Hashem salvará a Su nación

Las naciones del mundo están en crisis y ni siquiera somos conscientes. Mucho antes de que nacieran nuestros abuelos, ya existía el concepto de jubilación. Uno trabaja hasta los 65 años, y luego el gobierno se hace cargo de uno, dejándolo libre para hacer lo que quiera.

A finales del siglo XIX, cuando se instituyó por primera vez el concepto de pensión, este era en realidad prácticamente una estafa. La gente pagaba al sistema y recibía su pensión completa. El truco consistía en mantenerse vivo hasta entonces. Menos de una décima parte de la gente vivía tanto tiempo.

Cuando se creó la seguridad social en 1935, la esperanza de vida media era de 60 años para los hombres y de 64 para las mujeres. El gobierno seguía ganando dinero.

Hoy, las cosas son diferentes. La esperanza de vida media es de 77 años. Cada ciudadano puede esperar que el gobierno le pague 12 años de seguridad social.

El sistema no fue diseñado para eso. No fue diseñado para aumentar los pagos de cada pensionista para ajustarse a la inflación.

En Occidente, el dinero que los trabajadores han aportado durante los últimos 50 años ya se ha gastado. Todo lo que queda es un enorme pagaré.

La bendición de Israel

En América, Europa y Japón, la tasa de natalidad es negativa. Menos personas se casan y tienen hijos, por lo que la cantidad de personas que se acogen a la pensión es mayor en relación con la cantidad de personas que contribuyen al sistema.

¿Quieres apostar tu futuro dependiendo de que congresistas como Alexandria-Ocasio Cortez voten o no por mantener la Seguridad Social cuando cumplas 60 años?

Israel tiene la tasa de natalidad más alta del mundo desarrollado. Por cada pensionista, tenemos el mayor número de personas que contribuyen al sistema y esa cifra aumenta constantemente.

¿A qué se debe esto?

Seguimos el primer mandamiento al que nos obliga Hashem:

“Sean fecundos y multiplíquense”

Seguimos otro mandamiento al que nos obliga Hashem:

El mandamiento del Brit, que rige nuestro uso del órgano asociado a él.

La moralidad es la base de una familia numerosa, feliz y santa. Es el garante de una nación que crece continuamente en número.

En 1967 había un millón de árabes en el centro de Israel (la “orilla oeste”) y cero judíos. Hoy hay dos millones de árabes y 700.000 judíos viviendo en el corazón de nuestra nación. Hemos pasado del 0% al 35% en medio siglo.

El mundo exige que cedamos tierras con el argumento de que los árabes tienen más hijos. Pero ya no es así. Las tasas de natalidad judía en Israel están eclipsando las tasas árabes, y la diferencia se está ampliando.

Bendición y prosperidad

¿Cómo puede Israel garantizarles a sus mayores que vivirán su vida con un cheque cada mes, mientras que tal promesa es insostenible en Occidente?

¿Qué hacemos nosotros que no hagan América, Europa y Asia?

Israel es la nación más religiosa del mundo desarrollado.

1.      Servimos a Hashem.

Las familias que sirven a Dios hacen todo lo posible para tener tantos hijos como puedan criar. Esto hace que la tasa de natalidad esté en constante expansión, cumpliendo la promesa de Hashem a Abraham de que seremos tan numerosos como las estrellas del cielo y las arenas de la tierra.

2.      Sólo permitimos el matrimonio según la ley judía

Las uniones entre personas del mismo sexo son un puñal en el corazón del país. Dos adultos productivos producen cero hijos. Envejecen y pasan a depender del Estado para que les proporcione una pensión y prestaciones sanitarias (que cuestan más que la pensión) sin criar hijos que las paguen.

Eso supone una carga adicional para las personas que construyen familias.

Al reconocer sólo las familias aprobadas por Dios y oficiadas por el Gran Rabinato de Israel de acuerdo con la ley de la Torá, garantizamos que sólo los matrimonios aprobados por Hashem serán válidos en Israel.

Lo hacemos a la manera de Dios, y Baruj Hashem, Él nos recompensa con expansión, estabilidad, prosperidad y fuerza. Comenzamos con un trozo de tierra en 1948. Hoy, tenemos el doble.

Hashem nos promete todo desde el Éufrates hasta el Nilo. Eso es el Líbano, la mitad de Siria, partes de Irak, el Sinaí y Jordania.

Hashem le dará poder a Su nación. Hashem bendecirá a Su pueblo con la paz (Salmos 29:11).

 Lo mejor está aún por venir.