Súper padres en 5 minutos

¿Quién no quiere que sus hijos piensen de él para toda la posteridad que él o ella fue la más grande y mejor influencia que tuvo en la vida?

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Rabino Lazer Brody

Posteado en 15.03.21

¿Quién no quiere que sus hijos piensen de él para toda la posteridad que él o ella fue la más grande y mejor influencia que tuvo en la vida? ¡Y así debería ser! ¿Quién no quiere ayudar a cada uno de sus hijos  a que alcance su máximo potencial mientras desarrolla sus buenos puntos? Si no es así, entonces hay algo que debemos cambiar.

 

La mejor manera de evaluarnos como padres es preguntarnos qué rasgos de carácter nos hubiera gustado ver en nuestros propios padres. Luego podemos escribir una lista de esos rasgos y evaluarnos según nuestros propios estándares.

 

Después de muchos años de escuchar los problemas que tiene la gente con sus propios padres, esta es la lista que preparé de las cosas que cada persona quiere ver en sus propios padres:

 

  1. Quiero que a mis padres yo realmente les importe.
  2. Quiero que mis padres crean en mí, o sea, que nunca me menosprecien ni me impidan tener éxito.
  3. Quiero que mis padres reconozcan y valoren mi individualidad, o sea, que sean conscientes de que tengo mis propios puntos fuertes y puntos débiles y que nunca me juzguen comparándome con los demás.
  4. Quiero que mis padres sientan genuino interés en cómo me siento.
  5. Quiero que mis padres que escuchen con atención.

 

¿No es cierto que la vida sería un sueño con padres como estos? ¿Y qué problema hay si no tuvimos ese privilegio? ¿Por qué no podemos nosotros mismos transformarnos en súper padres? Esto es una garantía para tener hijos felices y contentos y capaces de adaptarse a cada situación en la vida.

 

Empecemos evaluándonos a nosotros mismos: 

    

  1. ¿Realmente nos importa nuestro hijo? ¿Solamente queremos lo mejor para él? No te apresures a responder que sí. ¿A cuántos padres les importa únicamente su propio prestigio y el honor que les confiere su hijo, sin tener verdadera compasión por la felicidad y el bienestar del hijo? ¿Cuántos padres “aman” a sus hijos únicamente cuando traen buenas calificaciones o cuando les asignan el rol de protagonistas en la obra de teatro? ¿Cuántos padres desprecian a sus hijos si no cumplen con todas sus exigencias? Eso no es amar a un hijo. Eso es amarse excesivamente a uno mismo. Eso es egoísmo, no compasión. Felices de aquellos padres que aman a sus hijos incondicionalmente, tanto si el hijo es autista como si es el abanderado de la escuela.
  2. ¿Realmente creemos en cada uno de nuestros hijos? Menospreciar a un hijo es una transgresión de la Torá peor aún que comer cerdo. ¡Debemos evitarla a toda costa! Decirle a tu hijo-a que crees en él o en ella es el más grande empoderamiento que puedes darle. Cuanto más creemos en Hashem, más podemos creer en nuestros hijos, porque sabemos que Hashem creó a cada uno con las herramientas que necesita para llevar a cabo su misión en la tierra. Y esto nos lleva al punto siguiente:
  3. ¿Acaso reconocemos y respetamos la individualidad de cada hijo? No podemos hacer eso a menos que creamos que Hashem crea a cada hijo con los rasgos únicos y singulares que no posee ninguna otra persona. El padre que no logra percibir los rasgos únicos de su hijo no tiene idea de las necesidades ni de la identidad de ese hijo. Para poder valorar a nuestros hijos, debemos primero conocerlos muy bien. Y para eso tenemos que pasar tiempo de calidad con ellos.
  4. ¿Sabemos cómo se sienten nuestros hijos? El padre que demuestra simpatía y empatía por sus hijos es capaz de eliminar situaciones potencialmente traumáticas para los hijos simplemente manteniendo abiertos los canales de comunicación. ¡Cuántos padres están demasiado “ocupados” como para escuchar a sus hijos! La madre que está más metida en Facebook que en la vida de sus hijos jamás va a poder saber qué es lo que pasa con ellos ni qué es lo que los hace felices. Y comprarles sus propios IPod o Playstation no es sustituto para la compasión paterna.
  5. ¿Escuchamos a nuestros hijos? Esta es un área crucial para la salud emocional del niño. Los niños cuyos padres no los escuchan crecen llenos de resentimiento e inseguridad. “¿Por qué mamá habla con sus amigas durante horas pero no tiene cinco minutos para mí?” o “¿Por qué papá se ríe y bromea con toda la paciencia del mundo con sus compañeros de fútbol pero no tiene un rato para mí?”. Los padres que no saben escuchar reaccionan encogiéndose de hombros y haciendo como que no entienden: “¿Por qué mi hijo busca amor y atención en lugares sucios?”.

 

Si revisamos estos cinco puntos con cuidado en nuestra sesión diaria de plegaria personal durante apenas cinco minutos por día vamos a transformarnos en súper padres dentro de noventa días. ¡Garantizado! ¿Cómo lo sé? Porque es un modelo adaptado de nuestro Padre, Hashem, el más grande Padre que existe.

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1. Alicia

1/02/2024

Inicio 1ro. Enero 2024 que HaShem me guíe para ser una buena madre

2. yo

8/01/2018

muy bueno

Muy bueno , deberían leerlo todos los padres ,para asi educar mejor gracias, hermano David

3. yo

8/01/2018

Muy bueno , deberían leerlo todos los padres ,para asi educar mejor gracias, hermano David

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