Decir que No…

Me puse a pensar en mí misma, si yo en el pasado había tenido esa fortaleza para decir “no”, en diferentes circunstancias a expensas de lo que digan mis parientes o amigos …

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Carmen Mercedes Hermoza Ramos

Posteado en 06.04.21

Me puse a pensar en mí misma, si yo en el pasado había tenido esa fortaleza para decir “no”, en diferentes circunstancias a expensas de lo que digan mis parientes o amigos
 

Decir que no…
Hace un tiempo atrás, mi hijo de 9 años llegó de la escuela con un semblante triste y al irme relatando lo que le había sucedido sus ojos se llenaban de lágrimas.  Uno de sus compañeros había llevado una película de terror a la escuela para poder  mirarla en una hora libre; la profesora no estaba dispuesta a dejarles ver dicha película si alguno de los niños no estaba de acuerdo.
Daniel, mi hijo, a quien no le gusta este tipo de películas, se había opuesto a lo que se le sumaron dos niños más, fue ahí cuando  les empezaron a tratar de miedosos, gallinas, etc. Una de sus compañeras le había ofrecido unas golosinas a cambio de que acepte ver la película… Y Daniel no aceptó.
Fue para estos tres niños un día de  burlas por parte de sus compañeros. Daniel llegó a casa muy dolido y a medida que me relataba lo sucedido, venía a mi mente la forma cómo Di-s nos prepara para tiempos futuros. Me dolía ver la tristeza de mi hijo, pero al mismo tiempo me daba mucha alegría que se haya mantenido firme en lo que creía y que no se dejó  chantajear o intimidar por sus compañeros.
Pude explicarle que todo iba a pasar y que en unos días sus compañeros ya no se iban a acordar de lo sucedido. Le expliqué que cuando él sea más grande van a presentarse situaciones en las que va a tener que decir que “no”, como por ejemplo cuándo alguien le ofrezca droga o alguien le incite a faltar al cumplimiento de uno de los Siete Mandamientos Universales, y tal vez quieran chantajearlo o le digan miedoso o gallina para lograrlo. Le dije que se va acordar de este suceso y va a tener la fuerza para mantenerse firme, porque todo pasa.
Me puse a pensar en mí misma, si yo en el pasado había tenido esa fortaleza para decir “no”, en diferentes circunstancias a expensas de lo que digan mis parientes o amigos, si yo había estado o estaba dispuesta a soportar burlas y mantenerme firme en lo que creía…
Mientras vivía en otros países lejos de mis parientes, fue relativamente fácil guardar el cumplimiento de las Siete Leyes, Di-s nos estaba preparando, ahora que regresamos a nuestro país cerca de la presión de la familia, nos toca dar el examen y aprobarlo.
El primer año que llegamos, mi hermana había organizado la cena de navidad, y fue mi cuñado el encargado de hacernos la invitación. Nos puso miles de pretextos para que asistiéramos, entre ellos que la cena era un pretexto para estar unida toda la familia, pero siempre nos mantuvimos firmes y dijimos “No”. Se enojaron, nos llamaron fanáticos, Éramos los únicos que  no habíamos asistido. Pero pasaron unos días y ya les había pasado el enojo y nuevamente pudimos estar juntos, desde esta ocasión nunca más nos volvieron a invitar a eventos religiosos y ya no se enojan con nosotros.
Ahora, aquí en nuestro país, he aprendido que a nuestra familia le costó o le cuesta mucho entender nuestra posición, pero nos quieren y aprendieron a  respetarnos, saben que para nosotros los Siete Mandamientos no son un juego sino nuestra forma de vida.
 
 
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1. Sergio

7/29/2016

El precio pagado

A mí me costó que mi mamá me borrara del testamento y repartiera la herencia entre mis hermanos católicos, con excepción de la parte legítima, que por ley no me podía quitar. ¡Baruj Hashem que todo es para bien!

2. Sergio

7/29/2016

A mí me costó que mi mamá me borrara del testamento y repartiera la herencia entre mis hermanos católicos, con excepción de la parte legítima, que por ley no me podía quitar. ¡Baruj Hashem que todo es para bien!

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