Hablando de la redención – Nitzavim

Dios es la sombra de nuestras acciones: la forma en que nos comportamos con Él es la forma en que Él se comporta con nosotros.

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Rabino Pinjas Winston

Posteado en 28.09.22

Ciertamente habré ocultado (haster astir) Mi rostro en ese día a causa de todo el mal que hizo [la nación judía], habiéndose convertido a dioses ajenos (Devarim 31:18)

¿Dónde está Ester [aludida] en la Torá? Ciertamente habré ocultado (haster astir) Mi rostro (Devarim 31:18) (Jullin 139b)

Es un juego de palabras entre ‘astir’ y ‘ester’, pero el Talmud habla en serio, y Rashi explica la intención de la pregunta:

“Ciertamente habré ocultado Mi rostro” en los días de Ester; será [un tiempo de ocultamiento Divino], y [por lo tanto] de grandes problemas y males (Rashi)

Cuando pensamos en la historia de Purim, recordamos cómo Mordejai y Ester tramaron la milagrosa salvación de la nación judía frente al diabólico intento de Hamán de ejecutar su propia versión de la “Solución Final” contra el pueblo judío de su época. Al celebrar su caída cada Purim, es fácil recordar el milagro y olvidar las aflicciones que causó, y cómo afectaron a las vidas de los judíos de la época de Ester.

Sin embargo, en el contexto de la pararshá de esta semana, el versículo no se centra en el milagro, sino en aquello que lo precedió. El verso está hablando de la negrura, del vacío que resulta en la historia cuando el pueblo judío Le da la espalda a Dios y a la historia.

De hecho, el siguiente diálogo del Talmud refuerza este punto:

Los alumnos de Rebi Shimon bar Yojai le preguntaron: “¿Qué hicieron para justificar el exterminio en esa generación?”.

Él les respondió: “Díganme ustedes”.

Ellos dijeron: “¡Fue porque asistieron al banquete de esa persona malvada (Ajashverosh)!”

Él dijo: “Si es así, entonces sólo Shushan debería haber sido destruida, no todo el mundo (es decir, los judíos de todas las provincias también).”

Ellos respondieron: “¡Entonces dinos tú!”.

Él les dijo: “Porque se inclinaron ante un ídolo (Rashi: Durante la época de Nabucodonosor)”.

Preguntaron: “Si es así, entonces eran realmente culpables. ¿Por qué sobrevivieron (Rashi: Por qué merecieron un milagro)?”

Él les dijo: “Sólo lo hicieron ‘por dentro’ (Rashi: Por miedo). Por lo tanto, El Santo, Bendito sea, actuó ‘adentro’ (es decir, de manera oculta), como dice: ‘Porque, Él no atormenta al azar’ (Eijá 3:33).” (Meguilá 12a). Vale decir, aunque el pueblo judío sólo se inclinó ante el dios extranjero como parte de un acto para engañar a Nabucodonosor, con el fin de evitar la persecución, Dios, a su vez, sólo ‘actuó’ como si hubiera abandonado al pueblo judío. Porque, como señala el autor del Nefesh HaJaim, las palabras “Dios es tu sombra a tu derecha” (Tehillim 121:5) pueden tomarse literalmente: Dios es la sombra de nuestras acciones: la forma en que nos comportamos con Él es la forma en que Él se comporta con nosotros.

Esto me recuerda aquel chiste sobre la persona que murió, fue al Cielo y se quejó ante Dios: “Sabes, Dios, toda mi vida confié en Ti, e incluso les dije a otros que hicieran lo mismo. Sin embargo, cuando se trataba de ganar la lotería, siempre perdía. Dime, ¿POR QUÉ NO PUEDES PERMITIRME GANAR LA LOTERÍA SOLO UNA VEZ?

Dios: “Primero dime, ¿POR QUÉ NO PUEDES COMPRAR AL MENOS UN BILLETE?”

El mensaje queda claro, ¿verdad?

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