La gerenta usa peluca

La gerenta general de una gran corporación internacional no sólo que es mujer, sino que para colmo es baalat teshuvá. Y obviamente se cubre el cabello…

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Jana Sherman

Posteado en 17.03.21

La menor de cinco hermanas, yo siempre fui una niña compleja que nunca aceptó las cosas a medias y siempre aspiró a más. Siendo preadolescente, me negué a ser “confirmada” en el cristianismo. Yo entendía que Dios dirige el mundo y sentía que Él no quería que yo hiciera un compromiso espiritual en el que no creía. Así empezó mi camino rumbo al judaísmo casi treinta años después, me he mudado a otro país y me casé tres veces con el mismo hombre maravilloso (por ceremonia civil, conservadora y ortodoxa) y BH tengo tres hijos increíbles. También gracias a Dios tengo una gran carrera empresarial con una firma internacional. Y uso peluca.

 

Mi viaje desde que me cubrí la cabeza ha estado cargado con diversas emociones yendo desde “conexión espiritual” y un extremo pánico a ser “descubierta” al humor por los comentarios acerca de mi “cabello judío”. Al trabajar en un medio secular, en el que observar kashrut es un forma de identificar y dividir muy evidente, el hecho de que la gente supiera que yo usaba peluca podría haberme catalogado de lunática o por lo menos eso es lo que mi inseguridad me dice cada mañana, cada visita al baño, cada vez que viajo en auto y cada ventana de vidrio por la que paso, mientras “chequeo mi cabello” y me obsesiono con el tema de si mi cabello parece o no peluca.

 

Cubrirse el cabello es una mitzvá sobrenatural que tiene bellísimas explicaciones de bendiciones y espiritual que han de recaer sobre esa familia. Pero en mi vida cotidiana es una constante lucha. Existe el místico concepto de que aquello que más nos cuesta en la observancia podría estar apuntando a lo especial que es esa mitzvá para nuestras almas. Yo soy perfectamente consciente de que es esta lucha la que ha bendecido a mi familia con milagros de salud, Shalom bait- paz familiar- en épocas muy difíciles y llenas de desafíos, en especial en el ámbito de la paz matrimonial- yo veo a Hashem en cada aspecto de mi vida diaria y sé que mucha de esta ayuda proviee de esta irracional conexión que tengo con la mitzvá de cubrirme el cabello.

 

Y si bien es una lucha diaria, tengo la total conciencia de la singular responsabilidad que llevo puesta con orgullo y compromiso, y todo gracias a la emuná. A través de la inseguridad del cabello he descubierto la seguridad de acercarme a Hashem y obtener claridad con respecto al viaje de mi vida personal y vivir la vida al máximo. Tal como la Torá nos enseña: elijamos la vida!

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