Desde el Rose Bowl hasta Rashi

La pareja Murray nos cuenta la bella historia de su viaje espiritual. He aquí un extracto de su libro, próximo a publicarse:

3 Tiempo de lectura

Emuna y Yosef Murray

Posteado en 04.04.21

Yosef es el nombre hebreo de Calvin Murray (cuya imagen se ve aquí arriba, tomada recientemente en Columbus, Ohio, junto a los rabinos Lazer Brody y David Reckles de Breslev Israel), un jugador de fútbol americano norteamericano ya retirado que fue la estrella del legendario equipo de Ohio State Buckeyes con el entrenador Woody Hayes. La pareja Murray nos cuenta la bella historia de su viaje espiritual. He aquí un extracto de su libro, próximo a publicarse, Del Rose Bowl a Rashi – Un viaje único al judaísmo ortodoxo, que se va a publicar en 2017.

 

Parado en los escalones de la mikve, el baño ritual, por un momento contemplé el acontecimiento que me estaba por cambiar la vida. Sabía que en pocos instantes, cuando saliera de la mikve, sería una nueva persona, un judío, con una nueva alma y un nuevo destino en la vida. Me preguntaba qué sentía mi mujer en ese momento. ¡Guau, qué viaje espiritual hemos transitado los dos juntos! Habiendo pasado con gran esfuerzo del cristianismo evangélico al judaísmo ortodoxo, pronto cosecharíamos nuestra recompensa, después de diez años de estudios intensos. Y todo esto después de haber sido cristianos comprometidos, y haber criado a nuestros seis hijos en el ambiente de la iglesia y oficiando de jóvenes pastores. Pero nuestra lista de interrogantes y de descontento con las respuestas que nos dieron nos forzó a cuestionar seriamente aquello en lo que creíamos. Siendo los dos personas con una intensa sed por la verdad y buscando una conexión estrecha con Hashem, poco a poco empezamos a ver que el judaísmo tenía todas las respuestas.

 

La adrenalina que sentí en mis venas al jugar por primera vez al fútbol en mi equipo frente a 100.000 fans fue como la adrenalina que sentí al sumergirme en la mikve por primera vez después de recitar la bendición correspondiente.

 

La disciplina que tenía siendo jugador me ayudó a estudiar para saber rezar como judío y aceptar la enorme cantidad de mitzvot que rigen la vida diaria del judío. El estudio y la práctica constantes sentaron las bases para el proceso de conversión y para vivir una vida judía. La conversión al judaísmo impacta todos los ámbitos de la vida: lo que comes, lo que llevas puesto, la forma en que percibes el mundo, la forma en que te conduces dentro del hogar, y muchos otros detalles. Aprender a rezar como judío exige un alto nivel de concentración, igual que muchas de las disciplinas que adquirí siendo atleta. La conversión no es ni para los tímidos ni para los de corazón débil. Exige la fortaleza de soportar el rechazo y la fuerza para seguir en carrera. Uno de los rabinos del beit din nos dijo: “Es una maratón, no una carrera”. Es verdad, no es un camino fácil, pero no podemos imaginar viviendo la vida de ninguna otra manera.

 

Tuve la gran suerte de jugar para el legendario Woody Hayes. Sentía que las prácticas eran una tortura pero el resultado final fue que me transformé en mejor persona. En ese momento no sabía que esas mismas disciplinas que me enseñó Hayes y los valores morales que me enseñó, iban a ser cruciales en mi viaje espiritual al judaísmo 35 años más tarde.

 

Me casé con Emuná (que por entonces se llama Jeri) en 1992 y entonces comenzó nuestra aventura, criando a seis hijos, siendo pastores en la iglesia y mentores de jóvenes. Nos habíamos comprometido a criar a nuestros cinco varones y a nuestra hija sobre los fundamentos de la Biblia y de la relación con Dios. Sin embargo, 12 años después de habernos casado, conocimos un poquito el judaísmo a través de una congregación mesiánica. Esta presentación que tuvimos con el Shabat y las festividades despertó nuestro interés en buscar algo más profundo. Después de que nos sacaron de nuestros puestos “por ser demasiado judíos”, los dos estudiamos judaísmo en casa. Al final fuimos a la sede local de Jabad, donde pasamos dos años continuando nuestros estudios. Finalmente decidimos convertirnos y lo hicimos en el Beit Din de Detroit en 2013. Tuvimos una bellísima jupá y festejamos con nuestra nueva comunidad.

 

Nuestra conversión tuvo lugar el 18 de Adar, que es una fecha muy auspiciosa en el calendario judío. Adar es el mes asociado con la alegría y la felicidad. Y el 18 es el valor de la palabra “vida”. No por nada Hashem eligió esta fecha para nuestra conversión y nuestra nueva vida!

 

Ya hemos hecho varios viajes a Israel durante los tres últimos años y con cada viaje nuestro interés en inmigrar a Israel ha ido creciendo. Los dos sentimos que esto también es parte de nuestro viaje – y con la ayuda de Hashem, algún día este sueño también se hará realidad!

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Escribe tu opinión!

1. Manuel

11/20/2018

amén

Amén. Espero algún día ir a Jerusalén y orar en el kotel. Shalom.

2. Manuel

11/20/2018

Amén. Espero algún día ir a Jerusalén y orar en el kotel. Shalom.

Gracias por tu respuesta

El comentario será publicado tras su aprobación

Agrega tu comentario