¡Feliz Año Nuevo, otra vez!

Sí. Los judíos celebramos el año nuevo en invierno. Sin embargo, a diferencia de las naciones del mundo que lo festejan una sola vez, nosotros lo festejamos dos.

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David Ben Horin

Posteado en 06.02.23

Jánuca es el festival de las luces.

En lugar de un día de regalos, tenemos ocho noches locas.

                                                        – Adam Sandler, canción de Janucá

Sí. Los judíos celebramos el año nuevo en invierno.

Sin embargo, a diferencia de las naciones del mundo que lo hacen una vez, nosotros lo hacemos dos.

Es como Janucá. Al ser una nación más pequeña, lo compensamos con fiestas más largas.

El primer año nuevo es Tu B’Shevat. Hashem nos ordena no comer la fruta de un árbol hasta su quinto año.

Pero ¿cómo se calcula eso? En Israel hay más de 200 millones de árboles.

Tu B’Shevat es su cumpleaños oficial. Si un árbol se planta en pleno verano, entonces cumple un año el 15 de Shevat. Si se planta el 14 de Shevat, celebra su primer cumpleaños al día siguiente.

Es el primer Año Nuevo judío.

La gran renovación

El segundo año nuevo es Shovavim, que tiene lugar dos semanas después de Janucá, normalmente a principios de enero y es la celebración de la santidad personal, un festival de renacimiento espiritual.

Shovavim es una sigla de las seis primeras porciones de la Torá de Shemot, el Libro del Éxodo. Es una época en la que Hashem concede bendiciones especiales a quienes se centran más en las leyes de la santidad personal.

Es el momento de hacer un balance de todo lo que haya en casa que tenga imágenes lascivas y hacer limpieza antes de la primavera. Es el momento de comprobar en Internet si tienes los filtros adecuados. Es el momento de preguntarse qué hacemos cada día, cada semana, en relación con nuestras interacciones con miembros del sexo opuesto.

¿Cómo te vistes? ¿Te vistes para disimular o para atraer?

¿Qué haces al final de la jornada laboral? ¿Con qué frecuencia vas al bar o a la discoteca?

¿Vas a la mikve todas las semanas?

El don

La mitzvá de santidad personal es una de las más difíciles de cumplir.

La buena noticia es que Hashem recompensa el esfuerzo. Luchando por esta mitzvá es donde hacemos una gran diferencia en Su mundo y en nuestras vidas.

¿Por qué enero?

Enero es uno de los meses más bonitos del año.

En Hollywood, cuando quieren que realmente pongas los ojos en una escena, ¿sabes lo que hacen? La empapan de agua. Cuando algo está mojado, los colores se amplifican. Los vemos mucho más vivos.

Enero es cuando el mundo está empapado de agua. Los campos están verdes. Las hojas empiezan a brotar de las ramas. El trigo, que se vuelve marrón dorado justo alrededor de Pesaj, empieza a crecer como tallos verdes.

En esta época florecen la rakefet violeta, el sabion amarillo y la obra maestra del invierno, la kalanit rojo fuego.

Son los “confites” que marcan el comienzo de los grandes días de devoción personal a Hashem.

Cómo verlos

Todos los días vemos un cielo azul con magníficos pájaros volando de un lado al otro. Hay árboles por todas partes con todo tipo de criaturas peludas correteando a diestra y siniestra.

Pero, ¿acaso vemos esto también en las grandes ciudades?

Es la sensibilidad de nuestro espíritu la que percibe la belleza. Cuanto más sensibles nos volvemos a todo lo que nos rodea, más fácil nos resulta percibirnos a nosotros mismos dentro de la gran obra maestra de Dios.

Los pecados de naturaleza sexual adormecen el alma. Las comidas no son tan agradables. La familia y los amigos no son tan agradables. Incluso todo el dinero y todo el éxito no los podemos disfrutar tanto.

Tenemos ojos pero no podemos ver. Tenemos oídos pero no oímos. Tenemos corazón pero no podemos sentir.

Esta es la tragedia resultante de no cumplir con el mandamiento de la Santidad Personal.

Shovavim es nuestro compromiso anual de renovar nuestro voto a Hashem de darle más importancia al espíritu que al cuerpo, y de priorizar las búsquedas espirituales por sobre los esfuerzos materiales.

¿Qué hacemos entonces?

Los primeros pasos consisten en recolectar la fruta más fácil de esta mitzvá.

Todos los días podemos hablar con Hashem, en nuestro propio idioma, pidiéndole ayuda para superar nuestros impulsos. Podemos recitar el Tikún HaKlali, o sea, los Salmos 16, 32, 41, 42, 59, 77, 90, 105, 137, 150 recitados en ese orden en forma ininterrumpida.

Podemos estudiar esta mitzvá, dedicando 30 minutos al día a aprender sobre la santidad personal. Consulta el sitio Guard Your Eyes.

Podemos ir a freedom.co, y decidir qué sitios web queremos bloquear y durante qué horas del día queremos impedir que los veamos.

Podemos registrar nuestras casas en busca de jametz, disfrazado de libros lascivos, revistas o materiales de naturaleza gráfica, y tirarlos a la basura.

Podemos decidir pasar una semana, un mes, dos meses, sin entrar en un bar. Buscar lugares para hacer voluntariado, ver una conferencia, tomar una clase, ir a la sinagoga a estudiar una clase de Torá.

Podemos cancelar nuestra suscripción a todos los sitios de citas.

Cada semana, podemos ir a una mikve para purificar aún más nuestra alma.

Hay muchos niveles para esto, todos ellos abriendo enormes tesoros de bendición y generosidad de Hashem.

El resultado

Sentirás los resultados en muy poco tiempo. Tu alma empezara a ver cosas que siempre estuvieron ahi pero que nunca pudiste detenerte a disfrutar.

Una gran masa de agua mientras viajas por un puente.

Un pájaro volando por encima.

Una pintura hermosa.

La conexión con Hashem mientras rezas.

La capacidad de despertarse un poco antes sin sentirse cansado.

Esta es una mitzvá MUY POTENTE. Es como cargar tu neshamá con 500.000 voltios de energía.

Te conviertes en una persona nueva. Todo a tu alrededor se vuelve nuevo. Todo a tu alrededor se vuelve inspirador. La vida se vuelve hermosa.

¡Feliz Año Nuevo, otra vez!

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