Dios nos tiene paciencia

Unos cuantos días tras su abortado intento de suicidio y tras el sueño, el hombre recibió un mensaje de parte de uno de los bancos

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Dr. Zev Ballen

Posteado en 08.11.21

Poco después del fallecimiento de Rabi Najman de Breslev, había un hombre en muy buena posición económica que de repente perdió toda su fortuna. Este hombre se sumió en una profunda depresión por el súbito cambio en su vida y su estado fue empeorando cada vez más hasta que finalmente decidió poner fin a su vida tomando veneno. Por supuesto que no quería hacer algo así en su propia casa, por lo que decidió suicidarse en la sinagoga, de noche, cuando todos ya se hubieran ido a casa, tras los rezos vespertinos.

 

El hombre guardó un frasco con veneno en el estante superior de la biblioteca de la sinagoga y después de que todos se fueron a casa, con la mano trató de tomar el frasco, cuando sin querer tomó con las manos tocaron el libro sobre el cual él había apoyado el veneno. Se trataba de un ejemplar de la obra magna de Rabí Najman de Breslev, el Likutey Moharán. Por aquella época, el libro no decía en la tapa “Likutey Moharán”, sino que en la portada estaba escrito en idioma idish la frase “Nunca te Rindas”.

 

Este hombre era un hombre santo y como tal no podía hacer caso omiso de un mensaje tan obvio, así que decidió volver a guardar el veneno e irse a casa a pensar acerca de lo que había ocurrido. Esa noche tuvo un sueño en el que vio a un hombre joven y delgado con largos rizos laterales en el cabello (peot) – se trataba del mismísimo Rabí Najman. Rabi Najman le dijo que al final de su breve vida había estado gravemente enfermo, víctima de la tuberculosis que finalmente le quitaría la vida. Mientras tosía sangre en su lecho de muerte, Rabí Najman había pronunciado sus últimas palabras de Torá: “Nunca te rindas”.

 

En el sueño, Rabí Najman le dijo al hombre: “¿Acaso sabes en quién estaba pensando cuando pronuncié aquellas palabras? ¡Estaba pensando en ti! Ahora toma mi libro, publícalo y difúndelo en la mayor cantidad de lugares posibles y entonces todo va a estar bien”.

 

Unos cuantos días tras su abortado intento de suicidio y tras el sueño, el hombre recibió un mensaje de parte de uno de los bancos con los que trabajaba: se había producido un error y ahora habían descubierto que el banco le debía una enorme suma de dinero. La cantidad no era igual de grande que toda su antigua fortuna pero era suficiente para que reestableciera su negocio. En poco tiempo su fortuna aumentó tanto que incluso superó su fortuna original. Piensen solamente lo que habría ocurrido si él hubiera creído que había llegado a su peor momento en la vida y se habría suicidado…

 

Esta historia enfatiza lo importante que es que todos nosotros nos instalemos en la mente una fuerte emuná y, en particular, la firme convicción de que jamás debemos darnos por vencidos. ¡Todo es posible para Dios! La emuná, tu fe en que Dios es Bueno, es lo que va a mejorar tu hipoteca, tu matrimonio, tu relación complicada con tus hijos o tus desafíos en el trabajo.

 

Dios está en todas partes. ¡Está aquí ahora mismo! Y podemos recurrir a Él cada vez que Lo necesitemos. Pero primero tenemos que creer que Dios puede hacerlo todo y que puede hacer que suceda lo que queremos que suceda. Pero no nos equivoquemos: la emuná no es algo que vamos a recibir servida en bandeja de plata. Tenemos que trabajar muy arduamente para obtenerla: no es algo que venga automáticamente. Cuando sentimos que nos venimos abajo, ese es el momento en el que tenemos que poner a trabajar con el doble de esfuerzo para poder tener emuná en que verdaderamente estamos subiendo espiritualmente y acercándonos a Dios.

 

Cada uno de nosotros vino con un “microchip” de Dios adentro, preinstalado. Me refiero al alma. Dado que el alma es una parte de Dios mismo, sabemos que estamos trabajando con buen material, con el mejor material que existe. Cuando nos esforzamos por apartarnos de todo aquello que nos aleja de Dios, esto fortalece nuestra emuná y revela más del alma que tenemos adentro.

 

Tenemos que ir al gimnasio espiritual todos los días y ejercitar esto, apartándonos una hora del mundo exterior para pedirle a Dios que nos dé más fe. La persona que tiene emuná no pierde tiempo y energía pensando: “¿De dónde voy a sacar el dinero para pagar las cuentas?” sino que se dice: “Con la ayuda de Dios, ya lo voy a conseguir!”.

 

Dios está esperando con paciencia que Le demostremos que estamos comprometidos a creer en Él. Y una vez que hayamos reprogramado nuestro sistema de creencias para que podamos ver todo lo que sucede sabiendo que Hashem está haciendo lo mejor para nosotros, entonces Él ciertamente nos ayudará a alcanzar todos los sanos objetivos que nos hayamos puesto.

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1. Zunev Díaz

3/23/2017

Mi gratitud por las enseñanzas, mi vida cambió gracias a la Emuna

Gracias por las hermosas historias y por el maravilloso trabajo que realizan en pro de la difusión de la Emuna en el mundo. Mi vida cambió y aún cuando sé que me falta mucho por recorrer, tengo la plena certeza de que estoy en el camino correcto. Gracias al bendito pueblo Judio que es verdaderamente luz para el mundo. Estudió el libro en el jardín de la fe, ya varias veces leído y mis hijos están comenzando a estudiarlo, que inmensa bendición. Me siento parte de ustedes , Hashem los bendiga.

2. Zunev Díaz

3/23/2017

Gracias por las hermosas historias y por el maravilloso trabajo que realizan en pro de la difusión de la Emuna en el mundo. Mi vida cambió y aún cuando sé que me falta mucho por recorrer, tengo la plena certeza de que estoy en el camino correcto. Gracias al bendito pueblo Judio que es verdaderamente luz para el mundo. Estudió el libro en el jardín de la fe, ya varias veces leído y mis hijos están comenzando a estudiarlo, que inmensa bendición. Me siento parte de ustedes , Hashem los bendiga.

3. imelda

3/27/2015

gracias

me ayudo mucho a fortalecer mi fe en el creador muchas gracias por este escrito que Dios los bendiga siempre

Gracias por tu respuesta

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