O Vino o Vinagre

Todo lo que pasa allá en Israel no tiene ninguna lógica. No es la forma normal en que se desarrollan los acontecimientos en todo el resto del mundo…

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Rabino Lazer Brody

Posteado en 17.03.21

Todo lo que pasa allá en Israel no tiene ninguna lógica. No es la forma normal en que se desarrollan los acontecimientos en todo el resto del mundo…

Durante uno de mis viajes al extranjero, tuve el privilegio de encontrarme con un experto en temas militares, una persona muy interesante que se especializa en estudios estratégicos y trabaja para una organización paragubernamental. Esta persona me dijo que cuenta con una excelente trayectoria histórica anunciando conflictos globales y sus resultados antes de que estos sucedan. Pero también me dijo que en lo referente a Israel, no puede sino suspirar completamente frustrado: “Ustedes me están arruinando el récord. Todo lo que pasa allá en Israel no tiene ninguna lógica. No es la forma normal en que se desarrollan los acontecimientos en todo el resto del mundo…”.

Tiene mucha razón. El pueblo judío no se rige ni por la lógica ni por las leyes naturales. La Guemará, el Zohar y nuestros Sabios todos están de acuerdo en que Abraham, Isaac y Jacob, como así también sus descendientes, están por encima de las estrellas.

Nuestro amado Rabí Najman de Breslev enfatizó la importancia de la fe simple por sobre el intelecto. En las palabras de nuestro maestro contemporáneo, el Rabino Shalom Arush, “si crees en Hashem, vas a hacer Su voluntad… así de simple”. Siguiendo esta línea de pensamiento, la Guemará nos enseña que si cumplimos con la voluntad de Di-s, entonces no importa lo que hagamos, ¡siempre tendremos éxito! Desgraciadamente, también ocurre lo contrario. Y eso duele. Mucho.

La Guemará (Tratado Brajot 5b) cuenta que Rav Huna tenía cuatrocientos barriles de vino que se habían vuelto vinagre. Al enterarse de semejante infortunio, Rav Yehuda, el hermano del Santo Rav Salla, o según dicen algunos, Rav Ada bar Ahavá, fue a visitarlo, acompañado por los rabinos. Ellos le dijeron: “Que el maestro se examine a sí mismo con mucho cuidado”.

“¡Qué dicen!”, dijo Rav Huna. “¿Acaso piensan que he cometido una falta?”.

“¿Entonces tenemos que sospechar del Altísimo, que tal vez  te juzgó en forma injusta?”, preguntaron los Sabios.
“Bueno”, dijo Rav Huna. “Si oyeron decir algo en mi contra, no me lo oculten”.

“Se nos ha informado”, dijeron los Sabios, “que el maestro no le ha dado al aparcero los restos de las podas”.

Entonces Rav Huna replicó: “¡Pero si no me dejó nada! ¡Esta persona me robó toda la cosecha de mi viñedo!”.

Los Sabios respondieron: “Hay un refrán que dice que todo el que le roba a un ladrón tiene olor a robo”.

“Siendo así”, dijo Rav Huna, “ahora mismo prometo que le daré su parte”.

Según una opinión citada en la Guemará, en ese mismo momento, todo el vinagre de Rav Huna milagrosamente se transformó de nuevo en vino. Según otra opinión, el precio del vinagre subió y alcanzó el precio del vino y así fue como al final Rav Huna obtuvo una gran ganancia.

La Guemará concluye diciendo que de un modo u otro, Rav Huna obtuvo un gran beneficio.

El fuerte e inmediato juicio contra Rav Huna no hace más que demostrar lo piadoso y justo que era. El hecho de que todo su vino se transformara en vinagre fue un catalizador que le envió Di-s con toda Su compasión para estimular un proceso de auto-evaluación y teshuvá (arrepentimiento).

No obstante, la lección más notable que aprendemos de este relato de la Guemará es que no importa qué es lo que hacemos. Lo que importa es cómo lo hacemos: si lo hacemos en conformidad con la voluntad de Hashem o no, Di-s nos libre… En este caso, daba lo mismo si Rav Huna tenía vino o vinagre. El hecho de que vivió su vida manteniendo una estrecha conexión con Hashem . Y, desgraciadamente, viceversa…

Yo le expliqué a este estimado experto en temas militares que esto es lo que explica el éxito o la falta de éxito de Israel, tanto en el campo diplomático como en el campo de batalla. Cuando vivimos la vida de acuerdo con la voluntad de Hashem, entonces todo va bien. Hashem no tiene ningún problema para convertir el vinagre de Janina ben Dosa en aceite o el polvo de Najum Ish Gamzu en misiles balísticos. De la misma manera, Él puede transformar nuestras  metidas de pata en resonantes triunfos. Pero cuando no vivimos según la voluntad de Hashem, entonces somos como una nación parecida a Abbott y Costello: cómicos pero dolorosamente patéticos…

Si Hashem así lo desea, un misil Arrow fabricado con la más alta y especializada tecnología israelí no va a poder detener un Kassam fabricado en un garaje de Gaza por el módico precio de 132 $ la unidad, y todavía menos si los vecinos de Gaza logran robar suficiente cantidad de chatarra. Pero si todos retornamos a Hashem de todo corazón, entonces todas las naciones del mundo juntas no van a poder tocarle un pelo a ninguna cabeza judía.

Mi estimado y amado Rabino, maestro y guía espiritual, el Rabino Shalom Arush, que Hashem lo bendiga siempre, describe en dos palabras el concepto del libre albedrío: “Puedes vivir la vida con Hashem o puedes vivir la vida sin Hashem. Si eliges este último camino, entonces después no te quejes si todo el tiempo te dan patadas en los dientes”. Como dijimos antes: la decisión no es lo que importa. La persona que va junto a Hashem tendrá éxito y la que no, acabará fracasando, igual que pasó con la opción vino o vinagre de Rav Huna.

Es increíble cómo Rabí Shalom siempre se las ingenia para expresar los conceptos más exaltados con palabras tan simples que todo el mundo es capaz de entender. El principio de vivir la vida con Hashem es la clave para el éxito… Y lo contrario, Di-s no lo permita, explica todo lo que está ocurriendo en la actualidad.

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