La lección del Sinaí

¿Qué significa el nombre “Sinaí”? La interpretación talmúdica es sorprendente – y algo chocante:

“¿Qué es el Monte Sinaí? La montaña que trajo enemistad (siná) sobre las naciones del mundo” (Shabat 89b)

¿Cuál es la naturaleza de esta animosidad? ¿Y qué tiene que ver con el monte Sinaí?

¿Por qué el Sinaí?

¿Dónde cabría esperar que Dios le revelara Su Torá al pueblo judío? El lugar lógico sería en la montaña más sagrada del mundo: el Monte Moriá de Jerusalén, el lugar donde Isaac fue atado y casi ofrecido como sacrificio, la sagrada “puerta al cielo” de Jacob (Gn 28:17), el lugar donde se erigieron los dos Templos. ¿Por qué la revelación de la Torá tuvo lugar fuera de la Tierra de Israel, en medio del desierto?

El hecho de que la Torá no le fuera entregada al pueblo judío en su propia tierra, sino en un desierto, en tierra de nadie, es muy significativo. Esto indica que el contenido interno de la Torá es relevante para todos los pueblos. Si recibir la Torá requería la santidad especial del pueblo judío, entonces la Torá debería haber sido entregada en un lugar que reflejara esta santidad. La revelación en el Monte Sinaí atestigua la naturaleza universal de la Torá.

Esta idea es corroborada por la tradición talmúdica de que “Dios les ofreció la Torá a todas las naciones y a todas las lenguas, pero ninguna la aceptó, hasta que llegó a Israel, que la recibió” (Avodá Zará 2b). Este Midrash es muy conocido, pero contiene una implicación que a menudo se pasa por alto. ¿Cómo es posible que Dios les ofreciera a las naciones algo que está más allá de su nivel espiritual

La revelación de la Torá en el monte Sinaí, como lugar neutral que no le pertenece a nadie y, por lo tanto, les pertenece a todos, pone de relieve la decepción y el alejamiento de Dios que las naciones se causaron a sí mismas al rechazar la Torá y sus enseñanzas éticas. Por eso el Monte Sinaí “trajo enemistad sobre las naciones del mundo”.

Sin embargo, en el futuro, las naciones reconocerán este error y lo corregirán:

“En aquellos días sucederá que diez hombres de todas las lenguas de las naciones tomarán a cada judío por una esquina de su manto y dirán: Iremos con vosotros, porque hemos oído que Dios está con vosotros’“ (Zacarías 8:23)