El Clon y Yo

En un principio ambos chivos están parados en la puerta del Templo. Mas cada uno de ellos tendrá diferente destino…

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Rabino Daniel Oppenheimer

Posteado en 05.04.21

En un principio ambos chivos están parados en la puerta del Templo. Mas cada uno de ellos tendrá diferente destino…

El clon y yo (el chivo emisario)

Un escritor que estaba presente en el juicio que se le hizo al verdugo Eijman y que había sido su víctima durante la destrucción de Europa, se concentró en estudiarle los rasgos de la cara durante el enjuiciamiento que se le hizo en 1961 buscándole rastros de locura por los crímenes que había cometido en los campos de exterminio. El acusado, sin embargo, parecía tranquilo y "normal" como cualquier otro ser humano. El escritor, que no podía concebir que fuese "igual" a todos, dijo entonces: "Si él es normal, entonces ¿seré yo el loco?…" Esto no fue una excepción. La mayoría de los asesinos nazis vivieron vidas que se considerarían "normales" y volvieron a conocerse como "buenos vecinos" después de la guerra en los refugios que encontraron. Se cuenta de Göbbels, que entraba a su casa por la puerta de atrás de noche para no despertar a su canario…

Si seguimos contemplando los caracteres de las personas, veremos que hay tantos que tienen distintas caras y actitudes cuando están, p.ej. en su casa y otra frente a terceros. Uno no termina de sorprenderse cuando escucha que personas a las cuales uno veía actuar con dignidad y generosidad, son déspotas en sus hogares o en sus lugares de trabajo…

Lo primero que salta a la vista es la obvia contradicción por la hipocresía. Uno tiende a no querer tener nada que ver "con esa clase de gente". Pero… ¿no tendremos todos algo de eso? Y si, a Di-s gracias, nuestras dicotomías no son tan evidentes, ¿cuán lejos estamos de actuar tan contrario a lo que en la realidad hacemos?

Una de las partes más significativas del servicio de Iom Kipur en el Bet HaMikdash de antaño, era el envío del "chivo emisario". El servicio de Iom Kipur era, para la gente que tuvo oportunidad de participar de él, un momento de suma trascendencia y expectativa. Todos estaban pendientes de cada acto del Sumo Sacerdote (el "Kohen Gadol") quien entraba al lugar más sagrado delBet HaMikdash (Sagrado Templo) denominado el "Kodesh HaKodashim" (Sumo Santuario). Era la única vez al año en la que había obligación de ingresar y la entrada estaba reservada para el Kohen Gadol únicamente, quien lo hacía totalmente solo.

¿Qué había en el Kodesh HaKodashim? Durante el período del primer templo destruido en el año 421 antes de la era común, estaba allí el arca con las tablas de la ley, otorgadas a Moshé en el Monte Sinai. En el segundo templo, luego que el arca había sido escondida, ocupaba el lugar la piedra llamada "Even Shtiá" que algunos dicen que es la que se encuentra en la Mezquita de Omar.

Para ser correctos, el nombre "chivo emisario" no es la traducción correcta, ni, menos, tiene la connotación que la gente habitualmente le da (la de un ser a quien se lo responsabiliza injustamente por las culpas de los demás). Quizás fuese más adecuada la traducción de "chivo expiatorio". Lo que es importante destacar es que este chivo es uno de dos que el pueblo le daba al Kohen Gadol para un capítulo decisivo del servicio de Iom Kipur, aparte de los animales que el Kohen traía de su propiedad. Estos dos chivos debían ser totalmente similares en su aspecto, altura y costo de compra. Luego, en medio del servicio, el Kohen Gadol hacía un sorteo entre ambos. (Si uno de los dos quedara descalificado después del sorteo, se debía traer un chivo adicional y volver a sortearlos). La sangre de uno de los dos, sería luego salpicada dentro del Kodesh HaKodashim. El otro chivo sería arrojado en el desierto, luego que el Kohen Gadol hubiera confesado sobre él los pecados del Pueblo de Israel.

Si bien es muy posible que no lleguemos a entender el porqué de todos los detalles de este servicio, el Rabino Shimshon Refael Hirsch zt”l. señala el significado que tiene la obligación del sorteo de dos chivos idénticos. El chivo, en su posición de bajar la cabeza desafiando a quien lo ataca, simboliza la voluntad de desafiar y de oponerse que posee el ser humano. En un principio ambos chivos están parados en la puerta del Templo. Mas cada uno de ellos tendrá diferente destino. A su vez, todos y cada uno de nosotros puede elegir la opción de someterse totalmente al servicio de Di-s permitiendo que nuestra "sangre" sea llevada al Santuario. Esto significa que será necesario desafiar todas las tentaciones internas y externas que se pongan en el camino para impedirlo. Por otro lado, todos tenemos la opción de utilizar esa misma característica para oponernos a Di-s Mismo al negarnos a obedecer Su ley. (El vocablo "Azazel" en hebreo puede ser dividido en dos partes y significar: Az = bravo, y Azal = ido, es decir, quien fue testarudo pero se ha "ido" sin futuro.)

Con esto se hace alusión a uno de los principios elementales del judaísmo. A diferencia de los animales y de los ángeles, que han sido creados sin poder de elección, el ser humano se constituye en este mundo como delegado de Di-s con el título de "Adam" = hombre (que genéricamente se refiere a varones y mujeres) que en hebreo proviene etimológicamente de la palabra "domé" = se asemeja. El ser humano goza de la libertad moral que le permite someter sus pasiones para llegar a la posición encumbrada de ser semejante a Di-s.

En otras palabras, la única manera que tenemos los seres humanos de ser santos es haber tenido a la vez posibilidad de haber podido optar de otro modo. Es eso lo que jerarquiza el valor de cada acción. Nada es obvio. Todos podíamos haber actuado distinto en todo momento al estar equidistantes de ambas alternativas. Todos podíamos ser el chivo cuyo destino (Goral) lo condujo al Santuario… o a la perdición. Salvo que no somos chivos, sino hombres.

Existen teorías que creen en el ser humano en una versión moral muy limitada. Es cómodo decir sobre si mismo que "no tuve opción", "me hicieron rabiar", "es más fuerte que yo". Tendemos a escondernos detrás de estos "justificativos" para racionalizar cualquier acción. Sin embargo, lo que está diciendo la persona mediante estos pretextos, es: "No tuve la voluntad de hacer lo que debía hacer".

¿Existe algún día en el año que sea más apropiado para este mensaje?

Al comienzo de Iom Kipur decimos: "SheHejeiánu… – Quien nos permitió vivir, nos mantuvo, y nos hizo llegar a este día". Siendo así, que no se nos pase sin haber aprendido la lección.

– Por Rab Daniel Oppenheimer www.ajdut.com.ar –

(Gentileza: www.tora.org.ar)
 

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