¡Es un milagro!

la persona se levanta a la mañana y mira el hermoso cielo, las nubes y el sol. Todo está funcionando bien, y no se da cuenta de que Hashem ha puesto todo en este perfecto y bellísimo orden para su beneficio.

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Dennis Rosen

Posteado en 13.04.22

En un video reciente, el Rabino Elimelej Biederman cita el famoso comentario del Rambán sobre Parshat Bo. Hashem creó los milagros que condujeron al Éxodo de Egipto para que todos reconocieran, a partir de los milagros ocultos que, de hecho, todo es un milagro. Así, debemos reconocer que todo viene de Hashem. Este es un fundamento del judaísmo

¿Cómo es que las plagas y la división del Mar Rojo nos llevan a este entendimiento? El Jatam Sofer cuenta la parábola de un artista que hizo una hermosa estatua de un caballo, que tenía un aspecto increíblemente real. El artista la colocó en medio de una intersección muy concurrida para que la gente pudiera admirarla, pero nadie le prestó atención. Esto le molestó mucho al artista, quien se lo comentó a un amigo. Su amigo le dijo que era un tonto. La razón por la que la gente no prestaba atención era porque el caballo se parecía a un caballo de verdad. Y entonces le aconsejó que lo partiera por la mitad.  Así, la gente vería que no era un caballo de verdad y admiraría su obra. Eso fue exactamente lo que hizo, y la gente se dio cuenta de su gran obra de arte y le dio excelentes críticas.

El Rabino Biederman dice que, de manera similar, la persona se levanta a la mañana y mira el hermoso cielo, las nubes y el sol. Todo está funcionando bien, y no se da cuenta de que Hashem ha puesto todo en este perfecto y bellísimo orden para su beneficio. Por lo tanto, Hashem alteró el orden natural con plagas milagrosas y la división del Mar Rojo, para que notáramos que nada sucede por accidente, que todo proviene de Él. Así debemos apreciar todo lo que Él hace para sustentarnos con bondad.

Fíjate en los pulmones, por ejemplo. Tenemos más de 300 millones de alvéolos en cada pulmón. Los alvéolos son pequeños sacos de aire con forma de globo. Su función es mover las moléculas de oxígeno y dióxido de carbono (CO2) dentro y fuera del torrente sanguíneo. Nuestro sistema respiratorio también cuenta con millones de proyecciones similares a pelos, llamadas “cilios”, que atrapan las partículas de polvo y suciedad y evitan que entren en los pulmones. Si no tuviéramos la cantidad necesaria de cada uno de ellos, no podríamos sobrevivir. Los alvéolos y los cilios funcionan sin que siquiera pensemos en ellos, incluso a la noche, cuando dormimos.

¿Acaso podría haberse desarrollado este maravilloso y complejo sistema respiratorio humano mediante la interacción fortuita de gases y moléculas? ¿Qué habría sucedido durante los millones de años que supuestamente tardaron los sistemas respiratorios en desarrollarse mediante interacciones genéticas aleatorias? ¿Podría alguien haber sobrevivido sin la capacidad de respirar?

Incluso si se aceptara la idea estadísticamente descabellada de que los pulmones se desarrollaron tirando dados genéticos, ¿cómo se explica el hecho de que todos los demás mamíferos de la Tierra tengan sistemas respiratorios que funcionan? Eso significaría que estas especies desarrollaron sus sistemas por pura suerte.

Cuando estudiemos y contemplemos el sistema respiratorio y, para el caso, cualquier otra maravilla del cuerpo humano, llegaremos a creer en el Creador benevolente y el Diseñador Maestro a quien debemos todo nuestro agradecimiento y toda nuestra lealtad. Al hacer esto, estaremos recreando el viaje espiritual de nuestro padre Abraham.

En uno de sus recientes vídeos, el Rabino Shalom Arush dice que debemos luchar por nuestra fe dándonos cuenta de que lo que experimentamos no es natural ni casual. Tenemos que asombrarnos de muchos fenómenos que tendemos a dar por sentados. Debemos agradecer a Hashem sin cesar para interiorizar la conciencia y el aprecio de Su bondad y compasión.

En su libro Thank You (Gracias), el rabino Zelig Pliskin nos da docenas de tácticas para aumentar nuestra gratitud. Una técnica es preguntar periódicamente a lo largo del día: “¿De qué cosas puedo dar las gracias ahora mismo?”. Y entonces el lector enumera varias cosas  por las que está agradecida. Ciertamente, muchos aspectos de nuestra salud serían buenos ejemplos para citar, preciosos regalos que de otro modo podríamos dar por sentados.

Uno de mis maestros me enseñó que cuando recitamos la bendición Asher Yatzar agradeciendo a Hashem por el buen funcionamiento del cuerpo, debemos hacerlo con más alegría que cuando recitamos el rezo Az Yashir, que conmemora la división del Mar Rojo. Esto se debe a que hay muchos más milagros que ocurren en nuestro cuerpo en este momento que los que ocurrieron en el momento en que el mar se dividió durante el Éxodo de Egipto.

El Rambán dice que lo que llamamos “naturaleza” no es más que un milagro al que estamos acostumbrados porque ocurre con regularidad.  Luego dice que todo el propósito de la Creación es que conozcamos al Creador y Le demos las gracias. Ese es el mensaje que absorbemos de nuestra repetida mención del Éxodo de Egipto en nuestros rezos. Asegurémonos de hacer un alto, pensar y agradecer, tal como está escrito: “Esto emana de Hashem; es maravilloso a nuestros ojos” (Salmo 118:23).

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1. Luis ramon ponce garcia

12/02/2022

Hola

2. Orit

4/17/2022

Autentico y veridico!!!!
Cada instante es un milagro de Vida para agradecer al Creador Bendito sea su Nonbre por toda la eternidad.
Gracias.

3. Carlos Cruz Vazquez

4/15/2022

Gracias por está enseñanza es para mí un aprendizaje y ver de otra forma la vida gracias Rav Shalom Arush que Hashem lo bendiga mucho

Gracias por tu respuesta

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