Inspirando a otros

Estimado Rabino: A veces, cuando hablo sobre Emuná y del temor al Creador con mis amigos, siento como si me engañara a mí mismo…

5 Tiempo de lectura

Abraham Kletzky

Posteado en 05.04.21

Estimado Rabino: A veces, cuando hablo sobre Emuná y del temor al Creador con mis amigos, siento como si me engañara a mí mismo…

Estimado Rabino: A veces, cuando hablo sobre Emuná y del temor al Creador con mis amigos, siento como si me engañara a mí mismo, como si estuviera hablando de cosas que yo mismo no tengo en mi vida.¿Acaso estoy actuando en forma hipócrita? Desde ya muchas gracias por su respuesta.

David

Estimado David: La verdad es que tendrías que estar muy feliz por el hecho mismo de hablar de un tema así con tus amigos. Generalmente las personas se sienten incómodas al hablar del Creador con otros. Temen que la gente pueda pensar que se han convertido en una especie de santurrón o algo así… Pero, de hecho, hablar abiertamente de Emuná es muy apropiado para alguien que desciende de Avraham Avinu, que se pasó toda su vida revelando la verdad de Hashem a toda la gente que conocía. Está perfectamente bien tratar de encontrar la manera de traer a colación el tema de la Emuná cada vez que charlamos con alguien.

Con respecto a tu sensación de que no estás siendo sincero, porque en realidad no practicas lo que dices, quisiera decirte lo siguiente: El Rebe enseñó una historia (ver Jaei Moharan, Avodat Hashem) sobre un hombre rico que les prestó dinero a muchas personas y ninguna de ellas le devolvió el préstamo. Uno de ellos se sentía muy mal por no tener con qué pagarle al prestamista. Entonces esa persona decidió que al menos valía la pena manifestarle al hombre rico lo mal que se sentía por no poder devolverle el préstamo a término y pedirle disculpas.

El hombre rico le respondió: “La pequeña suma que me debes, ¿de qué me sirve? Te das cuenta de la gran deuda que me deben todos los demás juntos, ¿no? ¡Pues ninguno de ellos me ha pagado! Si no tienes para devolverme, por lo menos, ve a ver a los demás y recuérdales que me deben dinero. Si cada uno de ellos paga aunque sea una parte de lo que me deben, la suma total será una cifra mayor de la que tú mismo me debes.

Vemos entonces que no tiene nada de malo hablar de Emuná y el servicio a Di-s, aun cuando ves que realmente no estás en el nivel del cual estás hablando. Por el contrario: cuando tú mismo no tienes la capacidad de devolver tus “deudas” a Hashem, qué mejor que inspirar a otros para que sí lo hagan. Tal vez ellos paguen por lo menos una pequeña suma…

Además, por el hecho mismo de que te sientes aún tan lejos de aquello de lo que estás hablando, es que debes fortalecerte a ti mismo a través de tus mismas palabras de Emuná y el temor al Creador. Al hablar de algo, nos estamos inspirando a nosotros mismos con respecto a ese mismo tema.

El Rebe enseña en Likutei Moharan 106 que el consejo para la persona que no puede salir de su bajo estado emocional, es que ayude a otros a alcanzar un mejor estado de ánimo.

Incluso si tu amigo no se inspira y no acepta tus palabras, aun así tienes la capacidad de inspirarte a ti mismo a través de tus propias palabras. Es como alguien que lanza una pelota contra un muro y rebota de vuelta hacia él. Así también, cuando alguien comparte ideas inspiradoras con un amigo, es muy probable que esa inspiración rebote y vuelva al que la emitió, y entonces él mismo recibirá una inspiración mayor que la que recibe si otra persona le hubiera dirigido las palabras directamente a él. (Ver Sijot HaRan 99).

Muchas personas han atestiguado que precisamente en los momentos en que experimentaban pruebas difíciles y una terrible confusión, a tal punto que su espiritualidad se anuló por completo, precisamente en esos momentos se forzaron a sí mismos a hablar con sus amigos acerca de esos puntos en los que ellos mismos se sentían débiles. Y al hacerlo, se despertó el punto interior de sus corazones, y así fue como tuvieron el mérito de salvarse de sus propias dificultades.

Al mismo tiempo, es importante tener en cuenta algunos puntos en lo que referente a hablar del temor al Creador con nuestros amigos:
Es importante que tengamos cuidado de no dejarnos llevar por las discusiones y “aclaraciones” de los diferentes caminos y opiniones acerca del servicio de Di-s. En estos temas, cada persona debe consultar con su propio Rabino.

Lo principal que debemos tener en cuenta cuando hablamos con amigos es la búsqueda de la verdad y del acercamiento a Hashem, y no iniciar una discusión teórica que no tiene ninguna aplicación práctica.

Otra parte importante de nuestras conversaciones con los amigos es también escuchar a la otra persona, y prestar atención a lo que está diciendo. Cada persona tiene un punto que el otro no tiene, y siempre es posible recibir fuerza y estímulo de otra persona sin importar quién es, ni dónde “pertenece”. Cuando se cree en cada judío, y en el hecho de que cada uno tiene ciertamente un punto único, serás capaz de descubrir muchas cosas maravillosas.

Aun cuando no estés vivenciando lo que dices, debes tratar de tener por lo menos un poco de sinceridad. Cree en lo que estás diciendo y trata de despertar en tu interior el anhelo por las cosas que dices.

El Rebe dijo que hablar del temor al Creador es como beber vino, el cual recoge el corazón. "Así como un poco de vino eleva el corazón pero demasiado vino hace que la persona se embriague, así también ocurre con las conversaciones: cuando tienen al menos un poco de sinceridad, aunque tengan también mucha falsedad y arrogancia, no obstante eso le eleva el corazón a la persona. Pero si no hay ninguna verdad en sus palabras y sólo están llenas de falsedad y orgullo, y luego de la conversación, la persona que habló se va y comete todos los pecados del mundo, entonces sus palabras no elevaron su corazón, tal como ocurre cuando se bebe mucho vino” (Jaiei Moharan, Avodat Hashem).

Lo principal es conocer una regla importante con respecto a las conversaciones con los amigos, que no todo pensamiento esclarecedor que Hashem te dio con relación a Avodat Hashem tiene relevancia para los demás, incluso si para ti es totalmente cierto.

Por lo tanto, no conviene que uno se adentre en los dominios de otra persona con el fin de curarla ni tampoco en los detalles finos de su servicio a Di-s, a menos que ambas partes se comprometan a reunirse para aclarar un asunto particular de manera amistosa.

En general, la conversación debe ser universal, hablando de las maravillas de Hashem, para traer una Emuná completa en el corazón de un amigo, "porque la mitzvá principal y la obligación de hablar del temor a Di-s con los amigos es con el fin de ampliar la mente de uno mismo, porque lo más importante es llevarse a uno mismo y llevar al amigo de una mentalidad limitada a un enfoque más amplio. Por lo tanto, es necesario que uno tenga mucho cuidado de no insistirle mucho a su amigo, porque a pesar de que es una gran mitzvá hablar del temor a Di-s con los amigos, aun así es necesario tener mucho cuidado de que todo el esfuerzo que uno pone en eso sea para bien y para ayudar a arreglar, y no al revés, no para provocar peleas y odio. Todos los que se dedican a hablar de lo sagrado, del verdadero entendimiento y conocimiento de Hashem con sus amigos, necesitan también desarrollar el atributo del silencio, porque cada judío tiene una frontera y una valla en su mente que son el límite para entender y captar hasta dónde es capaz. (Likutei Halajot Shutafim BaKarka 5:14-17).

En una oportunidad, el gran tzadik de Breslev, Rabi Levi Itzjak Bender, contó que él vivió en Uman durante muchos años, y que nunca escuchó de nadie que se entrometiera la vida de otra persona, a pesar de que tuvieran muchas charlas y muchos debates sobre Emuná y el temor a Di-s.

Cuando hagas brillar la luz de Hashem en tu amigo, él la usará para aquello que él crea necesario, de acuerdo con sus propias capacidades y entendimientos. ¡Lo principal es que le reveles la luz de la Emuná: que Hashem siempre está con él y a su lado!

 

Escribe tu opinión!

Gracias por tu respuesta

El comentario será publicado tras su aprobación

Agrega tu comentario