Guía Práctica para la Salud Mental

A continuación ofreceremos una lista de consejos prácticos a fin de que el lector pueda implementar lo que explicamos en el artículo anterior de esta serie (La Emuná y la Salud Mental):

¡Mantente siempre Alegre!

Las estricteces en el ámbito de la observancia religiosa conducen a la locura; por lo tanto, uno no debe exigirse a sí mismo en demasía. No te preocupes pensando si la forma en que cumpliste tal o cual es precepto es perfecta o no; simplemente haz lo mejor que puedas con inocencia y con simplicidad de pensamiento e intención. Recuerda que la Torá no les fue dada a los ángeles sino a los seres humanos, con todas las limitaciones que tienen. Aquellos que se exigen a sí mismos un comportamiento angelical son perfectos candidatos para la frustración, la angustia y la desilusión que resultan de ese sentimiento tan arrogante de pensar que uno tiene que hacer todo a la perfección. La persona que está conectada con la verdad es feliz sirviendo a HaShem de la mejor forma que puede, sin exigirse a sí mismo más de la cuenta.

Tengamos Fe en nuestros Sabios

Rabi Najman de Breslev enseña (véase La Sabiduría del Rabí Najman 67) que ignorar a los Sabios puede conducir a la locura. La persona actúa de manera demente sólo porque no toma en cuenta el consejo de los demás. Si tuviera en cuenta el consejo racional, podría actuar normalmente. Su estado mental puede justificar su necesidad de cometer actos tales como rasgar sus vestimentas y rodar por la basura. Pero el hombre más inteligente puede decirle que no lo haga. Si dejase de lado su voluntad para seguir al sabio, sus acciones se volverían completamente racionales. Por lo tanto, la locura sobreviene cuando se ignora al sabio. Comprende bien esto”.

La enseñanza aquí citada exige que cada persona racional obedezca las palabras de los sabios, y en especial de nuestros reconocidos líderes espirituales. El hecho de creer en sus palabras combinado con la Emuná en HaShem constituye la clave de la salud mental. La Torá alaba a los Hijos de Israel durante su huida de Egipto cuando dice (Éxodo 14:31): “Y creyeron en HaShem y en Su siervo, Moisés”.

El Estudio de la Torá

Rabí Najman de Breslev, que ha sido y sigue siendo probablemente el más grande médico del alma que alguna vez haya existido, también enseña (véase Síntesis del Likutey Moharán I:1) que “al estudiar Torá, uno se salva de la locura”.

El Yetzer Hará, que es la Mala Inclinación, quiere volver loca a la persona. Nuestros Sabios enseñan que la persona no peca a menos que se apodere de ella un espíritu de locura. La Mala Inclinación, que quiere que la persona caiga en el pecado, le inyecta una dosis de locura. La Mala Inclinación tiene toda clase de artimañas para atrapar a la persona y utiliza una gran variedad de tentaciones y confusiones a fin de retorcer su buen juicio. La única forma de protegerse contra estas trampas es fortaleciéndose en el estudio de la Torá y fortaleciéndose en Emuná.

Los Pensamientos

“Los malos pensamientos y las contemplaciones lujuriosas enloquecen a la persona” (Likutey Moharán (I:60). Existe una poderosa correlación entre la santidad personal y la salud mental. Y viceversa: cuanto más sucumbe el hombre a la lujuria y a los pensamientos pecaminosos, más pierde la cordura. Es sabido que las personas cometen locuras a fin de saciar su lujuria, ya sea despilfarrando dinero que tanto les costó ganar o arriesgándose a enfrentarse a la ira del marido de la mujer que desean o haciendo pedazos su familia y arruinando su propia vida así como también la vida de su mujer y de sus hijos. La pornografía no hace más que agregar más locura a la que ya de por sí tiene. Por eso, cuidar los ojos y la mente de toda escena y todo pensamiento lujuriosos es fundamental, y es igual de importante que cuidar la boca para no tragar veneno. De hecho, es mucho más fácil envenenar la mente que envenenar el cuerpo.

El estudio de la Torá, el aprendizaje de la emuná, la sincera teshuvá (arrepentimiento y apego a HaShem) en el área de la santidad personal, la plegaria personal y el acto de cuidar los ojos y no mirar todo tipo de cosas indebidas, y en especial, no mirar libros, revistas, películas y sitios de web impuros, son todos necesarios para poder salvarnos de caer en la trampa de la Mala Inclinación y las contemplaciones lujuriosas, que vuelven loca a la persona.

Todos deberíamos rezar y pedirle a Dios que nos dé alegría. Porque la alegría y la salud mental van de  la mano. La verdadera felicidad proviene del fortalecimiento de la Emuná.