El Mensaje de Januca

El milagro de Janucá, cuando pocos vencieron a muchos, y débiles, a poderosos, se repite todos los días... Fíjense a su alrededor...

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Rabino Tzvi Grunblatt

Posteado en 18.03.21

El milagro de Janucá cuando pocos vencieron a muchos, y débiles poderosos se repite todos los días. Con amor, cariño y dedicación iluminemos con la luz de la Torá y sus Preceptos…

El Mensaje de Januca

El milagro de Janucá cuando pocos vencieron a muchos, y débiles poderosos se repite todos los días. Es el milagro diario de la existencia del Pueblo Judío, numéricamente minoritario, a diferencia de lo que se piensa no se encuentra entre las fortunas más importantes del mundo, no goza del apoyo merecido en la prensa mundial, tiene a la mayoría numérica de países de la ONU en contra, y sin embargo es “luz para las naciones”, el Judaísmo vive, la Torá vive, el Pueblo Judío vive.

Cuando decimos “vive” no nos referimos a que el Judaísmo sea estudiado y analizado académicamente en las universidades. Cosas que no existen más son estudiadas por académicos especializados. “Vive” quiere decir que cientos de miles de niños recitan el “Shemá Israel” todos los días y para ellos esto es fundamental en sus vidas. “Vive” quiere decir que millones de judíos eligen el restaurant y el menú a disfrutar en una comida de negocios o un domingo al mediodía, en cualquier lugar del mundo, tomando en cuenta las leyes del Kashrut.

“Vive” quiere decir que millones de judíos se interesan, leen y comentan sobre la Parashá de la semana, como la información de actualidad, sintiendo que cuando hablan de la Parashá de la semana pasada es “noticia vieja”. Y más aún: “vive” quiere decir que jóvenes y familias que por las circunstancias diaspóricas de emigración y catástrofe vivida por nuestro pueblo especialmente en los últimos 100 – 150 años ni sus abuelos observaban Shabat ni Tefilín, y sus nietos -profesionales y empresarios- asumen su Judaísmo con naturaleza y de manera íntegra, en la observancia cotidiana de los Preceptos de la Torá.

Porque la fuerza del alma judía no se mide por la cantidad y la potencia física. Cual un fósforo encendido en una gran habitación oscura que disipa a la oscuridad. Es lo que dice el profeta; “No con el ejército, ni con la fuerza, sino con Mi espíritu, Ha dicho Di-s”.

Esa fuerza, la fuerza de “Mi espíritu”, la de la Torá, la posee cada judío. Por ello, nunca debemos sentirnos una minoría. Si estamos en un grupo social que aún desconoce la belleza del Judaísmo ¡encendamos la luz mostrándoles el camino! si somos unos pocos en una institución judía donde tenemos mucho para aportar, introducir Kashrut, Shabat, Tefilin, etc. ¡no nos achiquemos!

Si somos un joven que descubrió la conexión de su alma a HaShem y la Torá y tenemos toda una familia a la que queremos, y nos rodea pero parecería “estar en otra” ¡no nos encerremos! Con amor, cariño y dedicación iluminemos con la luz de la Torá y sus Preceptos. Y aunque somos tan sólo uno frente muchos, sin lugar a dudas “Mi espíritu”, la luz de la Torá, se impondrá.

¡Lo importante es la acción! El Rebe de Lubavitch explicó lo siguiente: Así como vemos la luz de las estrellas aunque estas se encuentran a gran distancia, lo mismo ocurre con cada buen acción que hacemos, la “luz” espiritual que estas irradian iluminan y llevan la espiritualidad aun a quienes están muy lejos de quien hace la buena acción.

Llega Janucá – es el momento de hacerlo.

(Gentileza: www.tora.org.ar)

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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