Diversidad Divina

Si conoces a alguien nuevo y lo primero que piensas es: "Qué antipatico”, puede que él no sepa lo que estás pensando, pero lo sentirá en el corazón

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David Ben Horin

Posteado en 31.10.22

Nuestras leyes civiles para erradicar el racismo no están resolviendo el problema. Adoptemos un enfoque diferente y utilicemos las técnicas probadas del Rey de Reyes.

Juzgarás a tu prójimo favorablemente (PIrkei Avot 1:6)

No andarás como chismoso en medio de tu pueblo. No odiarás a tu hermano dentro de tu corazón (Vaikra 19:16)

Amarás a tu prójimo como a ti mismo (Vaikra 19:18)

Estas tres mitzvot de la Torá le ordenan al judío no ser racista.  

Estos tres mandamientos de Dios para cada judío nos prohíben mantener estereotipos sobre las personas basados en su género, raza, color, orientación sexual, incluso en su tendencia política. 

Para ser racista, hay que juzgar a alguien incluso antes de decirle una palabra. 

Somos propensos a hacer comentarios sobre las personas porque forman parte de un grupo específico. “Estoy seguro de que lo difundió ella. Ya sabes cómo les gusta hablar”. “Haz lo que dice. Ya sabes lo exaltada que puede ser esa gente”.

Esto nos está destruyendo como nación. 

La gente es la que sufre a causa de estos juicios erróneos. Al público religioso se le puede negar un trabajo por el estereotipo de que “son todos primitivos”. A las mujeres se les niega un ascenso porque “son demasiado delicadas “.

Desde las iniciativas de discriminación positiva adoptadas por el presidente estadounidense Richard Nixon hasta el diálogo políticamente correcto que se inició veinte años más tarde, pasando por el hecho de favorecer abiertamente a las minorías para los puestos de trabajo en la actualidad…

Hemos estado trabajando para solucionar el problema racista en el mundo, pero las divisiones parecen empeorar cada vez más.  

Es hora de ir más allá de los funcionarios elegidos que gobiernan la ley humana, y mirar al Rey de Reyes y cumplir Su ley. Las respuestas que Él nos dio para resolver el racismo hace miles de años son tan relevantes hoy como siempre. 

Te propongo seguir estas sencillas reglas para borrar el racismo de tu vida:

No juzgues a ningún judío. Haz todo lo que puedas para bloquear cualquier suposición basada en lo que ves u oyes. 

Busca una sola cualidad buena en cada judío que conozcas. Puede ser algo que digan. Puede ser la forma en que se presentan. Puede ser que Hashem los haya hecho parte de Su pueblo atesorado. Oblígate a buscar sólo lo bueno en cada persona que veas.

Comparte tus hallazgos. Refuerza tu nueva actitud hablando de las nuevas cualidades que ves. Menciona una virtud, pero no exageres. Halagar demasiado a alguien hace que los demás se pongan a la defensiva, y entonces aparece el lashon hara (malas lenguas).

Si conoces a alguien nuevo y lo primero que piensas es: “Qué antipatico”, puede que él no sepa lo que estás pensando, pero lo sentirá en el corazón. Cuando responda a tus preguntas con respuestas de una sola palabra y no puedas entender por qué corresponde a tu franqueza con el trato de silencio, revisa tu corazón. 

Sin embargo, si en el momento en que ves a alguien te dices: “Me caes muy bien. Qué te parece si somos amigos”, entonces van a actuar de forma diferente. 

Haz el intento. La próxima vez que veas a alguien, sonríe y piensa en lo buena que parece esa persona y en que van a ser amigos. 

Al ver una cosa buena de un compañero judío, estamos cumpliendo el mandamiento de Hashem de Amar al prójimo como a uno mismo. (Vaikra 19:18) 

Hazlo con todos los judíos. Hágalo con los judíos de cualquier color, origen, afiliación religiosa y orientación política. 

Diversidad para incluir a todos

¿No es racista ver a todo el mundo con buenos ojos, siempre que sea judío?

No. Es un buen comienzo. 

Una vez que se logra la capacidad de abrazar a todos los judíos con una actitud positiva, se puede abordar a todos de esta manera. 

Juzgar favorablemente a un judío es un mandamiento. Juzgar a todos favorablemente es un acto de bondad. 

Es poner tu granito de arena para mejorar el mundo haciendo que todos los que te rodean sientan que se los mide por el contenido de su carácter y no por el color de su piel. . . o su género, o por quién prefieren en las próximas elecciones. 

Siguiendo a Dios y la Torá que nos da, estamos haciendo nuestra contribución para erradicar el racismo, el odio y la injusticia de Su mundo.  

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