El valor de la plegaria

El valor de la plegaria es algo que está completamente oculto en este mundo. La plegaria es considerada algo superfluo...

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Rabino Nissan Dovid Kivak

Posteado en 17.03.21

El valor de la plegaria es algo que está completamente oculto en este mundo. La plegaria es considerada algo superfluo. Algo que hay que hacer, así que lo hacemos, pero sin entender realmente para qué. Entendemos el valor y el propósito del estudio de la Torá. Sabemos que necesitamos dinero para vivir, así que nos importa el tema de ganarnos la vida. Pero ¿la plegaria? ¿Para qué sirve? Si podemos hacerle un hueco dentro de la rutina diaria, rezamos un poco. Hacemos el intento. Vamos a la sinagoga diez minutos y terminamos enseguida.

 

Esta lección es una de las dos lecciones con las que Rabí Najman cambió el mundo. Cuando alguien se acerca al Rebe, se transforma en una persona diferente. Sabe que a partir de este momento, cada vez que tenga un problema, podrá hablar con Hashem.

 

Se cuenta la historia de dos hombres pobres que pedían caridad los dos juntos. Uno era discípulo de Rabí Natan y el otro, de otro rebe. Cuando pasaban por la ciudad del otro Rebe, el jasid entraba y salía bastante decepcionado: el Rebe le había dado suficiente dinero para mantenerse solamente un par de semanas. Y le decía a su amigo: “Pero por lo menos me dio algo… Y tú ¿para qué vas a ir a visitar a Rabí Natan? Todo el mundo sabe que no tiene un centavo!”. Pero cuando pasaban por Breslev, la ciudad de Rabí Natan, su discípulo iba a visitarlo. Y cuando salía estaba lleno de vitalidad y alegría. Estaba en las nubes. Rabí Natan no le había dado nada de dinero, pero le había dado algo que valía muchísimo más: el paraíso! Él sentía que no necesitaba más nada.

 

Rabí Najman nos abre las puertas de la plegaria. Es verdad que el Cielo está muy arriba pero hoy en día tenemos ascensores. Simplemente entras al ascensor, presionas el botón e instantáneamente te llevan al 100º piso. Así de fácil. Presionas un botón y estás en las nubes!

 

En Likutey Moharán 1:2, Rabí Najman llama a la plegaria “un arma”. Dice que es el arma del Mashíaj. Es la herramienta con que despertamos la compasión de Hashem. Tenemos que vivir las palabras que pronunciamos. El Mashíaj es una expresión de la plaabra hebrea masíaj – hablar.

 

Hablar con Hashem y decirle toda la verdad te cambia la vida. Sea lo que fuere que necesitas en la vida, lo puedes obtener con la plegaria. Hashem es la única fuente de todo lo que hay en este mundo. Hashem es el que nos da todo lo que tenemos. Hashem quiere prodigarnos todas las bendiciones, pero Él estableció este mundo de manera tal que solamente podemos recibir Sus bendiciones una vez que preparamos un recipiente. La emuná y la plegaria son las que preparan ese recipiente. De no ser por las plegarias de los tzadikim, no tendríamos nada. Ellos hacen su parte y nos dejan espacio para que nosotros hagamos la nuestra. Tenemos que orar lo mejor que podamos y entonces los tzadikim lustran esas plegarias para que podamos alcanzar los mejores resultados.

 

Rabí Natan dijo que cada vez que percibía una deficiencia era o bien por una falta total de plegaria o bien por una plegaria insuficiente. Cuando él se enteraba de algún problema, parecía estar preocupado pero apenas oraba por el tema, recobraba la alegría completamente. No tenía nada de lo que preocuparse. Había abierto los conductos de la abundancia y sin lugar a dudas todo iba a estar bien.

 

Hagan ustedes también uso de esta arma tan poderosa y van a ver que todo sale bien!

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