El Desayuno de los Campeones

¿No saben qué comer a la mañana? ¿Quieren algo nutritivo pero no tienen tiempo? Aquí una experta nutricionista les pasa algunas ideas…

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Arlyn Boltax

Posteado en 05.04.21

Hace un tiempo fui con mi marido de visita a Israel. Un día, a eso de las diez y media de la mañana, nuestra guía nos anunció que íbamos a hacer una parada para desayunar. Ahí fue cuando surgió la gran confusión. ¿¡¿Desayuno?!? Ya hacía dos horas que estábamos en el micro. Ya habíamos desayunado antes de salir del hotel… ¿Acaso ella se estaba refiriendo a un rápido tentempié? Cuando le preguntamos a qué se refería, nos dijo que el típico israelí empieza el día con un café o con una bolsita de leche chocolatada y una galletita o una factura, para “aguantar mientras tanto” . Pero que el “desayuno” lo come a eso de las diez (lo que en hebreo se llama “arujateser”), por lo general un sándwich, tal vez una fruta o alguna verdura, y más café. En el caso de los niños, es algún cereal en una bolsita o un sándwich de pan blanco untado con chocolate.

Primero dije: “Oh”.. Y después dije: “Ay”.

Muchos de nosotros sabemos de la importancia de un buen desayuno. El Rambam – Maimónides- establece los principios básicos de la buena nutrición y da instrucciones simples de cómo comer, que tenían tanta relevancia en la época en la que él vivió como en nuestros días. Por su parte, Rabí Najman de Breslev, además de referirse a las aflicciones físicas que uno puede sufrir cuando no come bien, Dios no lo permita, también analiza los efectos espirituales negativos del mal comer: “Comer en la forma debida domina la tendencia a la locura, fomentando así las facultades intelectuales y espirituales” (Likutey Moharán I:263).

Prácticamente todo nutricionista, dietista y chef conoce la importancia de un buen desayuno. Esto nos fortalece el metabolismo, equilibra el azúcar en la sangre y nos ayuda a enfocarnos en el propósito de la vida. Sin embargo, muchos de nosotros no nos proporcionamos un desayuno sano y mucho peor, ni siquiera se lo damos a nuestros hijos. Tenemos un millón de excusas, algunas de las cuales son perfectamente válidas, como que no tengo tiempo, mis hijos no comen nada, a la mañana no tengo hambre; no tengo tiempo; estoy en dieta; no tengo tiempo.

Me imagino que se habrán dado una idea…

La verdad es que tal vez no tengan tiempo, pero si verdaderamente quisieran, sí se podrían hacer del tiempo. Pero eso lo vamos a dejar para otro día. Aquí quiero presentarles una solución práctica para el dilema del desayuno, y que es la solución perfecta para el clima invernal: la avena – de dos formas. La avena es un producto barato, rico en fibra, que baja la presión sanguínea y el colesterol malo y que sacia mucho.

Primera Opción – Avena Cocida – Nueva Receta

La mayoría de nosotros estamos familiarizados con el cereal instantáneo. Ya sabes cómo funciona: abre el paquete, viértele agua o leche calentada en el microondas, cómelo y vuelve a sentir hambre a los diez minutos. Esta versión que yo les propongo es muy diferente: Esta avena da una sensación duradera de saciedad y además está llena de nutrientes.

A mí me gusta empezar la noche anterior, poniendo en remojo la avena, muchas veces con una pizca de yogurt. Esto hace que la avena sea mucho más digerible y además acorta el tiempo de cocción, pero es completamente opcional. También se puede empezar el proceso a la mañana, con excelentes resultados.

Ingredientes Básicos: (dupliquen las cantidades si preparan para toda una familia o si quieren que les sobre)

. Una taza de copos de Avena (Quaker, por ejemplo) – NO de rápida cocción.
. 3-4 tazas de agua (dependiendo de la cocina, el clima y lo cremosa que quieras que sea la consistencia).
. Una pizca de sal

Ingredientes Opcionales

. Leche o leche no láctea (esto sirve para enfriarle la avena a los más chiquitos).
. Fruta cortada en pedacitos o fruta seca sin azúcar
. Semillas o nueces o coco rallado
. Miel, jarabe de dátiles o algún otro endulzante natural
. Semillas de lino prensadas
. Aceites sanos como lino, coco, o manteca.

Instrucciones:

1.Si pones la avena en remojo la noche anterior, coloca la avena y el agua en una olla y cúbrelos. Déjalos toda la noche.
2.Cuando quieras cocinarlos, quítales la tapa, agrega una pizca de sal y dales un hervor.
3.Cuando llegan al punto de hervor, baja el fuego, cubre la olla y continúa cocinando hasta que el líquido sea absorbido al punto de cremosidad deseado. Si la avena parece estar seca antes de haberse cocido, agrega más agua. Si parece que hay demasiado líquido, cocínala destapada hasta que el líquido se evapore hasta alcanzar la consistencia deseada.
4.Coloca en boles, cubre con los ingredientes opcionales, di la bendición y disfruta de este fabuloso desayuno!

Segunda Opción: Súper Granola

Una vez más, no me estoy refiriendo a la avena instantánea que vas a encontrar en el supermercado o incluso en el negocio de productos naturales. Esa clase de avena es muy cara y por lo general contiene aceite de mala calidad y un exceso de azúcar.

Esta granola casera se adapta al gusto y al presupuesto de cada uno, pero sea de la forma que sea, la granola casera es mucho más barata que la comprada. Esta receta puede duplicarse para quienes quieran tener una gran cantidad lista en la alacena. La granola se mantiene muy bien en un frasco de vidrio durante un mes. Y es perfecta para quien no cuenta con mucho tiempo a la mañana.

Ingredientes Básicos: (duplica las cantidades si sirves a toda una familia o si quieres que te sobre)

. ½ kilo copos de avena (aprox. 5 ½ tazas)
. ½ taza de aceite de coco (o algún otro aceite de gusto neutro como canola)
. una pizca de sal
. 2 cucharaditas de canela y/o 1 cucharadita de jengibre en polvo.
. ½ taza de una combinación de nueces o semillas crudas sin sal
. ¼ taza de jarabe de dátiles o miel o cualquier otro endulzante líquido (más o menos según el gusto)

NOTA. Es preferible aceite de coco, pero es muy caro, así que se puede sustituir por otros aceites).

Ingredientes opcionales que se agregan después del horneado:

. 1/3 o ½ taza de fruta seca (pasas de uva, dátiles cortados, arándanos, pasas de Corinto)
. Coco rallado a gusto
. semillas de lino o sésamo a gusto.

Instrucciones:

1.Encender antes el horno a 180º C
2.Calentar suavemente el aceite a fuego suave (esto es innecesario durante el verano, cuando el aceite de coco va a estar líquido). Si usas aceite de canola, saltea este paso.
3.Apaga el fuego y agrega endulzante líquido. Mezcla bien.
4.Agrega la avena, la sal, la canela y/o el jengibre en un bol. Suavemente vierte la mezcla de aceite y endulzante sobre la avena. Mezcla bien hasta que la avena se cubra con el líquido.
5.Agrega las nueces y las semillas. Mezcla otra vez.
6.Extiende la mezcla en una fina capa sobre un molde de horno revestido de papel manteca. Hornea hasta que la avena esté dorada. Chequea la granola cada diez minutos para revolverla y evitar que se queme. El tiempo total de cocción es de 25-30 minutos, más o menos. Si el horno es muy pequeño, conviene que lo hornees por partes.
7.Una vez fría, agrega la fruta seca, el coco y las semillas de lino. Mezcla bien
8.Guarda en frascos herméticos, preferiblemente de vidrio.
Disfruta de tu granola tan sana así sola o con leche, con yogurt o incluso con fruta y tehina.

Arlyn Boltax ofrece asesoramiento nutricional y programas de ejercicio para individuos y familias en idioma inglés. Para mayor información, o para concertar una cita en persona o por Skype, envíen un correo a kislev17@gmail.com

 

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1. Pilar

8/08/2017

gracias

Mil gracias. Aprendo mucho con ustedes.

2. Pilar

8/08/2017

Mil gracias. Aprendo mucho con ustedes.

3. Tamar

2/16/2014

gracias Muy lindo articulo. a partir de manana si Dios quiere empiezo a darles de desayuno avena a mis hijos! muchas gracias y por favor publiquen mas articulos como este!

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