La Enfermedad de Las Deudas

Nuestra generación sufre de un problema que ya ha alcanzado proporciones epidémicas – las deudas.

 

Tantas personas deben dinero. Muchas de ellas se encogen de hombros y exclaman, "Esto está más allá de mi control. Es parte de la vida." Ellas actúan como si la deuda es un mal decreto que no puede ser rescindido. Más y más gente está hoy endeudada. Pocas son las personas prudentes que realmente logran vivir sin deudas y según sus medios.

 

Algunas familias son pobres y simplemente no tienen bastante para comer. Uno podría entender que los pobres procuran tomar dinero prestado cuando ya no pueden hacer equilibrios para vivir.

 

La deuda también sería una consecuencia comprensible en el caso del ocioso y el perezoso, quiénes dejan de asumir la responsabilidad sobre sí mismos. Con el constante préstamo caprichoso e irresponsable y la mentalidad de "para que tengo que sudar, puedo tomar prestado", uno es sepultado rápidamente bajo una montaña de deudas.

 

Aunque parezca mentira, muchos de aquellos que sufren hoy de deudas no son ni pobres, ni ociosos. Son serios, responsables, y con frecuencia en el tope de la escala económica. A menudo vemos que gente que gana enormes sueldos debe sumas desorbitadas de dinero.

 

La deuda se parece a un virus que ataca a cada uno que no está correctamente vacunado – el rico y el pobre, el diligente y el perezoso, el viejo y el joven. Desde un punto de vista espiritual – que elaboraremos más adelante – la deuda es el resultado espiritual de una transgresión. El que vive a la sombra de deudas sufre en todos niveles, pierde la tranquilidad mental, la felicidad matrimonial y la salud física y emocional. La vida se transforma en un infierno de tensión y ansiedad. En efecto, las deudas son una enfermedad.

 

Ver familias enteras cayendo en el hoyo profundo de la deuda es una tragedia. Su tiempo y energía son malgastados en tratar de cubrir sus cuentas. Corren de un banco al otro, de un fondo de empréstitos al otro, y de una persona a otra, tratando de encontrar nuevos préstamos para pagar viejas deudas, tratando de hacer juegos malabares con sus finanzas. Nunca parecen tener bastante. Como la manta corta que deja sus cabezas o sus pies destapados, tal son sus finanzas que dejan de cubrir todas sus deudas. Estas almas desafortunadas, entre ellas los dueños de grandes corporaciones y negocios, apenas mantienen sus cabezas encima del agua. Incluso aunque trabajan despiadadamente de sol a sol, son incapaces de evitar las arenas movedizas de la ruina financiera en la cual se hunden más y más profundamente. ¿Acaso no hay ninguna esperanza?

 

Con la amorosa ayuda del Creador, aprenderemos ambas cosas – como evitar las deudas y como liberarse de ellas, si las personas están ya debiendo dinero.

 

Primero, vamos a definir nuestro concepto de deuda: Una persona endeudada es una persona que ha sacado un préstamo que es incapaz de devolver.

 

Pero, si una persona ha sacado un préstamo que sí es capaz de devolver no es considerada como "endeudada". Por ejemplo, si un hombre tiene que sacar una hipoteca o tomar prestado el dinero para comprar una nueva casa, y puede permitirse los pagos mensuales justamente como puede permitirse pagar el alquiler cada mes, él no es considerado "endeudado." También, si toma prestado el dinero, pero tiene la garantía subsidiaria suficiente para cubrir la deuda, no es considerado "endeudado."

 

Según la tradición judía, una persona nunca debería endeudarse (que, como se ha dicho, significa sacar un préstamo que no puede reembolsar) por cualquier cosa, hasta incluso para cumplir un Precepto.

 

 

Continuara…