Cero valoración

Resulta difícil de creer, pero cada cosa buena que Moisés hizo por los judíos, ellos lo tomaron como algo negativo: “Por qué nos sacaste de Egipto…”.

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Rabino Shalom Arush

Posteado en 01.05.23

Resulta difícil de creer, pero cada cosa buena que Moisés hizo por los judíos, ellos lo tomaron como algo negativo: “Por qué nos sacaste de Egipto…”.

Este tzadik los salvó de la esclavitud, de los golpes, de los asesinatos, y no sólo que ellos no le dan las gracias, sino que, para colmo, lo acusan de todo tipo de cosas y le echan la culpa, pensando que él es el culpable de que ellos sufran. Hashem les abre el mar y les da una fortuna, mucho más grande aún que lo que se habían llevado de Egipto, que ya de por sí era una fortuna considerable, y después de apenas tres días, ante la más mínima dificultad, ya están todos peleados con Moisés y casi lo apedrean.

Gracias a Moisés, Hashem les hace llover maná del Cielo, que es un alimento maravilloso con todos los sabores que uno quiera, y ellos, en vez de dar las gracias, se pasan el día quejándose. El ambiente es tóxico. Cero de valoración y un sinfín de críticas y acusaciones. Únicamente en un ambiente así Koraj puede atreverse a enfrentarse a Moisés…

Koraj sabía que en una situación así, cuando no se respeta y no se valora al líder y no hay gratitud, cualquier acusación va a obtener el respaldo de todos y cada intento de rebelión tendrá éxito. Esto no se puede explicar de ninguna otra manera.

Y esa es justamente la razón por la cual diez espías logran convencer a todo un pueblo de que tienen que quejarse, y ese es el motivo por el cual el pueblo come el maná todos los días en mérito de Moisés y son capaces, al mismo tiempo, de oponérsele y quejarse ante él y también es el motivo por el cual payasos como Koraj son recibidos con los brazos abiertos por los dirigentes de la generación.

Por ese motivo, cada vez que hablamos de que “no nos merecemos nada”, también nos estamos refiriendo a los tzadikim, a los grandes de cada generación. Todos deberíamos valorar, apreciar y expresar gratitud a aquellas personas que se sacrifican tanto por nosotros. Este es un nivel que se alcanza con mucho esfuerzo y después de mucha reflexión.

La gratitud no es algo que surja de forma automática. Vemos que la generación del Desierto, que era la Generación del Conocimiento, , que recibió tantas bondades de parte del Creador, eran ingratos y no hacían más que quejarse. Esto nos enseña que, si uno no hace un trabajo espiritual a fondo, no va a saber valorar todo lo que recibe.

No estamos hablando de personas que estén a niveles espirituales muy elevados. De hecho, vemos que las personas más humildes y más simples de aquella generación, que amaban a Moisés con total inocencia, no participaron del conflicto originado por Koraj, tal como expresó uno de los grandes tzadikim, quien lograba recordar todas sus vidas pasadas. ¿Quién se enfrentó a Moisés? Todo aquel que se sentía “con derecho” y no sabía valorar todo lo que Moisés había hecho por el pueblo.

El egoísmo, que es un rasgo característico del ser humano, se manifiesta en esa sensación de que “yo soy el centro del mundo” y “todos me deben servir”, “todo lo que tengo lo obtuve por mis propios medios”. Y eso es lo que te hace pensar que el tzadik está a tu disposición, que te tiene que proveer todas tus necesidades y, por supuesto, es el culpable de todo lo que te va mal en la vida.

Y lo más absurdo de todo es que uno piensa que es él el que le hace un favor al tzadik, al elegirlo como su guía espiritual, y que él es el que le da al tzadik el poder y la autoridad – porque él piensa que el tzadik, al fin y al cabo, obtiene su poder del pueblo, y que el pueblo le da riqueza material y honra y que, por lo tanto, el tzadik tiene que ocuparse día y noche del pueblo y que él tiene la culpa de todo.

Es verdad que los verdaderos líderes están al servicio del pueblo y se preocupan constantemente por su bienestar y hacen todo lo que está a su alcance por ayudarlos, pero eso no significa que le deban algo al pueblo.

Al verdadero tzadik no le importan en lo más mínimo ni la riqueza ni el prestigio. Para él, el liderazgo no es un “privilegio” sino un yugo. Él preferiría servir a Hashem en silencio y comer solamente pan con sal y que nadie lo conozca. Y todos los tzadikim, sin excepción, fueron forzados por el Cielo a darse a conocer y ocupar el cargo de líderes.

El verdadero tzadik no necesita del pueblo ni obtiene su poder del pueblo. Él obtiene su poder del Creador, Que fue Quien lo eligió y lo obligó a ocupar ese puesto, y el pueblo debe valorar a su líder y darle su total respaldo y su gratitud.

Es exactamente lo que ocurre entre nosotros y el Creador, Quien nos ama y nos hace bondades sin cesar, pero no nos debe nada, y nosotros no Le hacemos ningún favor – Él nos hace favores a nosotros. Es como los padres, que hacen todo por sus hijos, pero no les deben nada. Eso es exactamente lo que sucede con los verdaderos líderes. Exactamente lo mismo.

Uno no puede alcanzar la emuná verdadera y la sumisión verdadera y la verdadera gratitud ante el Creador hasta que no se sienta en deuda con los tzadikim y los pastores de Israel, porque todo el que es ingrato con su prójimo acaba siendo ingrato con el Creador. Y especialmente el que es ingrato con el tzadik y con el líder, que todo lo que tenemos es por su mérito.

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1. Albertina Pérez Miranda

5/04/2023

Ser agradecido con su líder, tsadik, o pastor es lo primordial de un alumno. El Creador da la fe a quien cree y confía en. El . Si nos quejamos o no valoramos no queremos ser enseñados . Creador los coloco en ese lugar .

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