El sabor de la vida

¿Para qué todas estas esperanzas y aspiraciones si cada uno de nosotros va a terminar en el cementerio?

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Rabino Shalom Arush

Posteado en 04.04.21

En estos últimos días de Elul antes de Rosh Hashaná, deberíamos dedicarnos a un serio proceso de introspección. ¿Qué estamos haciendo en la tierra? ¿Para qué todo el esfuerzo? ¿Por qué la vida es tan difícil? ¿Para qué todas estas esperanzas y aspiraciones si cada uno de nosotros va a terminar en el cementerio?

 

La vida no tiene que ser tan negra.  Podemos darle un sabor muy agradable, pero…

 

Sin emuná, la vida no tiene sabor, porque al final todos nos enfrentamos al mismo destino lóbrego: la muerte. Si la muerte es el final definitivo, entonces toda la vida no sirve de nada. Incluso si uno logra hacer realidad sus sueños, no podrá disfrutar de ellos por siempre. El Rey Salomón dice: “Así como salió del vientre de su madre, desnudo, así retornará tal como había venido, sin poder rescatar nada de toda su labor para llevarse consigo” (Eclesiastés 5:14). Además, nadie sabe cuándo llegará su último día. Todos los grandiosos planes que uno tiene perfectamente calculados pueden anularse abruptamente en cualquier momento. La persona es sacada de este mundo sin lograr ni siquiera la mitad de lo que había esperado lograr. Nuestros Sabios afirman que nadie muere sin desear tener el doble de lo que tiene. Y de hecho, la vida está más llena de dificultades y sufrimiento que de momentos felices, pues el Rey Salomón también afirma que “Porque todos sus días son dolor y aflicción” (ibíd 2:23).

 

 

Uno de los grandes sabios dijo una vez: “Todo el mundo dice que existe ‘este mundo’ y el ‘mundo venidero’. Nosotros creemos en el mundo venidero. Tal vez haya también un ‘este mundo’ pero el lugar en el que estamos ahora parece más bien un purgatorio, lleno de sufrimiento y de tribulaciones. De hecho, no hay ‘este mundo’ en absoluto” (Likutey Moharán II:119).

 

Fíjate en la gente que te rodea: tus parientes, tus vecinos, tus socios en el trabajo, tus compañeros de clase. Todos tienen problemas. Algunos tienen problemas de salud. Otros tienen problemas con el sustento o tienen problemas mentales. Otros tienen problemas con sus hijos y también están los que no tienen hijos. Incluso si nos fijamos bien de cerca en las historias de éxito, vamos a descubrir a una persona que oculta su sufrimiento tras una máscara brillante. Miren cuántas bancarrotas, cuántos divorcios y cuántos suicidios acompañan a los ricos y los famosos. La realidad está frente a nosotros: nadie tiene una verdadera gratificación en este mundo. Sin emuná, nadie tiene sentido y la vida prácticamente no tiene sentido.

 

La emuná le da sabor a la vida: es la razón para vivir. Incluso el que sufre toda su vida encuentra consuelo y fortaleza en la emuná. El mundo afuera está tenso y enojado. Todos están apurados. Pero si tuvieran emuná, tendrían paz, entenderían que todo está bajo la Dirección Divina y que no tenemos motivos para sentir ansiedad. Si todos tuvieran emuná, veríamos la Redención con la que tanto soñamos.

 

 

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1. Lucero Hernadez

9/20/2017

Las dificultades son bendiciones

No he podido encontrar este artículo gracias

2. Lucero Hernadez

9/20/2017

No he podido encontrar este artículo gracias

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