El Sr. Limpio

Esta es una carta que recibimos en nuestra redacción de un hombre que hizo un profundo cambio en su vida...

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Anó- nimo

Posteado en 04.04.21

El Sr. Limpio pidió permanecer en el anonimato.

 

Estimado Rabino Shalom Arush:

 

Estos últimos diez años he hecho cambios increíbles en mi vida. Yo me crié en los EEUU y no tenía nada que ver con la religión. En realidad, estaba del otro lado en lo referente a pureza. Por esa época yo era modelo. Tenía un trabajo de ensueño. Estaba rodeado de mujeres modelos, montones de dinero y todos los lujos. Pero no tenía idea del daño que le estaba haciendo a mi alma. Cada semana cambiaba de novia. Y no tenía ningún problema en mirar todos los sitios porno. Así fue como pasé cinco años de mi vida.

 

Entonces sucedieron varios sucesos que me acercaron al judaísmo. Me convertí y ahora vivo en Israel. Pero en todo el proceso de hacerme religioso, mi deseo por las mujeres no desapareció. Estaba literalmente en la sinagoga pero tenía la mente en todos los clubes que había frecuentado en el pasado. Llevaba kipa y tzitzit pero miraba cada chica que pasaba.

 

Entonces me llegó un CD llamado Ojos de Santidad. Ahí fue cuando me cambió la vida completamente.

 

Al principio empecé a aplicar el consejo de no mirar escenas obscenas. Ya había pasado por varias yeshivot y nunca nadie había hablado del tema. De pronto todo cobró sentido.

 

Al principio me sentí bastante raro. Cuando se me presentaba una situación en la que tenía que desviar la vista, era como si literalmente estuviera arrancando un árbol de la tierra con mis dos manos. Cuando trataba de mirar a otra parte, era como si una tremenda fuerza magnética me empujara a mirar a la mujer. Y así continuó, pero cada vez me fui haciendo más consciente de este problema.

 

Después, hace aproximadamente seis años, empecé a mirar las clases del Rabino Yonatan, que dijo que para poder purificarse, uno tiene que rezar mucho. Yo estaba tratando de cuidar los ojos con mi propia fuerza, lo cual es imposible. Ahora el rabino estaba diciendo que tenía que apelar a Dios para que me ayudara.

 

El rabino dijo que uno tiene que rezar treinta minutos por día solamente por este asunto. Diez minutos de gratitud a Dios de tener el mérito de querer librarnos de esto en el siglo veintiuno en el que vivimos, lo cual ya es algo grandioso; diez minutos para hacer recuento de nuestros actos – pidiendo perdón si ese día miramos a una mujer o vimos una propaganda indecente, y diez minutos finales para pedir que tengamos un día limpio.

 

Yo tomé la decisión y me mantuve firme. Salía una hora a rezar y rezaba por mí y por todos los hombres. Al principio me costaba y vi poco cambio. El factor más motivador fue que de repente conocí a mi esposa y yo sé que fue en mérito de este tremendo esfuerzo.

 

Todavía me falta mucho trabajo por hacer. Pero sé que esto es algo con lo que el hombre lucha hasta su último día de vida.

 

Hoy soy un hombre completamente diferente. Y nunca me pierdo mi sesión de treinta minutos: en la terraza, en el living, en la calle. No importa dónde esté, no falto a mi cita! Y siendo un ex adicto al porno, ex modelo, etc, puedo decir que soy un milagro andante. No crecí religioso ni crecí con ningún deseo de santidad, pero si yo pude escaparme de ese mundo y ahora vivo una vida prácticamente limpia, entonces TODOS PUEDEN!

 

A veces tengo que asistir a lugares donde hay muchas mujeres. O a bodas y demás eventos, donde el desafío no es fácil, pero con la perseverancia de los treinta minutos, logré superar miles de desafíos. La diferencia entre antes y ahora es fenomenal.

 

Siendo un hombre que tenía ojos de ping pong, mirando de acá para allá, hoy puedo decirles con la mano en el corazón que no sólo que guardo mis ojos sino que en los días buenos ni siquiera siento que la lujuria me atraiga. Y si por accidente llego a ver algo, mi cuerpo prácticamente no reacciona, o sea, no siento nada por esa mujer. ¡Algo completamente sobrenatural!

 

Rabino Arush, Rabino Yonatan, gracias por convertirme en la persona que soy hoy y revelar mi verdadero yo. Ojalá que todo el que lea este artículo lo ponga en práctica y que sepa que sin lugar a duda  la perseverancia da resultados.

 

Con gratitud,

 

El Sr Limpio.

 

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1. Yotambien

9/04/2019

Gracias por tus palabras Me motivan Hashem q nos ayude

Gracias por tu respuesta

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