¿Por qué el exilio? – Bejukotai

Para que el pueblo judío cumpla con su destino nacional, para eso debe portar el sello de Dios. La nación debe reconocer su misión especial...

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Posteado en 18.05.22

Para que el pueblo judío cumpla con su destino nacional, para eso debe portar el sello de Dios. La nación debe reconocer su misión especial…

La Torá nos advierte que, si no escuchamos a Dios y no cumplimos las mitzvot, seremos castigados con el hambre y la guerra, y finalmente, con el exilio.

“Os dispersaré entre las naciones y desenvainaré la espada tras vosotros. Vuestra tierra quedará desolada, y vuestras ciudades en ruinas” (Levítico 26:33)

¿Por qué el pueblo judío debe ser castigado con el exilio? Para responder a esta pregunta, primero debemos entender el verdadero significado de residir en la Tierra de Israel. Si el objetivo del pueblo judío es llevar el monoteísmo ético al mundo, ¿acaso no se cumpliría más eficazmente su misión cuando el pueblo está disperso entre las naciones?

Sin embargo, existe una razón única para que el pueblo judío viva en la Tierra de Israel. Y es que necesitan habitar juntos en la Tierra para que haya una nación en el mundo sobre la que descanse el honor de Dios; una nación para la cual la Providencia Divina se revele en su historia y circunstancias; una nación que sea una fuente para que todos los pueblos absorban el conocimiento de Dios y Sus caminos. Su objetivo es demostrar que la moral Divina puede llenar toda una nación, una moral que ilumina no sólo la vida privada de los individuos, sino que también guía los caminos públicos de las naciones.

Para que el pueblo judío cumpla con su destino nacional, para eso debe portar el sello de Dios. La nación debe reconocer su misión especial…

Cuando el pueblo judío en su conjunto abandonó a Dios, a pesar de que muchos individuos seguían cumpliendo algunas de las mitzvot, la nación perdió su señal distintiva. La tierra ya no era reconocible como la tierra de Dios, y la nación ya no era reconocible como la nación de Dios. Se veían a sí mismos como un pueblo como todos los demás pueblos.

En ese momento, el pueblo judío necesitaba el exilio. Necesitaban vagar entre las naciones, despojados de todos los bienes nacionales. Durante este exilio, descubrieron que son diferentes de todos los demás pueblos. Descubrieron que la esencia de su pueblo contiene una cualidad especial; y esa cualidad especial es el Nombre de Dios que está asociado a ellos.

La permanencia en Babilonia

Encontramos en el Talmud (Shabat 41a) una opinión sorprendente sobre la naturaleza del exilio. Cuando el erudito del siglo IV, Rabí Zeira, deseaba ascender a la Tierra de Israel, necesitaba evadir a su maestro, Rav Yehuda. Porque Rav Yehuda enseñaba que cualquiera que abandonara Babilonia para ir a la Tierra de Israel transgredía el mandato positivo: “Serán llevados a Babilonia, y allí se quedarán, hasta el día en que me acuerde de ellos” (Jeremías 27:22). (El rabino Zeira, sin embargo, no estaba de acuerdo con esta interpretación. Según él, la profecía sólo se refería a los recipientes del Templo sagrado).

¿Por qué pensaba Rav Yehuda que trasladarse a la Tierra de Israel era algo tan malo?

Por aquella época, Babilonia era el centro del estudio de la Torá. Se establecieron grandes academias en Nehardea, Sura y Pumbedita. La vida judía en Babilonia se centraba en la santidad de la Torá. Este gran renacimiento del estudio de la Torá inculcó un profundo reconocimiento de la verdadera esencia del pueblo judío. Como tal, Babilonia fue la clave para la redención de Israel y su regreso a su tierra. Únicamente cuando el pueblo judío asimile plenamente esta lección, el exilio habrá cumplido su propósito y el pueblo judío podrá regresar a su tierra.

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