Deja que Brille!

El recato o tzniut es uno de los conceptos del Judaísmo que la gente menos comprende... ¡Hasta ahora!

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Yehoshua Goldstein

Posteado en 05.04.21

El recato o tzniut es uno de los conceptos del Judaísmo que la gente menos comprende. No es algo que se defina necesariamente por la ropa que uno use ni se aplique sólo a la mujer, como ya explicaremos más adelante.

Cuando busqué el significado de la palabra Tzanúa, encontré las siguientes definiciones: decente, modesto, humilde, manso. Pensé al respecto durante un tiempo, y entonces comprendí que todo el concepto del recato solamente se aplica cuando uno pone a Di-s en el cuadro general. Es decir, uno debe ser decente, humilde, modesto y recatado ante su Creador. Entonces HaShem me abrió los ojos y me permitió encontrar algo en los escritos de Rabí Najman que creo que nos ayudará a unir todas las definiciones mencionadas para llegar a una mejor comprensión del concepto de Tzniut. Lo siguiente es una traducción de Sijot HaRan #136:

Rabi Natan escribe: Escuché de uno de mis compañeros acerca de un debate que aparece en Likutey Moharán 172 sobre el versículo: "El mundo entero está lleno de Su gloria" (Isaías 6:3). Y dice así:

“Lo principal es anular cada uno de los rasgos negativos de la personalidad. Debes esforzarte en esto hasta que logres borrar totalmente tu ego, haciendo que sea una absoluta nada ante HaShem, el Creador del Universo. Comienza con un rasgo particular y anúlalo por completo. Sigue entonces con los otros, uno a la vez, hasta que todos dejen de existir por completo. A medida que vas destruyendo todas las partes negativas de tu personalidad, la gloria de HaShem comenzará a brillar y a revelarse a través de ti. Está escrito en Ezequiel 43:2: ‘Y la tierra estaba iluminada con su gloria’. La gloria de HaShem es luz”.

Cuanto más grande es un objeto, mayor es su sombra. Una varilla delgada proyecta una sombra muy pequeña, mientras que un objeto más sustancial proyecta una sombra más grande. Mientras más luz se obstruye, mayor será la sombra que se proyecta. Lo mismo se aplica a la gloria de HaShem. Lo material obstruye lo espiritual y proyecta una sombra. Cuanto más denso sea el objeto, más profunda y nítida será la sombra.

Cuando uno se encuentra limitado a un sentimiento o a un deseo negativo, esto bloquea la gloria de HaShem y genera una sombra. Entonces la luz de HaShem le queda oculta. Pero a medida que uno va anulando estas emociones y deseos, también se va anulando la sombra junto con ellos. Y cuando la sombra desaparece, se revela la luz de la gloria de HaShem.

Cuando una persona es digna de anular completamente la sombra y logra convertirla en la nada absoluta, entonces la gloria del Creador es revelada a todo el mundo. Ya no hay sombra de obstrucción y la luz puede brillar con todo su esplendor.

Está escrito: "Toda la tierra está llena de Su gloria". La palabra "llena" en hebreo es "melo", que también se puede leer "milo"- de la nada. "De la nada es toda la tierra Su gloria". O sea, cuando no hay nada -nada que genere una sombra ni obstruya la luz-, entonces Su gloria es revelada en toda la tierra.

Ahora creo que podemos volver a nuestra explicación inicial sobre el recato. La idea esencial de ser recatado frente a HaShem, radica en hacerte a ti mismo un bitul, es decir, anularte completamente ante el Creador. Entonces podremos cumplir con nuestra misión y con el verdadero propósito de la creación, que es revelar a Di-s al mundo entero.

Dicho esto, apliquemos esta nueva perspectiva y entendimiento al tema de la ropa y a la forma en que nos vestimos. Si nos vestimos con el fin de revelar, acentuar, destacar y mostrar el cuerpo, entonces estamos haciendo exactamente lo opuesto a lo necesario para permitir que la luz de HaShem brille a través de nosotros.

En lugar de revelar a HaShem a través de nuestra forma de vestir, estamos usando nuestra ropa para generar una sombra de mayor tamaño y densidad que bloquea Su luz en vez de revelarla.

Ahora también podemos comprender cómo es que este concepto se aplica por igual a hombres y mujeres. Ya no es una cuestión de qué tan larga o corta es la falda, si es ajustada o es elástica o si la peluca es demasiado larga y llamativa. Y lo mismo para los hombres, sobre qué tan ajustado es el traje o cuán puntiagudos y brillantes son los zapatos, etc. Ahora podemos contemplar al recato desde un enfoque totalmente diferente: que estoy usando la ropa que llevo puesta para llamar la atención haciendo que se desvíe la atención que deberíamos poner en HaShem, en vez de usar mi ropa para cubrir y ocultar mi cuerpo y hacer que este sea un medio para que la gloria de HaShem brille plenamente por mi intermedio.

Esta debe ser la pregunta verdadera que debemos plantearnos cada mañana al momento de pararnos frente al espejo y decidir qué vestir.
Que tengamos el mérito de ser un recipiente adecuado para permitir que la luz de HaShem fluya a través de nosotros, y que podamos ser dignos de ver el cumplimiento de la profecía de que el mundo entero se llenará de la gloria de HaShem. ¡Amén!

 

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