Simple y natural

Todo el mundo se deprime un poco de tanto en tanto. Eso es algo normal. Y hay veces en la vida en que se trata de algo más que una simple depresión leve.

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Yardena Slater

Posteado en 15.03.21

Todo el mundo se deprime un poco de tanto en tanto. Eso es algo normal. Y hay veces en la vida en que se trata de algo más que una simple depresión leve. Pero la depresión no es necesariamente una enfermedad para la cual uno tenga que tomar pastillas psiquiátricas, cuyos efectos secundarios incluyen (dependiendo del remedio) náusea, constipación, boca seca, nerviosismo, hipertensión, disfunción sexual, falta de memoria, somnolencia, psicosis, alucinaciones, despersonalización, ideas suicidas, ataques al corazón, derrame cerebral y muerte súbita…

 

El hecho de que la mayoría de la gente piense que es normal y seguro tomar estos remedios (100 millones de personas los consumen en el mundo entero, entre los cuales 17 millones son niños) es lo que yo llamo “el dominio de la comercialización”. El sistema está categorizando a la gente de “enferma” pero no está diagnosticando la causa de la enfermedad. ¡Buen trabajo, estimadas farmacéuticas!

 

Explica el psiquiatra Dr. Peter Bregin: “Estamos frente a una tragedia de enormes proporciones. Las drogas psiquiátricas de todas las clases están dejando a la gente expuesta a riesgos a largo plazo, tales como un declive pronunciado en la calidad de vida, apatía, incapacidad crónica, y hasta contracción del cerebro. Cuando la gente trata de dejar las pastillas psiquiátricas, muchas veces sufren nuevos síntomas de daños inducidos por las drogas que estas estaban suprimiendo. Y entonces el paciente sufre física y emocionalmente, y resulta incluso peligroso dejar estos medicamentos.

 

Posiblemente sí exista una necesidad real de las drogas psiquiátricas en ciertos casos, yo no voy a presumir de juzgar en ese sentido, pero hay algo que les puedo decir con seguridad: que sería muy buena idea chequear algunos temas antes de consumir sustancias capaces de alterar el cerebro que tienen efectos muy desagradables e incluso peligrosos.

 

Si te sientes leve o moderadamente deprimido o ansioso, por favor prueba lo siguiente antes de pensar en tomar decisiones más drásticas:

 

Hazte un análisis de sangre para chequear tu nivel de vitaminas B y vitamina D. Si alguna de ellas está a un nivel bajo, obviamente tú también te sentirás por el piso. Entonces la solución es tomar suplementos de estas vitaminas. Para la vitamina D, lo mejor es tomar una hora de sol diaria.

 

Chequea tu glándula suprarrenal para ver si está funcionando bien. Si sufres de mal funcionamiento de la suprarrenal entonces te estarás sintiendo deprimido. Esto se puede chequear con un iriodólogo.

 

Fíjate en tus hábitos de sueño: ¿acaso vas a dormir casi todas las noches después de medianoche? Las horas en las cuales tu cuerpo te cura y te rejuvenece mientras estás durmiendo terminan a las 2 de la madrugada. Necesitas por lo menos 4 horas de estas para sentirte lleno de vigor al despertarte. Así que si no las estás recibiendo, te vas a sentir de mal humor, cansado y deprimido.

 

Fíjate en tus hábitos alimenticios: ¿empiezas a comer temprano a la mañana y sigues comiendo hasta las 8 o 9 de la noche? ¿Todo el día sigues comiendo “algo” en el medio? Cuanto más comes, más carga estás poniendo en tu sistema digestivo. Y el sistema digestivo que está sobrecargado le quita toda la energía a la persona y sí, la hace sentir letárgica y deprimida.

 

Limita tus horas de consumo de comida a un máximo de ocho horas. O sea, si desayunas a las 9 am, entonces tu última comida será a las 5 de la tarde. Pero lo mejor es empezar a comer a las 10 – 11 am y terminar a las 6 – 7 de la tarde. Y no comas entre comidas.

 

¿Estás consumiendo mucha harina blanca y azúcar blanca? Estos productos hacen que te suba la insulina, dándote energía inmediata pero luego quitándotela por completo, haciendo que baje en picada, lo cual hace que uno se sienta “hecho polvo” el resto del día. Reduzcan o eliminen por completo los productos que contienen azúcar y todo lo que contenga harina blanca.

 

Yo sé que esto suena muy simple, demasiado simple como para que realmente ayude en algo, pero es que Hashem hizo que las cosas fueran simples. La salud no es un tema tan complicado, por más que la industria farmacéutica (que maneja 300 billones de dólares) te haga creer que sí lo es. Si necesitas corregir alguno de los puntos que hemos mencionado y realmente lo corriges, entonces advertirás una enorme mejora en tu estado de ánimo. Date un mes y luego vuelve a evaluarte. Si Dios quiere, nunca más vas a tener que tomar pastillas psiquiátricas.

 

Cuando decidimos, aunque sea solamente a nivel físico, rectificar las decisiones de estilo de vida que tomamos en el pasado, enseguida se percibe una clara mejora en problemas tales como la depresión, la fatiga, la confusión mental, etc.  No hacen falta los medicamentos. No es que uno necesite drogas para mejorar su estado. Lo que necesita es fijarse qué estilo de vida está llevando. Un mal estilo de vida es lo que está creando el problema. Obviamente la depresión tiene ángulos espirituales y emocionales que hay que tratar, pero aquí solamente me estoy refiriendo al aspecto físico.

 

Hashem creó este mundo con leyes, por las cuales debemos dar las gracias cada día. Estas leyes nos indican cómo debemos vivir. Qué tremenda bendición es que tu propio cuerpo te demuestre cuándo no estás viviendo de acuerdo con la voluntad de Hashem.

 

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1. Andrea

8/25/2020

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