Pésaj – Descubrimiento del Yo

Si quieres saber por qué en la noche de Pésaj te convertiste en una nación única, trata de encontrar la razón por la que Labán pretendió liquidarte...

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Rabino Ezriel Tauber

Posteado en 06.04.21

Si quieres saber por qué en la noche de Pésaj te convertiste en una nación única, trata de encontrar la razón por la que Labán pretendió liquidarte

Pésaj es el Yom Tov, la Festividad,del conocimiento. Conocimiento de HaShem y conocimiento del yo, del yo hecho a imagen de HaShem. Este yo Divino es filtrado a través de la mezcla inigualable de talentos del alma y circunstancias de cada uno. Si la vida es el proceso de desdoblar las capas que cubren el yo, entonces Pésaj es un antiguo contacto, intenso e íntimo con el yo en su totalidad, un contacto que alimentará el proceso del desarrollo a lo largo de todo el año.
 
Sal y aprende lo que Labán el arameo quería hacer. El Faraón quería matar a los varones, pero Labán quería matar a todos los judíos. (Hagadá)
 
¿Por qué enfatiza la Hagadá: ´Sal y aprende´?
El Séder de Pésaj es la celebración de nuestro nacimiento. Antes de yetziat Mitzraim el pueblo judío era parte del mundo, uno de los cuatro elementos creados desde el principio (objetos inanimados, vida vegetal, vida animal, vida humana). En el primer Pésaj fuimos elevados completamente a un nuevo nivel de creación: Israel.
Si realmente quieres celebrar tu nacimiento, si realmente quieres descubrir quién eres, ´Sal y aprende´, exhorta la Hagadá, lo que Labán quería hacer. Él era el antisemita supremo. ¿Puedes explicar racionalmente lo que Labán quería? ¿Puedes explicar su odio? Quería exterminar a sus propios nietos (que se habían convertido en judíos a través de Yaakov) ¿Qué le hizo estar tan furioso?
 
Como explica el Maharal, cuando dos entidades de la misma clase, dos países, por ejemplo, pelean, tiene que haber alguna razón, ya sea fronteras, territorio, petróleo o cualquier otra cosa. Cuando dos perros pelean, debe haber un hueso. Sin embargo, cuando dos miembros de categorías diferentes pelean, no hay una razón más que el hecho de que son diferentes. Si un león devora un hombre, no preguntas: ¿por qué el león hizo eso? El león es león y el hombre es hombre, y los leones comen hombres. Si ves que un hombre come pollo, no te preguntas: ¿qué le hizo el pollo al hombre? El hombre es un hombre y el pollo es un pollo.
 
Si quieres saber por qué en la noche de Pésaj te convertiste en una nación única, trata de encontrar la razón por la que Labán pretendió liquidarte. Tu búsqueda finalmente va a ser infructuosa. No había otra razón lógica, más que la que él percibió de repente, que sus nietos estaban en un nivel diferente al de él. La persona que busca una razón definitiva y racional para el antisemitismo estará bloqueado. De hecho, la persistencia del judío en buscar esa razón eternamente esquiva, refleja el hecho de que él no aprecia su status como único ante los seres humanos.
 
Así, si quieres descubrirte a ti mismo en la noche de Pésaj, ´Sal y aprende lo que Labán el arameo quería hacer´. Él era el antisemita supremo; odiaba a los judíos sin ninguna razón lógica, más que el hecho de que eran judíos. Percibía que el judío era algo distinto a él y, como un león que ataca a un hombre, esta distinción era razón suficiente para pretender devorar. Por lo tanto, si dudas de tu propia grandeza, sal y aprende lo que el antisemita sabe: un judío es diferente.
 
Entender con absoluta certeza tu estatura única como un judío, anula la necesidad de buscar medios externos de aprobación. De hecho, buscar tal aprobación revela incertidumbre de la verdadera identidad judía de uno mismo. Y esta idea también la encontramos enfatizada en una lectura sobre Pésaj.
 
En Shir Hashirim, que leemos en el Shabat de Pésaj, encontramos un versículo donde HaShem hace tres juramentos, dos con los judíos y uno con los no judíos. (Para el último juramento con los no judíos, ver el libro Oscuridad antes del Amanecer, Cap. 6). Los dos juramentos que Él hizo a los judíos son: ´No suban como un muro´ (es decir, por la fuerza, a conquistar la tierra de Israel), y ´No se rebelen en contra de las naciones´. Las consecuencias de violar cualquiera de los dos juramentos es severa: ´Haré su carne barata (hefker) como los carneros del bosque´. La gente te perseguirá y no sentirá razón para justificarlo. Simplemente porque eres judío será razón suficiente. ¿Por qué HaShem haría las consecuencias por transgredir estos juramentos tan severas? ¿A quién está protegiendo HaShem? ¿Los árabes? ¿Los gentiles? Ni siquiera por la transgresión evidente de Shabat, o alguna otra cosa relacionada a este asunto, HaShem hace un juramento con condiciones tan severas.
 
Sin embargo, nos tenemos que dar cuenta de que el antisemitismo no es un castigo en el estricto sentido de la palabra. Es el resultado de la pérdida de identidad judía. Existe una relación de causa y efecto. Un judío que niega que él es único, encontrará naturalmente recordatorios de que él no es parte de los elementos mundanos del mundo. Si una persona salta del edificio Empire State y se mata, ¿podemos decir que su muerte es el resultado directo de un castigo? Es simplemente causa y efecto. Saltas del edificio Empire State, te mueres. HaShem hizo un juramento que si un judío olvida quién es él, el antisemita se lo va a recordar.
 
Las otras naciones poseen un país porque lo conquistaron. El territorio los mantiene juntos. Nuestra nacionalidad es diferente. Nos volvimos una nación en el desierto, antes de poseer la tierra; solamente después de haber recibido la Torá, HaShem nos dio el regalo de la Tierra Prometida. Cuando perdemos Torá, eventualmente perdemos la Tierra de Israel. Es una tierra que no existe bajo las mismas reglas que otras tierras. Por lo tanto, cuando un judío conquista la tierra de la misma manera que un gentil la conquista, él niega su singularidad. Por fuerza, él automáticamente se disminuye a sí mismo y se hace accesible a la destrucción.
 
Éste es el primer juramento: ´No vayas como un muro (a conquistar la tierra de Israel)´. Es un juramento relacionado al pueblo judío como nación. No hagas alianza para conquistar Israel como un gentil conquista una tierra. Ustedes no son gentiles. No se comporten como ellos.
 
El segundo juramento: ´No se rebelen en contra de las naciones´ es un juramento relacionado con el individuo judío, especialmente el judío de la Diáspora.

 

La primera vez que el pueblo judío fue al exilio, fue cuando los hijos de Yaakov bajaron a Egipto. En ese tiempo Yaakov los previno: Lama titrou, en esencia es, ´No ostenten´. Yaakov entendía que un judío, por naturaleza, es ostentoso Tiene capacidades y sensibilidades más allá de otros. La pregunta es: ¿qué es lo que va a ostentar? ¿Va a ostentar sus cualidades espirituales o su nuevo Cadillac? Fuimos creados para ser representantes de HaShem en este mundo, los maestros de la humanidad. Sin embargo, esta capacidad puede ser desaprovechada. Así, Yaakov nos previno ´Judíos, ustedes tienen la naturaleza de ostentar. Si no representan a HaShem, sino más bien ostentan abundancia material o status, entonces se están rebelando en contra de los no judíos e incursionando en su mundo.
 
La esencia del mundo no judío es lo físico. Si ustedes injustificadamente exhiben públicamente sus posesiones materiales, despiertan su envidia. Y si no se distinguen espiritualmente de ellos, fracasando en volverse sus maestros para el bien, entonces se volverán parte de su mundo y en alumnos de ellos para el mal´.
Un judío debe poseer e incrementar continuamente la sensibilidad del yo que lo distingue del no judío. En un país gentil, nunca debe perder de vista el hecho de que él es un invitado. En cierta ocasión, el Rav de Satmer zt´l estaba regresando a su casa como siempre seguido de sus alumnos. Un gentil puertorriqueño de 10 años, corrió entre ellos de una manera descarada. El asistente del rabino agarró al niño a la fuerza. Inmediatamente el Rav de Satmer reprendió al asistente. ´No tienes derecho de dañar a este niño gentil´, le dijo. ´La calle le pertenece. No te pertenece a ti. Tú necesitas permiso para caminar acá. No él. Tú eres el que está en territorio extranjero´.
 
Un judío que está consciente de su yo único no se ofende fácilmente. Sabe con certeza que, al final, la verdad triunfa. Por el contrario, el judío que busca canales de aprobación a través de los gentiles carece de su sentido judío del yo. El exilio para él es insoportable pues piensa ante todo en términos materialistas. Sin embargo, uno que cree en la eternidad del pueblo judío maneja con aplomo las limitaciones del exilio porque acepta que es una prueba temporal fundamentada, con su propio conjunto de reglas y oportunidades de logro.
 
La aceptación de nuestro status de exilio, no es un signo de debilidad o de ´pensamiento del Viejo Mundo´. Es el reflejo de una confianza interna respecto de la eternidad de uno mismo y de su pueblo. Es por esto que la rebelión en contra de los gentiles tiene serias consecuencias. Refleja una falta de apreciación de la cualidad única de la identidad judía y requiere que el no judío exprese su conocimiento – a veces expresado positivamente, a veces negativamente – que el judío es distinto a un no judío.
 
Labán quería matarnos porque reconocía cuán elevados estábamos sobre él y no podía soportar ese pensamiento. Sal y aprende la lección del antisemita y descúbrete a ti mismo, judío. Descubre la singularidad sobre ti mismo que el antisemita reconoce. Tú no eres como él. No estás restringido, en un sentido espiritual como él lo está. Por lo tanto, no juegues con sus reglas. Descubre que todo el propósito por el que fuiste creado fue para experimentar un yo que no tiene limitaciones internas en lo absoluto.
 
 
Extraido de Autoestima 
 
(Con la amable autorización de www.tora.org.ar)

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1. Marcela Silveira

4/13/2017

Gracias

Gracias.Muy buen artículo.

2. Marcela Silveira

4/13/2017

Gracias.Muy buen artículo.

Gracias por tu respuesta

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