Hablando de la redencion – 3ra parte

Nuestros Sabios enseñaron: "Y el espíritu volverá a Dios, Quien lo dio" (Kohelet 12:7); es decir, devolver el alma a Dios tal como Él te la dio. Él te la dio purificada, devuélvesela purificada

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Rabino Pinjas Winston

Posteado en 23.10.22

Pasad, pasad por las puertas; despejad el camino para el pueblo; pavimentad, pavimentad el camino; limpiadlo de piedras; levantad un estandarte sobre los pueblos (Yeshayahu 62:10)

Cuando Nitzavim y Vaielej se leen juntos, como en la mayoría de los casos, la Haftará es de Yeshayahu, 61:10-63:9, dentro de la cual se encuentra el versículo anterior.

ATRAVESAR LAS PUERTAS De otras ciudades para proclamar la reunión de los exiliados (Ibn Ezra).

LEVANTAR UNA BANDERA: Para indicar a los judíos dispersos que regresen a su tierra (Rashi).

No hay mayor consuelo que ver el fin del exilio y el comienzo de la redención. Sin embargo, algunos consuelos pueden tener el efecto contrario, enfatizando nuestra impotencia en cuanto a lograr los resultados deseados, como la Redención Final.

“Volved a Mí, y Yo volveré a vosotros”, dice Dios, Amo de las Legiones; pero vosotros decís: “¿De qué nos arrepentiremos?” (Malaquías 3:7)

Vale decir:

En la medida en que apresuramos la Redención, acariciando sus piedras y favoreciendo su polvo, la redención se acerca a nosotros. Así, aunque el versículo citado anteriormente parecería estar hablando de la llegada del Mashíaj, en realidad puede estar hablando del presente. El Talmud ofrece una analogía muy apropiada:

Nuestros Sabios enseñaron: “Y el espíritu volverá a Dios, Quien lo dio” (Kohelet 12:7); es decir, devolver el alma a Dios tal como Él te la dio. Él te la dio purificada, devuélvesela purificada. Es como un rey humano que les repartó ropa a sus siervos. Los sabios de entre ellos las doblaban y las guardaban en una caja, mientras que los necios las usaban para su trabajo diario. Un día, el rey exigió que le devolvieran la ropa. Los sabios devolvieron la suya limpia y planchada, mientras que los necios se la devolvieron sucia y desgastada. El rey se alegró de las acciones de los sabios, pero se enfureció con los necios. Entonces ordenó que se guardaran las ropas de los sabios y que ellos mismos se fueran en paz. Sin embargo, la ropa de los necios debía ser lavada y ellos mismos debían ser enviados a prisión (Shabat 152b).

En otro lugar el Talmud define:

¿Quién es un hombre sabio? Aquel que se anticipa a lo que puede ocurrir (Tamid 32a)

Sucedió al final de los 430 años, y sucedió en ese mismo día, que todos los ejércitos de Dios salieron de la tierra de Egipto (Shemot 12:41)

Y OCURRIÓ EN ESE MISMO DÍA: Esto nos dice que al llegar el Fin, Dios no los detuvo ni siquiera en un abrir y cerrar de ojos. (Rashi)

Yeshuat Hashem ke-heref ain – “La Redención de Di-s llega en un abrir y cerrar de ojos – pero sólo para el que no se anticipa y se inicia.

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