Antes de quejarte…

Ana es una contadora pública que vive en Chicago. A pesar de la difícil situación económica y el ajustado mercado laboral, ella tiene un puesto muy bueno…

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Rabino Lazer Brody

Posteado en 05.04.21

Ana es una contadora pública que vive en Chicago. A pesar de la difícil situación económica y el ajustado mercado laboral, ella tiene un puesto muy bueno…

Esta semana, quisiera compartir con ustedes mi buzón electrónico. La semana pasada fue una semana de marcados contrastes. HaShem me demostró lo ingeniosamente que la Mala Inclinación pone énfasis en el problema que tiene la persona mientras que al mismo tiempo hace que se olvide de todas las bendiciones que tiene. He aquí algunos ejemplos:

 Ana es una contadora pública que vive en Chicago. A pesar de la difícil situación económica y el ajustado mercado laboral, ella tiene un puesto muy buen y gana un sueldo neto anual de seis dígitos, ya deducidos los impuestos. Su marido también tiene muy buen sueldo. Pero ay! Hay una mosca en la cerveza de Ana: ella me cuenta que su jefe no es muy simpático que digamos. Él siempre tiene esos “proyectos de última hora” los viernes a la tarde, precisamente cuando ella está tratando de llegar a casa rápido para Shabat. Ella gracias a Dios nunca tuvo que profanar el día de descanso, pero el nivel de ansiedad que tiene Ana los días viernes a la tarde llega hasta las nubes.

Antes de responderle a Ana, me estoy fijando en el décimoquinto mail que recibí de David esta semana. David es un agente de inversiones que recibió una buena propina en un cierto producto e invirtió en ese producto una fortuna. La semana pasada, ese producto se vino abajo, hizo una remontada espectacular y otra vez se vino abajo. David perdió más de quince millones de dólares de su propio dinero y del dinero de sus clientes. Ellos si lo encuentran, lo matan. A menos que ocurra un milagro, en cuestión de días se va a quedar sin trabajo y con la reputación por el suelo. David está casado con siete hijos y tiene que pagar una hipoteca mensual enorme por la mansión que compró en un suntuoso barrio residencial.

Solamente los gastos de educación le salen 100.000 dólares al año. Si sumamos la hipoteca más los gastos de comida más el cuidado del auto más las cuentas, David necesita un ingreso anual de ¡300.000 dólares al año! Y en la situación en la que se encuentra ahora, no sólo que no va a poder pagar todo esto sino que incluso va a estar endeudado hasta el cuello. Yo he tratado de hacer todo lo que pude por mantenerlo emocionalmente a flote. Otras personas en situaciones similares llegaron a situaciones que es preferible no mencionar, Dios no lo permita.

Yo ahora imprimo el email de Ana y el último email de David y te los muestro. Si sostengo el mail de Ana en mi mano derecha y el email de David en mi mano izquierda, te pregunto, querido amigo y lector: si tú fueras Ana, ¿te gustaría cambiar de lugar con David? No me parece.

He aquí otro mail más, esta vez de Montreal: René constantemente se queja de sus hijos. Su hija adolescente se niega a hacerle caso. A su hijo no le va bien en el colegio…

Antes de responder a René, estoy mirando el email de Susan, de Melbourne. Susan quiere saber cuándo voy a estar otra vez de visita por la tumba del Profeta Samuel. Ella quiere que recite allí la plegaria de Jana para las mujeres sin hijos. Después de 16 años de casada y tras otro insoportable pero fútil tratamiento de fertilidad, ella y su mes volvieron a sufrir otra desilusión más este último mes. Después de Yom Kipur ella va a cumplir cuarenta.

Yo imprimo el email de René y el email de Susan y te los muestro a ti, querido lector. Sosteniendo el email de René en mi mano derecha y el email de Susan en mi mano izquierda, te pregunto, querido amigo: si tú fueras René, ¿te gustaría cambiar de lugar con Susan? No me parece.
Podríamos continuar otro buen rato con este juego de ping pong, pero yo creo que ya entendiste el punto.

La gente se queja de problemas de poca importancia pero se olvida de darle las gracias a HaShem por todo lo que sí está funcionando bien. ¿Acaso preferirían ser parapléjicos confinados toda su vida a una silla de ruedas?

Mucha gente le encuentra defectos a su pareja. ¿Por qué? Porque no están acostumbrados a buscar los buenos puntos del otro. A mí me gustaría que ellos leyeran los emails que yo recibo de la gente que vive sola y que se siente tan sola, porque no logran encontrar pareja. ¿Acaso los que se quejan preferirían quedarse solos?

Es verdad: todos tenemos nuestros defectos – nadie es perfecto. Y si nos falta algo en la vida, eso también es un regalo, para que podamos acercarnos a HaShem. Pero no hay nada que invoque tanto la ira de HaShem como las quejas. Eso es lo peor de todo. Y no hay nada que invoque la compasión Divina como la gratitud. Eso es lo mejor de todo.

La gente ingrata tiende a poner énfasis en las carencias, mientras que las personas agradecidas ven únicamente las bendiciones. ¿Sabes por qué? Porque cuanto más sinceramente Le demos las gracias a HaShem y no demos nada por sentado, más abundancia nos dará y más motivos para agradecerle.

Por eso, antes de que empecemos con la lista de quejas, fijémenos en todas las cosas por las que tenemos que darle las gracias a HaShem. La gratitud en sí misma es una bendición; y cuanto más Le demos las gracias, más rebalsará nuestra copa de bendición.
HaShem, ¡Tú eres lo Máximo! Gracias por ayudarme a responder todos estos emails…
 
 

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1. Isabel cardenas

11/05/2022

Gracias rabino, Muchas gracias, BENDITO SEA HASHEM POR SU BONDAD.

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