente a la medianoche.

Egipto lo registraría como medianoche más tres segundos, o medianoche menos dos minutos. Entonces le dirían a Moshé que estaba equivocado, que la plaga no había comenzado tal como él profetizó.

Eso es lo que significa “el calendario de Dios”. Cuando Él dice que algo sucederá, eso sucederá precisamente en ese momento.

No importa cómo sea el mundo. No importa lo improbable que pueda ocurrir tal cosa dado el estado del mundo un momento antes.

A las 11:59 pm, el Faraón se negó a dejarnos salir de Egipto. Nadie logró disuadirlo. Nueve plagas que redujeron el imperio más poderoso de la tierra a escombros no lograron disuadirlo. Incluso la amenaza de otra plaga más no lo hizo ceder.

Desde nuestra perspectiva, parecía que nunca nos íbamos a ir de Egipto. Estuvimos allí durante 210 años, y según todos los indicios, al menos desde nuestros sentidos físicos, parecía que estaríamos allí 210 años más.

Sin embargo, a los pocos minutos, el propio Faraón se puso a correr por las calles rogándonos que nos fuéramos inmediatamente.

Esta noche ocurrió exactamente 400 años después del nacimiento de Itzjak. Después de que los hijos de Avraham fueran extranjeros en una Tierra que no poseían.

Todo a su debido tiempo

¿Hombres usando vestidos? ¿Ladrones que reciben protección del gobierno? La nación que reemplazó su antiguo nombre para proclamar su lealtad a los nazis (Irán es “ario” en persa – el embajador iraní en la Alemania nazi recomendó el cambio de nombre – y fue adaptado en 1935) recibe una bomba para asesinar a seis millones de judíos más.

¿Qué está pasando?

Sin duda, estamos encaminándonos rumbo a Armagedón.

Eso es lo que decían del Pueblo Judío en la víspera de nuestra Gran Redención.

En un abrir y cerrar de ojos, Hashem sacó a 2 millones de judíos de Egipto cargados con las riquezas de ese imperio.

Y eso es lo que sucederá ahora.

No te pongas como loco cuando a la gente que está decidida a destruir a la humanidad se le proveen todos los medios para hacerlo.

Es sólo para que podamos ver con claridad la Redención que Hashem nos está preparando. Y que será absolutamente milagrosa, porque los conspiradores de la destrucción han llegado tan lejos, que la única manera de que seamos redimidos es a través de milagros revelados.

Ya ha sucedido antes

En 1945 sufrimos una plaga de oscuridad que duró 12 años. Un tercio de nuestra familia fue asesinada. Entre los escombros de lo que quedaba de la nación judía, la redención no podría habef estado más lejos.

En lugar de mostrarnos misericordia, Gran Bretaña y el resto del mundo arrojaron a los supervivientes a los mismos campos de exterminio que los alemanes.

Durante años, parecía que seguiríamos siendo una nación desgarrada, esperando su inevitable extinción.

Entonces, en un abrir y cerrar de ojos, la Unión Soviética, China y Sudamérica votaron a favor de establecer un Estado judío.

No importaba que lo único que teníamos eran 600.000 campesinos con horquillas para defenderse de siete naciones árabes dirigidas por generales británicos que derrotaron al casi intocable comandante nazi Edwin Rommel. No importaba que toda nuestra fuerza aérea estuviera atascada en Panamá y Checoslovaquia mientras los egipcios atacaban Tel Aviv desde el cielo.

Ha Kadosh Baruj Hu decretó la redención para el pueblo judío.

El mundo entero se quedó estupefacto cuando, siete meses después, los árabes y los ingleses nos rogaban que nos detuviéramos. Nuestros tanques se dirigían al Sinaí. 

Lo mismo ocurrirá hoy.

Entre la amenaza de las armas nucleares iraníes, los decretos sodomitas y saduceos de nuestro gobierno helenista, la cesión de tierras a cientos de miles de árabes en el Israel previo a 1967, la negación de los mismos derechos a nuestros hermanos que se han establecido el corazón y el alma de nuestra patria:

La redención llegará en el momento señalado.

Y cuando eso ocurra, el mundo volverá a observar con asombro.

Entonces nuestras bocas se llenarán de risa y de cantos de alabanza; y entonces dirán entre las naciones: “El Eterno ha hecho grandes cosas con ellos” (Salmos 126:2).

Hashem nos recuerda esto cada vez que nos ordena regocijarnos. Cuando comemos en Shabat, Yom Tov y Rosh Jodesh, recitamos este Salmo justo después de la comida.

Justo a tiempo

La Guemará enseña que hay tres cosas que nos sorprenden por completo: encontrar una billetera perdida, encontrarse con un escorpión y la llegada del Mashíaj.

Se nos ordena recordar cada día la noche en que salimos de Egipto.

Hashem nos ordena que nunca olvidemos que cuando Él decreta algo, ese algo sucede. Buenas nuevas le esperan al pueblo judío y no importa lo que pueda parecer hoy, en el momento en que Hashem lo disponga, seremos liberados.

Cada día debemos recordar. En cada celebración debemos recordar y alegrarnos.

La salvación de Hashem para la Torá, el pueblo judío y todos los que lo buscan es inevitable, imparable e inminente.