¡Agarra todo lo que puedas! – Vaishlaj

Todos nos sentimos, cada tanto, inseguros sobre algo. Queremos saber: ¿Cuál es el mejor consejo para mí en esta situación? 

En la sección de la Torá de esta semana, Yaakov y Esav se reencuentran después de muchos años y Yaakov sabe que Esav todavía lo odia y quiere matarlo. Yaakov se prepara para el encuentro: “Entonces Yaakov envió ángeles delante de él a Esav, su hermano, a la tierra de Seir… Los ángeles volvieron a Yaakov, diciendo: ‘Hemos venido a tu hermano, a Esav; además, se dirige hacia ti, y cuatrocientos hombres están con él’. Yaakov se asustó mucho y se angustió. Así que dividió a la gente que estaba con él, y los rebaños, el ganado y los camellos, en dos campamentos. Porque dijo: ‘Si Esav se acerca a un campamento y lo derriba, el campamento restante sobrevivirá’“ (capítulo 32:4-9). Yaakov dividió su campamento en dos, para que el otro campamento, con la familia de Yaakov, pudiera huir a un lugar seguro mientras su primer campamento luchaba contra el ejército de Esav. 

Rabí Natan explica una lección espiritual muy importante que podemos aprender de la estrategia de Yaakov de dividir su campamento en dos. Cuando vemos que es difícil obtener un consejo completo, debemos proceder por lo menos según la parte del consejo que podamos cumplir. Esto significa que uno debe tratar de mantener las prácicas que pueda en su servicio a Hashem, cualquier mitzvá o buena acción, aunque no sea capaz de cumplirla en su totalidad.

Cuando la persona ve que la Inclinación al Mal la ataca y la domina, le parece que no tiene la fuerza necesaria para enfrentarla adecuadamente. Por lo tanto, el principal consejo en esta situación es confiar en la fuerza del verdadero tzadik. Entonces, sea cual sea el camino que decida recorrer, el tzadik lo guiará para que pueda encontrar a Hashem. 

Cada uno de nosotros debe decidir firmemente en su corazón que nunca se alejará por completo de servir a Hashem. Nunca nos daremos por vencidos. Rabí Natan da un ejemplo: Cuando alguien quiere estudiar mucho o dedicar mucho tiempo a la plegaria, y ve que le resulta difícil llevarlo a la práctica, debe tener la firme voluntad de que, pase lo que pase, tratará de agarrar todo lo bueno que pueda en su vida. Incluso si no puede rezar correctamente, debería decir una pequeña oración o súplica, y trabajar para aumentar su deseo de servir a Hashem. Debe clamar a Dios, pedirle que lo salve y que lo ayude a rezar correctamente con intención. 

Rabí Natan concluye que este principio es válido en todos los ámbitos de la vida en los que queremos hacer algo bueno y se nos impide hacerlo, o nos parece que es demasiado difícil de realizar.

Para muchas personas en esta “generación instantánea”, poder hacer lo que quiera o comprar lo que desee en un instante se ha convertido en una expectativa que puede causarnos mucha frustración cuando nos encontramos con obstáculos. Rabí Natan nos enseña aquí una perspectiva completamente diferente: agarrar todo lo bueno que podamos en el momento, incluso si está lejos de ser perfecto.