Jánuca: Superar los Malos Vientos

La batalla entre los pocos justos contra la masa ignorante sigue vigente. Rabi Najman nos advirtió los peligros que existirían antes de la llegada del Mesías...

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Rabino Lazer Brody

Posteado en 05.04.21

La batalla entre los pocos justos contra la masa ignorante sigue vigente. Rabi Najman de Breslev nos advirtió acerca de los peligros que existirían en la generación anterior a la llegada del Mesías…

La Prueba Perpetua: los pocos justos contra la masa ignorante.

Hashem, Tú entregaste a los fuertes en manos de los débiles, a las masas en manos de los pocos (del rezo de "Al HaNisim" de Janucá).

Al contrario de lo que afirman las opiniones desacertadas de los incultos y los desinformados, el judaísmo no es una mera preservación de tradiciones anticuadas y nostalgia de antaño; por el contrario: es tan vibrante, relevante, y significativo hoy como lo fue hace miles de años. Janucá no es una celebración infantil de que el ejército bueno de unos pocos justos derrotó al ejército malo de las masas hace aproximadamente 2200 años. La lucha de Janucá sigue vigente hasta este mismo día.

Los helénicos fueron "benévolos" al no haber asesinado a los judíos incondicionalmente. Si un judío estaba dispuesto a sacrificar su judaísmo y doblegarse a los vientos de la herejía, ellos los aceptaban en sus escuelas, sus círculos sociales, y sus casas. Tal asimilación era peor que una muerte física, dado que la asimilación y la capitulación a los griegos significaban la muerte del alma. Y debido a que el alma supera el tiempo y el espacio, su muerte es una tragedia mucho mayor que la muerte física. Después de todo, el cuerpo finalmente se desintegra pero el alma es eterna.

La batalla de los pocos justos contra las masas ignorantes sigue vigente. Rabi Najman de Breslev nos advirtió acerca de los peligros a los que nos veríamos en la generación anterior a la llegada del Mesías (ver Las Conversaciones de Rabi Najman, 220):
"Una ola de ateísmo está llegando al mundo. El ateísmo vendrá al mundo como una prueba desde lo Alto. Yo sé que mis seguidores serán fuertes y permanecerán firmes en su fe sin necesitar esta advertencia, pero lo revelo para animarlos más aún. Que sepan que esto ya ha sido dicho…".

¡Con un profundo y doloroso suspiro Rabi Najman solía decir: "¡Ay! ¡¿Cómo podrán unos pocos hombres enfrentarse al mundo entero?!".

Hoy mismo, vemos cómo la predicción de Rabi Najman se cumplió. Los creyentes en HaShem son pocos, y hasta en Israel, en el Palacio del Rey, los incrédulos parecen tener ventaja. Cada día, oímos nuevos malos decretos contra la Torá y contra los que que se aferran a ella. ¿Qué podemos hacer para evitar ser arrastrados por la corriente de la herejía? ¿Cómo uno puede combatir el espíritu de la asimilación helenística del siglo veintiuno?

¡No te desesperes! Así como predijo la lucha con su Inspiración Divina, Rabi Najman también nos dio el secreto para ganar la batalla. Él dijo que los pocos fieles que se eleven para reforzar su Emuná – la fe pura y firme en HaShem, el Creador – ¡no sólo sobrevivirán, sino que finalmente prosperarán! El Rabi advirtió que las masas agnósticas de nuestra generación se alzarán contra los pocos fieles. Con Emuná, la minoría creyente en HaShem es capaz de restaurar sus almas, reforzar sus corazones, y superar el torrente de agnosticismo. Sin ello, serán débiles y destruidos espiritualmente, como veremos en la siguiente parábola:

Shmelke no era exactamente la persona más brillante en la aldea, por decirlo de alguna manera. Aun así, gracias a la compasión ilimitada del Creador, Shmelke lograba ganarse la vida con la leche de sus tres vacas, que distribuía a diario a sus vecinos – excepto en Shabat.

Yosef Grednik, al contrario de Shmelke, era la persona más rica de la zona. Poseía el molino, la destilería, y la fábrica de escabeche. No había ni una persona en un radio de cien millas que no horneara con la harina de Grednik, no bebiera el vodka de Grednik, ni comiera los escabeches de Grednik. Aun así, con todo su dinero, Yosef Grednik era un resentido tacaño.

Cierta vez, los trabajadores de la fábrica de escabeche de Yosef cometieron un error, habiendo agregado demasiado vinagre a veinte barriles de escabeches. Los escabeches se volvieron tan ácidos que los vapores de la salmuera podían matar a cualquier mosca que se acercara demasiado al barril. Yosef sabía que los escabeches no eran comestibles ni comerciables. Estaba furioso – tratando de librarse de los escabeches y hacer un poco de dinero al mismo tiempo.

Entonces Yosef decidió ordenarles a sus trabajadores que eliminaran la salmuera ácida, lavaran los escabeches, y que luego los pusieran en cestas. Entonces los vendió como pienso barato para las tres vacas de Shmelke.

Shmelke estaba feliz por poder comprar para sus vacas tal pienso de "calidad superior" a un precio tan barato. Las vacas dieron la bienvenida a los escabeches ácidos como intervalo sabroso de su comida habitual de paja y heno. Ellas comieron los escabeches con el mismo entusiasmo que comerían el maíz fresco.

Al cabo de uno o dos días, la gente comenzó a quejarse. ¡"Shmelke, la leche está ácida!" Shmelke no podía entender; cada día, él distribuía la leche apenas unas cuantas horas después del ordeñe. No había nada más fresco en toda Transilvania. No obstante, los clientes exigieron que les devolvieran su dinero. Shmelke se negó. Finalmente, los demandantes le entablaron juicio en el estudio del rabino.

El viejo sabio oyó a las dos partes y dirigió su primera pregunta a Shmelke: ¿"Ha alimentado usted a las vacas con algo diferente últimamente?" él preguntó. Shmelke asentó con la cabeza y le contó al rabino la historia de los "pepinos" que le compró a Yosef Grednik. El rabino no necesitó oír más. Él sabía que Shmelke era la víctima inocente de la avaricia y alevosía de Grednik y le explicó al simple lechero que el pienso ácido puede agriar la leche. Luego convocó a Yosef Grednik y exigió que indemnizara al pobre Shmelke y a sus clientes. ¡Sin embargo, nadie compensó a las pobres vacas por su dolor de estómago, que duró otra semana más!

* * *

El ingenuo Shmelke simboliza al judío; las tres vacas de Shmelke representan las tres partes del alma judía, el Nefesh, Ruaj, y Neshamá. Los escabeches ácidos son los medios agnósticos y las ideologías extranjeras que arruinan "los productos" de un judío, su Emuná, Torá, y Preceptos, que simbolizan la leche. Grednik es la Mala Inclinación que trata "de agriar" al judío, y hacerlo descender de los altos niveles espirituales, de la pura y simple fe, a las profundidades del agnosticismo.

Desde el principio de la historia, los griegos, helenistas, y los enemigos de la Emuná han sido una mayoría aplastante. Janucá es la celebración en la que el puro aceite con el sello del Sumo Sacerdote – el símbolo nacional de la ideología de la Torá pura – nunca es totalmente contaminado por nuestros enemigos. Aun si los fieles de la Torá son pocos, no obstante ellos logran sobrevivir los procesos generacionales y las persecuciones de las masas, porque ponen en práctica "el secreto de la supervivencia" – el refuerzo de la fe pura en el Creador, la Emuná – tal como nos ha revelado Rabi Najman. El Rabi prometió que esta valiosa minoría será la que tendrá el privilegio de merecer la llegada del Mesías en la reconstruida Jerusalén, rápidamente y en nuestros días. ¡Amén!

 

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1. Roberto

11/28/2013

Gracias HaShem por levantarme en Tu Emuna….!! B"H Gracias Hashem! por permitirme levantarme con las enseñanzas de tus santos de Breslev! Otra vez mas Gracias HaShem por lo que me das..!!!!

2. Roberto

11/28/2013

B"H Gracias Hashem! por permitirme levantarme con las enseñanzas de tus santos de Breslev! Otra vez mas Gracias HaShem por lo que me das..!!!!

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