Amnesia Selectiva

La gente suele pensar que el olvido es mala cosa. Pero a veces olvidar no sólo que es bueno, sino que es absolutamente imprescindible!

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Tal Rotem

Posteado en 17.03.21

¿Alguna vez se pusieron a pensar por qué, precisamente en los momentos más difíciles, el ietzer hara, la Mala Inclinación, aparece en medio de la escena para hacernos acordar de todos los problemas que tenemos, del pago de la hipoteca que se vence en dos días, o de esa experiencia terrible que tuvimos hace ocho años? La respuesta es muy simple: apenas empezamos a hacer algo que tiene un alto nivel espiritual y nos acerca a HaShem, ahí empieza a interferir la Mala Inclinación, que lo último que quiere es que oremos con la debida intención o nos conectemos con HaShem.

 

Pero ¿por qué HaShem le da a la Mala Inclinación rienda suelta para que nos moleste continuamente?

 

Rabí Shimon Bar Iojai nos da la respuesta con una parábola muy interesante:

 

Había una vez un rey que mandó a llamar a su hijo, que era el  heredero a la corona. El rey le dijo a su hijo que ciertamente asumiría el trono si lograba mantener  su santidad personal. Entonces el rey trajo una prostituta, le pagó una importante suma de dinero para que tentara a su hijo y le prometió una gran recompensa en caso de que lo lograra…

 

La pregunta es: ¿Acaso el rey verdaderamente quiere que la prostituta logre su cometido? ¡Por supuesto que no! Pero para demostrarle al mundo que su hijo es digno de ser rey, él tiene que ponerlo a prueba. Y cuanto más difícil sea la prueba, más percibiremos el valor del hijo del rey cuando pase la prueba.

 

De la misma manera, HaShem pone a prueba a cada persona. La plegaria y la Torá son tan pero tan valiosas que nunca llegan con facilidad. La Mala Inclinación tiene rienda suelta para tentarnos con pensamientos molestos que nos destruyen la atención.

 

Pero HaShem nos dio un regalo para que pudiéramos protegernos de la Mala Inclinación. Ese regalo se llama “amnesia selectiva”. Y así es como funciona:

 

Rabi Najman de Breslev dice que el mundo desprecia el olvido. Y sin lugar a duda debemos proteger la memoria para poder conservar el estudio de la Torá y servir a HaShem como es debido. Pero si recordamos las cosas malas  -los reveses y las amargas experiencias del pasado-  entonces ellas nos quitan las ganas y la fuerza para seguir adelante. Es por eso que conviene olvidarlas. Una vez que la mala experiencia llegó a su fin, déjala a un lado, aconseja Rabí Najman (La Sabiduría y Enseñanzas de Rabí Najman 26) .

 

Rabí Natan explica (véase Consejo, Memoria 9): “Especialmente durante los momentos de la plegaria suben a la superficie pensamientos desagradables del pasado para confundir a la persona y distraerlo. ¡No pienses en ellos! Olvídate de tus preocupaciones, de tus pasados pecados y de tus faltas…”.

 

¿Más fácil de decir que de hacer? ¿Cómo podemos disfrutar de tal amnesia selectiva y simplemente presionar el botón de “delete” (borrar) en nuestro cerebro cada vez que resulta desagradable o inconveniente recordar algo?

 

Rabí Natan nos ofrece la solución: toma una hora por día y habla con HaShem acerca de todo lo que te preocupa.  Evoca todas las cosas que hiciste mal en el pasado y por las que todavía no pediste perdón. Sé completamente sincero, aunque te resulte doloroso y bochornoso. Pero no olvides que estás hablando con HaShem, que es el Padre más cariñoso…. El truco está en que al evocar todo lo desagradable una hora al día, podemos olvidarnos selectivamente de ellos durante las 23 horas restantes, permitiéndonos funcionar y desempeñarnos al máximo sin anclas pesadas que nos tiren para abajo.

 

Es un placer olvidar todas las preocupaciones y los recuerdos desagradables, que son como moscas zumbándonos en los oídos en los momentos menos oportunos. Una vez que activamos nuestros poderes de amnesia selectiva, que son un regalo y una bendición, estamos libres para servir a HaShem de la forma en que queremos, y podemos ser una pareja modelo, un padre o una madre modelo , etc, y vamos a tener una sonrisa en el rostro pase lo que pase. Y cuando uno sonríe, uno resplandece. Y cuando uno resplandece, todos quieren ser sus amigos. Por eso, por el módico precio de una hora por día, sin ningún otro gasto extra, podemos avanzar en la vida y salvarnos del estiércol de los malos recuerdos del pasado. ¡Hagan la prueba! ¡Les va a encantar!

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1. Luchando a diario para obtener la fe vwrdadera

5/07/2022

Lo he practicado. Soy analista de sistemas de profesión y mi necesidad de control innato es un problema y una virtud en un momento de me vida me hizo tomar malas decisiones..pero con la ayuda de mi amada esposa y la voluntad de Hashem a diario agradezco que me permita rectificar errores y seguir el camino de la torah.
Explico que durante 23 años estuve en la senda incorrecta a pesar que mi madre católica analfabeta inculcó principios y valores que me permitieron entender después de mucho tiempo lo equivocado que estuve además me permitieron salir del mal camino.. falta aún pero con ayuda del creador y mejorando mi emuna espero terminar mis días dejando una huella profunda, de valor y que presente lo podemos cambiar en nuestras vidas. solo si seguimos los mitzvot que la torta determina sin cuestionamientos.

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