Pagar mal con bien

En realidad, nadie te debe nada, porque nada te pertenece,

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Rabino Shalom Arush

Posteado en 04.06.23

A veces uno siente que las otras personas están en deuda con él porque lo trataron mal (desde su punto de vista). Pero incluso si sientes que tu esposa o tu amigo te deben algo, porque te trataron mal o algo así, si a pesar de eso, los sigues tratando bien, Hashem te garantiza que vivirás una vida larga y buena, tal como enseña Rabí Najman en el Sefer HaMidot: “Aquel que paga mal con bien tiene una larga vida”. O sea que incluso si estás convencido de que el otro te debe algo, siempre te conviene tratarlo bien. El perfeccionamiento, la curación y la alegría del alma y todo el éxito y la bendición provienen de la sensación de que nadie me debe nada.

El famoso tzadik, Rabí Zusha de Anipoli que, si bien toda su vida vivió una vida de pobreza y sufría tremendamente, siempre estaba contento con lo que le había tocado en suerte. Y cuando los discípulos de su maestro, el Maguid de Metzrich, quisieron saber cómo se acepta con amor el sufrimiento, él     los envió a ver al Rabí Zusha. Este les preguntó para qué habían ido a verlo. Los alumnos le respondieron y entonces Rabí Zusha replicó: “Lo siento. Pero se equivocaron de dirección. Zusha no puede ayudarlos porque en toda su vida Zusha nunca sintió aflicción por nada”. Debido a que Rabí Zusha sentía que nadie le debía nada, y era inmensamente feliz con cada pedazo de pan y cada vestimenta que tenía para cubrirse, ni siquiera sentía aflicción.

La siguiente historia nos ilustra este punto con claridad.

Rabí Zusha era muy valorado y muy querido en su ciudad. Y en su hogar siempre reinaba la dicha y la felicidad, a pesar de la pobreza en la que vivía. En esa misma ciudad, vivía un rabino que oficiaba de rabino de la ciudad, era un hombre muy adinerado. Pero era un hombre enojadizo y nadie lo quería, ni en la ciudad ni en su propio hogar. Y siempre se peleaba con su familia y vivía triste y enojado. Además, solamente veía lo malo de cada persona. Pero la persona que más odio le causaba era Rabí Zusha, porque era su antítesis, ya que Zusha siempre estaba contento, a pesar de no contar con medios materiales. Una noche, este rabino no lograba conciliar el sueño de tan enojado que estaba y entonces decidió ir a la casa de Rabí Zusha a preguntarle cuál era su secreto para vivir siempre feliz. ¿Cómo era posible que una persona tan pobre pudiera ser tan feliz y alguien tan respetado y honorable como él mismo viviera tan triste? Rabí Zusha lo recibió de muy buen semblante y escuchó la consulta del rabino. Y entonces Rabí Zusha le dijo:

“Mire, Zusha le va a dar un ejemplo: la semana pasada, se celebró con gran pompa la boda de la hija de Rabí Moshe, una de las figuras más destacadas de la ciudad. Cuando le llegó la invitación a Zusha, este se emocionó mucho por el gran honor, y pensó que Zusha jamás le había hecho ningún favor a Rabí Moshe y a pesar de todo, este lo había invitado a la boda. Entonces pensó: ‘Si Rabí Moshe honra tanto a Zusha, entonces Zusha tiene que ser el primero en llegar a la boda a devolverle la bondad’. Así pensó él y le dijo al mensajero que le diera las gracias a Rabí Moshe de parte de él, de todo corazón. Pero cuando el mismo mensajero llegó a la casa de usted a invitarlo, y le dio el honor de ser el mesader kidushín (rabino que oficia la boda), no sólo que usted no se emocionó, sino que lo único que le interesaba era saber qué número ocupaba en la lista de invitados. Y cuando vio que solamente estaba en el décimo lugar, se puso furioso por no ser el primero de la lista y usted se enojó con él y lo maldijo en su corazón y decidió que Ud. también le faltaría el respeto a él y llegaría a la boda tarde en forma intencional, para que él se enojara y se pusiera nervioso. Y el día de la boda, Zusha llegó a la boda una hora antes de su inicio, muy contento y muy agradecido. Y cuando vieron que el rabino oficiante no llegaba, decidieron conferirle el honor de oficiar la ceremonia a Zusha. Después le confirieron también el honor de recitar una de las bendiciones matrimoniales y lo hicieron sentar en la mesa de las personalidades destacadas. Y Zusha disfrutó de todos los manjares que se habían servido y bailó con el novio muy alegre. Y usted, estimado rabino, llegó tarde, cuando ya casi no quedaba nada de comida y en la mesa de invitados de honor ya no quedaba lugar para nadie más y nadie le prestó atención. Su furia y su frustración aumentaron con cada minuto que pasaba y en especial cuando vio a Zusha sentado lo más cómodo en la mesa principal. Y cuando Rabí Moshe por fin se percató de su presencia, le pidió a un mozo que trajera otra silla y que le trajera las sobras de la comida. Usted se sintió tan avergonzado que ni siquiera quiso tocar la comida y se puso furioso con Zusha, con Rabí Moshe, con el novio, con la novia, con todos los invitados y por supuesto que no le quedaron ganas de bailar ni de festejar…

Y cuando llegó el momento de recitar la Bendición de Después de las Comidas, los demás se olvidaron de que usted estaba presente y le confirieron el honor del Zimún y las Siete Bendiciones (Sheva Brajot) a Zusha. Zusha volvió a casa lo más contento, bendiciendo a Rabí Moshe y a los novios, y usted volvió a su casa amargado y deprimido, ofendido y furioso con todos. Esa es la diferencia entre usted y yo”.

Esta historia que acabamos de relatar nos demuestra hasta qué punto la actitud que uno tiene frente a la vida determina su grado de felicidad o infelicidad. El que siente que todos le deben algo de hecho está eligiendo vivir una vida de amargura y frustración. La gente suele decir: “No tengas razón. Sé sabio”. Por eso, incluso si piensas que alguien te debe algo, es preferible que actúes con sabiduría y vivas feliz. Y siendo que, en realidad, nadie te debe nada, porque nada te pertenece, en el momento en que te das cuenta de que nadie te debe nada, tienes toda la razón y al mismo tiempo estás actuando en forma sabia.

¡Qué gran lección de vida para todos nosotros!

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1. Elidia gonzalez

6/09/2023

Siempre ayudo al qu me ha hecho mal, y doy gracias a HaShem . Ahora qu leo sus libros le doy mas gracias.

Gracias por tu respuesta

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