Miedo y Amor

Nuestro servicio a Hashem debe estar lleno de ambos aspectos para ser completo, aunque en nuestra generación, centrarse en amar a Hashem tiene prioridad...

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Dennis Rosen

Posteado en 06.02.23

Nuestro servicio a Hashem debe estar lleno de ambos aspectos para ser completo, aunque en nuestra generación, centrarse en amar a Hashem tiene prioridad…

Según el Tanya, el temor y el amor son las emociones que les dan alas a la plegaria y a las mitzvot.

El nivel más elevado es el servicio desinteresado con amor y alegría. ¿Cómo llegamos a este elevado nivel?

Debemos recordar que Hashem ama a cada uno de nosotros como a Su hijo único. El Rabino Lazer Brody dice que el hecho de que cada persona tenga un conjunto único de huellas dactilares diferentes a las de cualquier otra persona en el mundo entero se debe a que Hashem quiere mostrarnos que Él nos ama y valora– a cada uno de nosotros –como a Su hijo único. Saber que tenemos un Padre compasivo que nos ama y nos valora debería llenarnos de alegría.

El Rabino Avidgor Miller dice que puede resumir el judaísmo de la Torá en estas palabras: “Te doy las gracias, Hashem”.  Hashem nos colma de bendiciones a cada momento del día y depende de nosotros corresponder. ¿Cómo correspondemos a alguien que hace bondad por nosotros? Tratamos de hacer las cosas que le dan alegría y satisfacción al benefactor. Lo que le da satisfacción a Hashem es que aprendamos Torá y hagamos mitzvot y más que nada – ¡digamos “gracias”! 

Darle las “gracias” a Hashem y percibir la compasión de Hashem hacia nosotros es parte del amor a Hashem. Sin embargo, también es importante tener temor de Hashem. 

Se cuenta la historia de un famoso rabino que una vez viajaba en una carreta. El conductor de la carreta se detuvo a un lado del camino y procedió a recoger algunas manzanas del huerto de un granjero. En ese momento, el rabino exclamó: “¡Alguien está mirando!”.

El carretero se sobresaltó, volvió corriendo hacia la carreta y empezó a alejarse del lugar. Y cuando miró hacia atrás y no vio a nadie, le preguntó al rabino: “¿Por qué me dijo que había alguien mirando? ¡Si no había nadie!” El rabino le dijo: “Mi querido amigo, sí que hay alguien vigilando. Hashem ve todo lo que hacemos”.

Siempre tenemos que tener a Hashem delante de nosotros. Debemos tener miedo de hacer cualquier cosa que desobedezca Sus mandamientos o actuar de manera deshonrosa. No sólo deberíamos temer el castigo, sino que deberíamos abstenernos de hacer cualquier cosa que nos avergüence delante de nuestro Padre Divino. El Ramjal dice que temer a Dios es guiarse por un sentimiento de temor, como el que se experimenta en presencia de un gran rey que inspira reverencia.  En cada movimiento que uno hace, debe sentirse abatido ante la grandeza de Dios.  

En sus libros En el Jardín de la Salud y En el Jardín de la Fe, el Rabino Shalom Arush cita la Guemará y explica que no hay tribulaciones sin previas transgresiones. Debemos pensar antes de actuar y ser conscientes de que las posibles tribulaciones pueden ser el resultado de malas acciones o de defectos de carácter no corregidos. Por lo tanto, debemos tratar de evitar el pecado y corregir nuestros defectos a fin de evitar todo tipo de sufrimiento.

Si corremos peligro de sucumbir a un pecado grave, nuestros Sabios nos aconsejan pensar en el día de la muerte. Una cosa que a mí personalmente me ayuda mucho es leer acerca de experiencias de muerte clínica y demás. Por ejemplo, el Rabino Alon Anava relata vívidamente lo que le ocurrió. Antes de sucumbir a una sobredosis de drogas, se encontraba en un nivel moral muy bajo. Él describe con detalle lo que encontró cuando fue sacado de este mundo, y es absolutamente aterrador. Afortunadamente, se le dio otra oportunidad y ahora es un rabino santo que inspira y enseña a la gente a acercarse al camino de la Torá. Pensar en las consecuencias potenciales del pecado no rectificado en el otro mundo es algo que necesitamos hacer en casos extremos cuando estamos en peligro de caer presa de la Mala Inclinación.

En conclusión, necesitamos mantener una mezcla sana de amor y alegría junto con el temor a Hashem. En nuestra generación, el enfoque principal debe ser amar a Hashem, pero necesitamos asegurarnos de que tenemos la cantidad adecuada de temor hacia el pecado y sus consecuencias.

Es mi anhelo que nuestras plegarias y buenas acciones tengan alas y asciendan al Cielo. Que encontremos favor a los ojos de Hashem y que Él nos brinde protección y bendiciones siempre. Amén.

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