10 Minutos Para el Pueblo de Israel

Lo que está sucediendo ahora en Israel es muy alarmante. Es algo espantoso y desconcertante. Los lobos están encerrando a esa pequeña, maravillosa nación y se están relamiendo…

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Alice Jonsson

Posteado en 06.04.21

Lo que está sucediendo ahora en Israel es muy alarmante. Es algo espantoso y desconcertante. Los lobos están encerrando a esa pequeña, maravillosa nación y se están relamiendo…

Lo que está sucediendo ahora en Israel es muy alarmante. Es algo espantoso y desconcertante. Los lobos están encerrando a esa pequeña, maravillosa nación y se están relamiendo. Y cuando el Rabino Arush no sonríe – todos deberíamos detenernos y escuchar cuidadosamente. Entonces escucho: deberíamos rezar para la seguridad de Israel por lo menos durante diez minutos al día. Además, deberíamos tener sobre todo cuidado en la observación de las leyes que el Creador nos ha entregado. El Rabino Arush ha declarado que no hay ninguna solución política y ninguna solución militar. Por lo tanto, lo único que nos queda por hacer es la plegaria y el buen comportamiento. Yo pensaba en algo mucho más violento y físico. Pero no. Tenemos que fortalecernos en la plegaria y el buen comportamiento.
 
Viniendo de un origen no religioso y no judío, pienso que esto, al menos para una parte de las muchas personas que lo leen, es difícil de "digerir". Una vez más, esto no es de ninguna manera una muestra de desacato al Rabino Arush, quien se encuentra en la cumbre de la montaña mientras que yo estoy aquí abajo, al principio del camino. Pero cuando trato de seguir sus instrucciones, solamente siento sus palabras durante apenas unos treinta segundos. Siento una grande carencia de fe seguida de un impulso de aprender a usar un revólver y un paracaídas. Entonces me siento culpable por la carencia de fe, que me aparta más de hacer realmente lo que el Rabi sugiere. Así que me encuentro aquí en el círculo vicioso de la duda, sin llegar a ningun lado. Lo que yo quiero es deshacerme de esta carencia de fe.
 
Hay un libro llamado "Expansión del Alma"* (Hishtapjut HaNéfesh) que es fabuloso para poner en marcha la plegaria personal. Es una recopilación de las enseñanzas del Rabi Najman de Breslev sobre la Hitbodedut (plegaria en aislamiento). La edición que tengo está traducida por el difunto Rabi Aryeh Kaplan. En el libro hay una sección titulada "el Arma de la Plegaria".
 
"La plegaria es tu arma principal. Es posible que debas luchar muchas batallas, tanto contra la Mala Inclinación como contra muchas otras cosas que te impidan servir a Dis. Con la plegaria podrás conquistarlas todas… Es posible que hayas rezado y meditado durante muchos días y años, y todavía te sientas alejado de Di-s. Podrá parecerte que Él te ha escondido Su rostro. Aun así, no debes cometer el error de pensar que Di-s no escucha tus plegarias y tu meditación. Por el contrario, debes creer que Di-s escucha y presta atención a cada palabra de cada plegaria, por lo que ni una sola palabra se pierde… Sin embargo, es posible que cada palabra sólo haga una pequeña impresión al despertar la Misericordia Divina. Pues tarda la estructura (que forman las plegarias) tarda mucho en completarse, para que puedas entrar en ella".
 
Esto significa que cada rezo que ofrezco para la seguridad del pueblo de Israel, en un determinado momento, se parece a un ladrillo muy pequeño puesto en su lugar. Lo que yo tengo que hacer es imaginarme qué aspecto tendrá toda la estructura. Tengo que ser paciente. Tengo que tener la fe absoluta en que yo realmente estoy construyendo algo. Tengo que confiar en el Creador, aunque sienta que Él está a un millón de kilómetros de distancia cuando rezo por la seguridad de Israel. 
 
Yo sé que el rezo me ha ayudado en lo referente a temas relacionados directamente conmigo, o con aquello que me rodea en forma directa. Muy a menudo lo puedo ver, literalmente. ¿Pero cómo demonios puedo verlo cuando rezo por el bienestar de una nación que se encuentra del otro lado del globo? ¿A que no saben qué es lo que pone a prueba mi visión? Mi imaginación. ¡Cuando miro las noticias y veo que alguien salvó su vida, digo:  "Justamente ayer yo estuve rezando por el pueblo de Israel. ¡Qué impresionante!". 

 

 
Yo sería una mentirosa si dijera que no necesito ninguna validación. Soy sólo una persona común y corriente que lucha constantemente por no chismear, por ser generosa, por abrir la billetera y dar caridad, por no ser tan vana, por aprender la Torá o rezar en vez de hacer algo sin valor como mirar la TV. Pero a pesar de mis muchos defectos, me preocupo muchísimo. Lo que más me importa, lo que más siento, es esta necesidad de experimentar el hecho de que el Creador me está escuchando.
 
He oído muchas conferencias sobre el concepto de que el Creador está esperando las plegarias de las mujeres estériles. A mí me resulta especialmente interesante porque realmente creo que nuestro hijo no estaría aquí si no fuera por todas nuestras plegarias. Para mí no es raro  que Él realmente quiera oír esas plegarias. He oído muchos comentarios de gente a la que le parece cruel que las mujeres que pasan por esa prueba deban rogar tanto, llorando y viviendo en un mundo en el que tienen que conformarse con mirar a otras mujeres criando hijos sin llegar nunca a experimentarlo ellas mismas.
 
Yo no pienso que el Creador sea cruel, Di-s no lo permita. El es absolutamente Misericordioso. Entonces ¿cómo podemos entender esto? Para mí el ruego y el llanto eran una expresión de mi gran deseo de tener un niño, y de todo lo que implica tener un bebé. Eran para que fuera construyendo una relación con el Creador y así poder criar a un niño en aquel contexto. 
 
¿Acaso es posible que el Creador quiera que nosotros oremos por la seguridad de Israel para cambiarnos a nosotros mismos? ¿Para que reforcemos nuestra relación con Él? ¿Para hacernos pensar en cómo sería el mundo si, Di-s no lo permita, perdiéramos al pueblo de Israel otra vez? ¿Hasta qué punto estamos dispuestos a ayudarlos? Tal vez éstas son las cosas en las que deberíamos pensar. Y cuando terminemos de pensar, deberíamos decirle al Creador que podemos trabajar como un equipo para construir la estructura, y luego, si Di-s lo quisiere, ser dignos de entrar en ella.
 
 
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