¿Centrados en sí mismos?

Dedicado con afecto y admiración al Rabino Itzjak Iaakov Abelson zt”l, padre de 15 hijos bli ain hará, y Rabino de la Comunidad Latina en Jerusalem, que falleció esta semana

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¿Centrados en sí mismos?

Grupo Breslev Israel

Posteado en 20.06.22

Dedicado con afecto y admiración al Rabino Itzjak Iaakov Abelson zt”l, padre de 15 hijos bli ain hará, y Rabino de la Comunidad Latina en Jerusalem, que falleció esta semana tras una prolongada y durísima lucha contra la majalá, El Rabino Abelson dedicó su vida completamente al estudio de la Torá y a ser de ayuda a los demás en forma completamente desinteresada. ¡Cuánto podemos y deberíamos aprender de él!

Rabino Itzjak Iaakov Abelson, zt”l

Hoy vamos a hablar de una de las formas más comunes en que se desencadena un sentimiento general de tristeza y baja autoestima. En la vida, todo el mundo tiene momentos en los que siente que no tiene ningún propósito; a veces nos preguntamos qué demonios estamos haciendo aquí. Ocurre que nos sentimos perezosos y sin motivación para realizar las tareas normales y cotidianas. Y si las hacemos, es como si estuviéramos en modalidad de piloto automático, llevando a cabo las acciones, en forma mécanica, con los pensamientos a un millón de kilómetros de distancia.

Veamos estos escenarios:

Escenario 1- Una madre de niños pequeños; no trabaja afuera; tiene ayuda en casa o ayuda diaria; puede permitirse darse un gusto cuando va de compras; sale con sus amigas varias veces a la semana, va al gimnasio. No está contenta con su vida.

Escenario 2- Un hombre de mediana edad, con un trabajo estable hace ya muchos años, con un matrimonio en crisis o ya divorciado, que no entiende a esta generación de jóvenes perezosos que se aprovechan de su duro trabajo de forma gratuita.

Escenario 3- Una persona (hombre o mujer), de 30 a 40 años, que salta de un trabajo a otro, que salta de una relación a otra, que vive el momento (y los fines de semana), piensa que la vida debe vivirse como “Las Kardashians”.  Vacío por dentro.

Aunque son tres escenarios muy diferentes, tienen un tema común muy importante: sus vidas están centradas al 100% en ellos mismos.

Echemos un vistazo a las relaciones: ¿cuál es el mayor problema que inicia la mayoría de las peleas entre parejas? Que no tengo mis necesidades cubiertas.

Sí, este es un problema válido. Pero apliquemos lo que Rav Arush enseña en sus manuales para la pareja: “En el Jardín de la Paz” y “La Sabiduría Femenina”: cuando cada persona de la relación se centra en satisfacer las necesidades del cónyuge, ambos consiguen satisfacer sus necesidades y la relación prospera.

¿Qué ocurre cuando uno de los cónyuges se dedica sólo a recibir? Pues bien: acaba absorbiendo toda la energía del que da, y muchas veces la relación acaba muriendo.

Así que apliquemos esta teoría a la vida en general.

Cuando recibimos regalos de Dios, ya sea sustento, salud, tiempo, un talento, etc., estos regalos vienen con una advertencia. No olvides leer las letras pequeñas.

El propósito de estos regalos no es sólo para que los disfrutemos nosotros.

Debemos compartir nuestros dones con los demás.

Este es, para mí, el secreto de la plenitud. Hay un famoso dicho en el judaísmo: “La recompensa de una mitzvá es otra mitzvá”. ¿Qué significa esto en la práctica? Los rabinos han descrito la dulzura de la mitzvá en sí misma: si uno está espiritualmente elevado, puede sentir esta dulzura, y esto en sí mismo es suficiente recompensa.

Sin embargo, yo no me siento en un nivel tan elevado espiritualmente. Lo que sí noto es que, cuando hago cosas por los demás, tengo una profunda sensación de gratificación, al saber que he ayudado a mejorar la vida de otra persona. Tal vez sea a este sentimiento al que se refieren los sabios. No lo sé.

Piensa en una ocasión en la que hayas hecho algo realmente compartido, realmente útil para otra persona. No tiene que ser algo enorme – solo algo que estaba más allá de tu zona de confort normal.

¿Cómo te sentiste después?

¿Te sentiste orgulloso de ti mismo? ¿Te alegraste de haber podido ayudar? ¿Sentiste una fuerte sensación de propósito en ese momento? ¿Viste la vida de forma más positiva?

Tómate tu tiempo para pensar en cómo te sentiste. ¿No te gustaría volver a sentirte así?

La vida pasa muy rápido. Estamos tan ocupados atendiendo nuestras propias necesidades que nos olvidamos de que los demás también tienen necesidades. Especialmente en las familias, los cónyuges y los hijos a menudo se descuidan emocionalmente porque estamos demasiado ocupados.

El Dr. Ballen compartió una vez conmigo un interesante estudio. Explicó que cuanto más comparten las personas con los demás, más tiempo parecen tener. ¡Qué sorprendente paradoja!

Hay varias cosas que puedes hacer para salir de ti mismo y centrarte en ayudar a los demás. Puedes elegir un día al mes y ayudar en el albergue local para personas sin hogar. Puedes ser voluntario en el hospital, simplemente yendo a hablar con los pacientes que no tienen familia que los visite.

Sin embargo, no tienes que reservar tu participación para un solo día al mes. A diario, puedes centrarte en poner una sonrisa en la cara de otra persona. Dile un cumplido a tu pareja y dedícale unos minutos de atención. Dales a tus hijos un abrazo extra grande y un verdadero “te quiero”. Ayuda a alguien en el trabajo, aunque sea de forma tan sencilla como prepararle una taza de café.

Sea lo que sea, concéntrate en ayudar a los demás: ¡te sorprenderás de la felicidad que obtienes a cambio!

Escribe tu opinión!

1. Anónimo

6/21/2022

Amado Hashem, envia al Mashiaj, acorta estos tiempos, transforma nuestra naturaleza, por tu infinita misericordia, no nos juzgues con vara celestial, juzganos con vara terrenal. ¿ porque habras de destruirnos a todos?

2. Carlos Cruz Vazquez

6/21/2022

Gracias por la enseñanza se aprende mucho y para toda la vida lamento la perdida de el Rabino muchas bendiciones para todos

3. Marianella Natividad Paredes Guevara

6/20/2022

Qué hermosa reflexión para mí, justo los necesitaba. Muchas Gracias.

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