Ser Libre

Tal como aconteció con José el Justo, todo individuo está obligado a atravesar en el transcurso de su vida, diversas circunstancias.

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Rabino Shalom Arush

Posteado en 06.04.21

Tal como aconteció con José el Justo, todo individuo está obligado a atravesar en el transcurso de su vida, diversas circunstancias. Las mismas se encuadran en la categoría denominada: "La celda de su vida", concerniente exclusivamente a él.

Ante todo debe tenerse en cuenta, que el Todopoderoso creó el universo con el fin de revelar Su misericordia. Por tal razón, es apropiado para todos los seres creados, ejercer la misericordia uno con el otro. Entonces, a través de este acto, se cumplirá la Voluntad del Creador. En cambio, si el hombre perturba el Plan Divino, conduciéndose con enojo o crueldad, provocará el ocultamiento de la Revelación del Eterno – como así Su misericordia.
 
El Pueblo de Israel, más que todos los demás pueblos, debe conducirse practicando la misericordia, pues éste es el pueblo elegido para revelar la Divinidad y la misericordia del Creador en el mundo.
 
Con mayor razón, los Justos deben conducirse con compasión. En especial, aquella persona que es dirigente del Pueblo de Israel está obligada a conducir a las multitudes con humanidad y paciencia. Pues de este modo, otorga consistencia mayor a la Voluntad del Creador. De esta manera, los justos, al conducirse con misericordia, manifiestan en mayor medida la misericordia del Creador en el mundo.
 
De lo enunciado debe tomar enseñanza cada individuo poseedor de algún cargo importante o dirigencia. Debe saber llevar adelante su liderazgo con piedad. Asimismo, y con especial énfasis, un hombre debe actuar conforme a lo expuesto, en el interior de su propia casa. Pues allí gobierna sobre los moradores que residen junto a él, debiendo ejercer el liderazgo y conducción con comprensión. Como está escrito: "El que tiene de ellos misericordia – los guiará” (Isaias 49:10). Se desprende de esta cita, que aquel que es misericordioso, solo él puede ser un legítimo guía.
 
En contrapartida, una persona que no es compasiva, no puede gobernar en su casa mediante la verdad plena. Además, sus palabras no son escuchadas, sino solamente oídas. Es decir, sólo figurativamente le oyen, a causa del temor que sienten por su enojo. Mas sus ideas y voluntades no son honradas y recibidas de corazón íntegro por los habitantes de la casa. Al contrario, desprecian en sus corazones a este individuo que no es capaz de controlar su espíritu. Por tal motivo, cada hombre debe conducirse con su esposa e hijos compasivamente, no siendo meticuloso en la casa. Con más razón, que no debe conducirse implantando adiciones voluntarias a la ley de la Torá llamadas "Jumrot" en cosas en las cuales tal adición voluntaria es de escasa relevancia. Pues no hay castigo mayor que estar sometido al régimen de un hombre enojadizo y riguroso.
 
Un dato relevante
 
Es importante saber, que lo principal de la misericordia depende del Conocimiento. De este enunciado debe deducirse, que aquel individuo enojadizo, es una señal de que no posee Conocimiento, siendo en cambio, un necio. Como está escrito: "El enojo reposa en el seno de los necios". (Eclesiastes 7: 9)
 
La explicación que debe asignarse a necio es: malvado. Pues se aprecia, que en el libro de los Proverbios (del Rey Salomón), en su totalidad, no se menciona la palabra malvado, empleándose en cambio, la expresión “necio”. Resulta que toda la plegaria de la persona debe consistir en que el Creador le otorgue conocimiento y recién entonces podrá conducirse con misericordia y no con enojo. Con certeza, la causa por la cual se enoja es debido a que es necio y malvado, de modo que no posee mérito alguno que le impida enojarse. Pues si no fuere malvado, en ese caso, desde los Cielos lo ayudarían a no enojarse.
 
El individuo poseedor de conocimiento, no le importa, si su esposa lo injuria o le reclama algo ante su propia presencia. Tampoco es riguroso en caso de que ella cometa algún desacierto, o una cuestión que no es de su agrado. Sino que pasa por alto su honor, y no arruina su alegría por nada. Esto es así, porque el conocimiento está dispuesto de este modo para inducir fe, la cual manifiesta que todo proviene del Creador, y todo es para bien. Por lo tanto, hemos de concluir que no corresponde ninguna clase de enojo, pues ¿contra quién uno se enoja? ¿No es acaso contra El Eterno? Más aún, ¿contra qué se enoja? ¿Contra algo que es para el propio bien?
 
Las pruebas de la vida
 
En ciertas circunstancias, el individuo atraviesa en su vida pruebas, y requiere ayuda suprema en un asunto determinado. Por ejemplo, en el caso en que no tenga hijos. O si los tiene, puede ser que sufre de grandes dificultades en la educación de los mismos. En cualquier caso, debe tener fe en que todo proviene del Todopoderoso, y todo es para el bien. Recién en ese momento puede orar al Eterno, solicitándole ayuda. Asimismo la plegaria debe estar surtida con una gran cantidad de gratitud y fe. Entonces, cuando llega a la solicitud requerida, tampoco pedirá por sí mismo, puesto que nada le importa, al tener fe que todo es para el bien. Ya que según su entendimiento, todo está perfecto. Sólo ora, porque entiende que el Creador desea que él ore por tal motivo específico. Todas las palabras que vierte en su plegaria y solicitud, son placenteras y no con rencor ni queja contra el Señor, Pues es prohibido que en la plegaria individual "Hitbodedut" o en la oración diaria, la persona riña contra el Creador, enfadándose y regañando contra Di-s. Sino debe solicitar su inquietud con misericordia, alegría y amor.
 
Toda persona que siente sobre sí mismo la presencia de los sufrimientos, y que la vida no le es satisfactoria, debe poner frente a sus ojos, a José el Justo (Yosef HaTzadik) hijo de Jacob. Pues éste atravesó innumerables penurias, tal como las de uno y mucho más aún. Y pese a ello, sólo optó por bailar, alegrarse y agradecer al Eterno.
 
Reflexionemos sobre la historia de José el Justo, y verifiquemos si le fue bien en la vida. A simple vista, apreciamos que se halló a sí mismo, a la edad de diecisiete años, vendido por sus hermanos a la esclavitud en la oscura realidad de Egipto. Más aún, fue arrojado a la cárcel, sin saber cuál sería su suerte final. En esos momentos de pena y aflicción, seguramente le surgieron pensamientos tales como que jamás saldría de allí. Asimismo, que seguramente no tendría una oferta de noviazgo con fin matrimonial, tampoco hijos, carro, ni negocio en el cual ocuparse. Tampoco en el aspecto espiritual le fue bien. No contaba con un compañero de estudio, tampoco con un maestro que lo guíe, ni un padre que lo aliente ó una familia que lo ampare. En contrapartida a todo esto, fue puesto con personas deshonestas y de cualidades perversas. Pues, ¿qué clase de personas llegan por lo general a una cárcel? Y con todo eso, él baila y está alegre.
 
¿Cuál fue el modo en el que José logró bailar y alegrarse en condiciones tan difíciles como éstas? La respuesta es, que lo logró a través de una única cosa: Arrojando todo su intelecto, y aferrándose a una fe absoluta, determinando que él no comprende nada, sólo tiene fe en que todo es para el bien. Se dijo a sí mismo: El Eterno desea que desde aquí mismo yo tenga fe en Él, y aquí mismo lo sirva. Ese es Su deseo que lo sirva desde el lugar en el cual me encuentro.
 
José el Justo jamás pensó en tener una satisfacción para sí mismo, sólo pensó en cómo satisfacer al Eterno. En cambio, si él hubiese caído del nivel de fe en el que se hallaba, el resultado sería, que de inmediato no estaría conforme y satisfecho de todo lo que le sucede y se hubiera amargado por todo lo que le sobrevino. Hubiera llorado lamentándose: “¿Qué clase de vida es la mía, desperdiciando mi vida entera en un lugar tenebroso como éste? ¿Para esto he venido al mundo? ¿Para estar con hombres como estos, los cuales no se hallan en mi nivel, ni comparten mi modo de vida?”. Luego, hubiera llegado incluso a tener pretextos contra El Eterno. Y con certeza, no hubiera llegado a los grados de grandeza que finalmente alcanzó, siendo rey de toda la tierra, y el sustentador de todo el mundo.
 
Todas las grandezas y grados que ameritó José, fueron porque supo mantenerse firme en el momento de la dura prueba que le sobrevino. Manteniendo siempre fe plena en que todo proviene del Todopoderoso, y todo es para bien. Pues ésta es la Voluntad de Di-s, que en la situación que se encuentra lo sirva. Por eso se alegraba, bailaba y aceptaba lo que el Creador decretaba sobre él. Siempre con fe plena. Pues entendía que esa es la situación más propicia para él.
 
Sólo una vez, cuando tropezó en forma mínima en la fe, de inmediato, su salvación fue desplazada por dos años. Esto aconteció, cuando interpretó los sueños de los ministros, y le pidió al ministro de las bebidas, que lo recuerde ante el Faraón. Entonces emergió la queja en su boca y dijo: "Puesto que fui robado de la tierra de los hebreos e incluso aquí no hice nada para que me pusieran en la celda" (Genesis 40:15). Debido a esta falla en su fe, debió permanecer dos años más en la celda. Y el Eterno le hizo entender como diciéndole: Debes saber, que Yo decido cuándo saldrás de la celda. ¿Para qué solicitas al ministro de las bebidas que te recuerde ante el Faraón? Además, en lo concerniente a la queja manifestada, el Eterno le respondió: ¿Tú te quejas?, ¿no crees que Yo te puse en el pozo para tu propio bien? Si es así, permanece aquí otros dos años, para que practiques como fortalecer tu fe, antes que te otorgue la grandeza.
 
Se sobrentiende que se trataba de una falla bien pequeña en relación a la prueba que se enfrento José, pues todo el tiempo que estuvo en la cárcel, José únicamente bailaba y se alegraba. Y por el mérito de ello se adjudicó la grandeza cuando llegó el momento de acuerdo a la Voluntad Divina.
 
Si no estuviese baliando en la cárcel, no ascendería de ahí. Sería olvidado de los corazones, y no se relataría acerca de él en la Torá. Quizá se hubiese mencionado su nombre como uno de los hijos de Yaakov, y nada más.
 
Moraleja
 
Así como José el Justo, de la misma manera, todo individuo debe obligatoriamente atravesar en su vida situaciones diversas, las cuales se encuentran todas comprendidas dentro de la categoría denominada: “la celda de su vida” concerniente exclusivamente con él.
 
Pues no por su propia elección y voluntad se encuentra inmerso en tales controversias, y con certeza hubiera preferido no encontrarse en situaciones adversas como esas. Por ejemplo, en caso de estar atravesando una dura prueba con sus ingresos, con uno de sus hijos, o situaciones similares. Lo mismo acontece en el plano espiritual: tal vez se encuentra sujeto a cierta cualidad mala, o una tendencia infame.
 
Acerca de todo lo que sobreviene sobre la persona, debe demostrar fe plena, en que todo es para bien. Pues ésta es la base de la fe. Debe bailar, cantar y agradecer por todo. Entonces, merecerá lo que le será otorgado, de acuerdo a la voluntad del Creador.
 
Cada uno debe saber, que no podrá salir de la celda en que se halla inmerso, hasta que se alegre, baile y agradezca por esa carencia que padece.
 
Sólo cuando él esté dispuesto a estar ahí, por un periodo determinado, en su propia celda, agradeciendo y bailando mucho, sólo entonces, cuando el Eterno lo decida, lo sacará de la celda particular de él y lo elevará al nivel propicio para él, tal como aconteció con José el Justo. Cuando llegó el momento de su redención, fue sacado de inmediato, como está escrito: "Entonces el Faraón envió a sacarlo, y rápidamente lo sacaron del pozo." (Genesis 41:14). Luego alcanzó la grandeza, el bien económico, y la sabiduría, en un único y luminoso día.

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1. Nancy

4/20/2020

Con fe es posible ser feliz …Maestro extraordinario articulo: Las rocas se forjan rodando en el río… Todo es para bien

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