Mi Milagro Personal

Queremos compartir con ustedes una carta de una amiga nuestra, que sintió en carne propia el poder de la Emuná, la fe, y nos conmovió mucho

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Ana Benavides

Posteado en 05.04.21

Nota del Editor: Queremos compartir con ustedes una carta de una amiga nuestra, que sintió en carne propia el poder de la Emuná -la fe auténtica-, y nos conmovió mucho:
 
“Apreciados amigos de Breslev, 
 
Mi hombre es Ana, y estoy en el proceso de conversión al Judaísmo.
 
Les estoy enviando el relato de lo que me pasó el primer día de la festividad de Januca por la mañana.  Esto no es producto de mi imaginación, ni he tomado medicinas para el dolor que hacen alucinar, ni nada de eso.  Es totalmente real, y yo deseo compartirlo con todos, para la gloria del Rey de la Creación. 
 
Unas horas antes, del primer día de Januca, sufrí un traumatismo en el rostro, que me dejó irreconocible por la inflamación, y muy angustiada, (Ronald MacDonald estaba más guapo) pensando que quizás, no volvería a verme a mí misma en el espejo, (porque esa de ahí, no era yo) me sentí muy desesperada, pues nunca he estado enferma, (el Rey del Universo, ha sido tan misericordioso conmigo) así que fue un gran shock.  Yo misma me asustaba cuando me miraba al espejo, y esto no es retórico. 
 
Gracias a HaShem, estoy estudiando el libro “En el Jardín de la Fe”, ¡¡y ahí aprendí que nada está en manos del doctor!! Porque el médico, bueno, con él no era la cosa, estaba super-distraído, ni caso me hizo, me dijo: ¡"Esto señorita, le tomará de tres a cinco meses verse como antes”!  Me recetó, una medicina que se llama “Seridasa” para el dolor y la inflamación.  La  busqué en tres farmacias y no la encontré, así que  regresé a casa.
 
En casa busqué en Internet qué era “Seridasa”, y encontré que estaba hecha de una bacteria que se encuentra en el gusano de seda, así que, no la podía tomar.  Por eso el Rey del Universo, no permitió que la encontrara.
 
Yo pensaba y pensaba,  qué me quería decir HaShem, el Creador,  al haber permitido que esto sucediera.
 
Hice Hitbodedút (Plegaria Personal en Aislamiento), sabiendo que seguro el mensaje es fácil de entender, porque HaShem me conoce de verdad. Él sabe, que no soy tan brillante como me gusta pensar que soy, así que me di cuenta que esto había sucedido para que mi relación romántica con mi reflejo en el espejo, terminara de una buena vez. Y también, para que pudiera tener más empatía con las personas enfermas, y seguro por muchas otras razones que están más allá de la capacidad de mi cerebro.
 
En mi Hitbodedút, pedí perdón por haber estado locamente enamorada de mi rostro tantos años, y  también agradecí por la paciencia del Creador, para que esto sucediera solamente ahora que estudié “En el Jardín de la Fe”, y que reconozco que no estoy en manos de los médicos, ni de nadie, sino sólo del Único Sanador de todo ser viviente,  ¡del Único que sí nos presta atención! Si esto me hubiese pasado antes, seguro me hubiera vuelto loca sin demora, pensando que dependía de un médico.
 
No diré que me puse a bailar de alegría como alguien con una fe perfecta haría, no. Mientras oraba, lloré un río,  lloré tanto que avergoncé al Amazonas, pero, entre lágrimas,  agradecí por lo que sucedió y pedí no sólo ser sanada sino poder ser humilde, y retener esta lección para siempre. 
 
El Miércoles primero de Diciembre sufrí el accidente,  cada noche al encender las luces de Januca,  pedí por milagros para todo Israel, y para sanarme, y el Domingo cinco, ¡¡ya estaba mi rostro original ahí otra vez!!
 
Otro médico me vio, y me dijo que esto no era normal, y que una recuperación total, toma cinco meses, no días, ¡y que era la chica más afortunada del  planeta!
 
¡Y sí que lo soy! Porque mi suerte depende de HaShem. 
 
Yo sentí, a momentos, en tiempo real, cómo mi rostro iba volviendo a su forma original, sentí como si esos cinco meses se hubieran comprimido, como en los videos, cuando se ve el crecimiento de una planta de un año en minutos.
 
Cuando lo sentía, algo moviéndose debajo de mi piel, como si los tejidos estuvieran volviendo a su lugar original, recuerdo haber pensado: “¡¡Oh, esto esta pasando!! ¡¡¡Esto está pasando!!! ¡¡¡Realmente está pasando!!!  Y si pretendiera describir lo que sentí en ese momento, sería en vano, pues las palabras no lo expresarían.  
 
Escribo esto, porque después de recibir un milagro, hay que dar un canto de alabanza a Di-s Todopoderoso. ¡¡¡Cuán grande es Su misericordia!!! ¡¡¡Que altera las leyes de la naturaleza por compasión a nosotros – para que todos sepan, que hay Di-s en Israel!!!

Ana Benavides".

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1. Belem

10/28/2017

Me gozo con tu testimonio de misericordia y bendicion, de parte de Dios de la creasion todo poderoso..Dios nos ama mucho,, Gloria a Hashem..Shalom.

2. Alexandra PAUL

2/10/2017

Bendiciones internas y externas!!

Ana, tu historia me conmovió mucho. Puedo decirte que me alegro de corazón desde aqui, contigo, y no solo por tu salud, sino por tu corazón y por tu espíritu, porque poco a poco vamos caminando en dirección a la fe auténtica en nuestro Creador!. Espero que sigamos aprendiendo y que compartas tu testimonio siempre que te sea posible, porque seguro en muchas partes del mundo, hay personas (como yo) que necesitan fortalecerse en la fe. Bendiciones.

3. Alexandra PAUL

2/10/2017

Ana, tu historia me conmovió mucho. Puedo decirte que me alegro de corazón desde aqui, contigo, y no solo por tu salud, sino por tu corazón y por tu espíritu, porque poco a poco vamos caminando en dirección a la fe auténtica en nuestro Creador!. Espero que sigamos aprendiendo y que compartas tu testimonio siempre que te sea posible, porque seguro en muchas partes del mundo, hay personas (como yo) que necesitan fortalecerse en la fe. Bendiciones.

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