Las mujeres (odiosas) del Muro

La verdad es que siento repugnancia por lo que está pasando en el Kotel, el sitio más sagrado de la tierra. Mujeres confundidas se muestran envueltas en talit y usando tefilín, exigiendo la libertad para expresar sus “derechos religiosos”. Esto es un absurdo total. Al mismo tiempo, están privando a las mujeres tradicionales de su derecho a rezar en el Kotel.

Estas así llamadas “Mujeres del Muro” sienten que están luchando por igualdad religiosa y espiritual. En mi opinión, están totalmente equivocadas. ¿Quién las eligió para que fueran las voceras de toda la población de mujeres judías? Yo por lo menos, no!! ¿Y ustedes?

No me malinterpreten. A mí no me molesta que ellas quieran ponerse talit y tefilín. Es obvio que todo el que tiene una mínima noción de Torá sabe que esta es una mitzvá de los hombres. Y los que piensan de otra mnera está afirmando una de dos: o bien que la Torá es imperfeta y debería haber sido redactada como la constitución de los EEUU, dando igualdad de expresión a todos (excepto los negros esclavos y los indios nativos), o bien ellos piensan que son más sabios que los Sabios que difundieron la sabiduría de la Torá a las masas.

Si una mujer quiere ponerse las prendas espirituales de un hombre, esa es su decisión. Lo importante es que no imponga su punto de vista al resto del mundo. Muchas personas se dan cuenta de los chanchullos de estas mujeres. Saben que están buscando la atención y están tratando de hacer olas en contra de los rabinos ortodoxos y el judaísmo tradicional en general.

Sinceramente yo no sé si ellas realmente creen que están luchando por una causa – la libertad de expresión de nuestro judaísmo según nos parezca. ¿Cómo es posible que piensen algo así? Si realmente estuvieran luchando por la libertad de expresión religiosa de todas las mujeres, entonces ¿cómo van a condenar a las mujeres que eligen expresar su judaísmo de manera tradicional? Y digamos, por ejemplo, que ellas ganan la batalla (Dios no lo permita). ¿Acaso van a pensar que su misión ha sido lograda? ¿O acaso esto es solamente un primer paso en una serie de intentos por destruir todo lo que representa el judaísmo observante y tradicional?

Al principio yo había pensado que estas mujeres eran simplemente anti-hombres y anti-religión. Pero cuanto más pensé en el tema, más me di cuenta de que no odian a los hombres. ¡Odian a las mujeres! En mi artículo intitulado “La feminista anti-feminista”, analicé el hecho de que el feminismo moderno en realidad es un intento por convertir a las mujeres en hombres. Actualmente, muchas mujeres se visten como hombres, hacen los mismos trabajos que hacen los hombres y hasta actúan socialmente como hombres.

Estas mujeres sufren de una grave confusión de lo que es el verdadero feminismo. El verdadero feminismo es usar tus talentos, tus capacidades, y tus dones espirituales para llegar a ser la mujer más increíble que puedes llegar a ser. No se trata de negar tu condición de mujer para demostrar que eres capaz de funcionar como un hombre!

Las mujeres (odiosas) del Muro se están engañando completamente a ellas mismas. Piensan que están luchando una batalla contra el judaísmo tradicional y los puntos de vista arcaicos. Pero lo que están haciendo realmente es luchar una batalla contra el Mismo Dios.

Y yo creo que básicamente su batalla es por falta de emuná. Lo que estas mujeres están haciendo es gritarle a Dios: “¡Dios! ¿Por qué me hiciste mujer? ¿Por qué no me diste la misma vida que les diste a los hombres? ¿Por qué me pusiste en un rol más sumiso? ¡Yo no quiero lo que Tú me diste! ¡Yo sé mejor que Tú qué es lo mejor para mí! Y yo voy a demostrarle al mundo que Tu sabiduría es incompleta! Las mujeres se merecen elegir quiénes quieren ser!”.

Si estas mujeres hubiesen tomado el tiempo para entender el judaísmo en vez de denigrarlo, se habrían dado cuenta de que las mujeres, en realidad, son el papel dominante en el judaísmo. La Torá les da a las mujeres el total control de la familia, de las finanzas, de todos los temas espirituales. La mujer es literalmente la cabeza de familia.

Ella es la que manifiesta todo el trabajo espiritual del marido. Cuando su familia recibe bendiciones y abundancia, es todo gracias a ella. Su marido y sus hijos van a alcanzar su potencial gracias al esfuerzo de ella, gracias a su abnegación.

Es verdad, no es fácil ser mujer. Estas mujeres confundidas serían muchísimo más felices si trabajaran en su emuná y aprovecharan al máximo todo lo que Dios les dio. Pero en lugar de eso están tratando de deshacerse de los regalos de Dios para vivir la vida de un hombre.