¿“No puedo” o “No quiero”?

En la vida cotidiana, vemos que uno puede alcanzar grandes logros usando apenas una medida mínima de fuerza de voluntad.

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Grupo Breslev Israel

Posteado en 28.07.24

En la vida cotidiana, vemos que uno puede alcanzar grandes logros usando apenas una medida mínima de fuerza de voluntad. Esto significa que, en muchos casos, si una persona dice que no puede hacer algo, en realidad lo que está diciendo es que no quiere hacerlo. Como dice el dicho: No puedo’ es primo hermano de ‘No quiero’. Quiere decir que uno se está engañando a sí mismo, porque cuando realmente quiere hacer algo, lo hace.

Y para ilustrar este concepto, te voy a contar una maravillosa historia del Tana Devei Eliahu:

Una vez, mientras iba de viaje, [cuenta el Profeta Elías] me encontré con un hombre que no sabía Jumash ni Mishná y que hablaba [del estudio de la Torá] en tono de burla.

Cuando se dirigió a mí, le dije: Hijo mío, ¿qué le responderás a tu Padre en el Cielo el Gran Día del Juicio?.

Y él me contestó: Rabino, tendrá una respuesta para mi Padre Divino el Gran Día del Juicio. Le diré que desde el Cielo no me dieron el entendimiento y el conocimiento para estudiar Jumash y Mishná.

Entonces yo le dije: Hijo mío, ¿cuál es tu oficio?

Él me dijo: Atrapo pescados en redes.

Le dije: Hijo mío, ¿quién te enseñó a tomar el lino y tejerlo para formar redes y arrojar las redes al mar, y atrapar a los peces y sacarlos del mar?

Él me dijo: Rabino, desde el Cielo me dieron el entendimiento y el conocimiento para hacer esto.

Le dije: Hijo mío, así como te dieron el entendimiento y el conocimiento para echar redes y pescar peces en el mar, en lo que refiere a palabras de Torá ─con respecto a las cuales está escrito: ‘Esto está muy cerca de ti’─ ¿acaso no te concedieron entendimiento y conocimiento?.

El hombre se puso a gemir, alzó la vez y lloró.

Le dije: Hijo mío, no te sientas mal. Hay otras personas que también responden de la misma manera que me respondiste tú. Las capacidades que tienen [en otras áreas] son prueba en su contra [pues demuestran que son capaces de estudiar Torá] (Tana Devei Eliahu 14).

Todos tenemos una larga lista de excusas y justificaciones para explicar por qué no podemos y por qué nos cuesta servir a Hashem, estudiar Torá, rezar y rectificar nuestros rasgos de carácter. Por medio de estas excusas, tratamos de calmar nuestra conciencia y seguir durmiendo la vida. Pensamos que, con esta lista, cuando lleguemos a la Corte Divina, convenceremos a todos allá Arriba de que teníamos razón. Pero allá nos van a decir: La obra de tus manos atestigua en tu contra. Porque en otros ámbitos, en cosas que sí querías, lo lograste. Incluso cuando enfrentaste una multitud de obstáculos prácticamente insuperables, te esforzaste, fuiste perseverante y lograste tu objetivo – porque realmente lo querías. Si no lograste algo, fue porque no lo querías.

Cuando la persona llegue al Cielo (después de sus 120 años), le van a preguntar por qué no cumplió ciertas mitzvot. ¿Por qué no logró estudiar la Torá en su totalidad? ¿Por qué no logró santificarse por completo? ¿Por qué fumó? ¿Por qué fue adicto a las apuestas?  ¿Por qué frecuentó sitios de pornografía en internet? Él ofrecerá toda clase de excusas: No pude… Me costaba mucho… Yo era adicto…, etc. Y entonces le responderán con rigor: ¡Es porque no quisiste!. Él replicará: Bueno, en realidad, no fue exactamente así. Tuve que enfrentarme a muchos obstáculos. Yo tenía una mala inclinación muy fuerte. Además, no tenía tiempo libre. Mi padre no me lo permitió. Mi esposa se oponía. No tenía dinero. Estaba enfermo. No tenía nadie con quién estudiar. No tenía nadie que me ayudara, etc. Y entonces le responderán: Todo lo que dices es cierto, pero no aceptamos ninguna de estas excusas, porque ellas no son el motivo real por el cual no lograste estudiar Torá. El motivo es otro: ¡porque no quisiste! ‘No puedo’ significa ‘No quiero’. La persona que quiere, puede.

Uno siempre debe recordarse a uno mismo: Lo que uno hace es una expresión de quién es. Piensa en esto: cuando quieres hacer algo, logras hacerlo. Si algo te es importante, entonces vas a encontrar el tiempo, la energía y la capacidad para hacerlo. Y entonces te das cuenta de que, con la ayuda de tu fuerza de voluntad, podrás alcanzar grandes logros en tu vida. Eres capaz de alcanzar cada objetivo que te propongas. Todo lo que haces en la vida es exactamente lo que quieres hacer, porque si verdaderamente quisieras hacer otra cosa, entonces estarías en otra situación muy distinta en la vida. Tus circunstancias personales son irrelevantes en este caso. El principal ─o de hecho, el único─ factor a tener en cuenta es tu voluntad. Por lo tanto, la primera pregunta que se le plantea al ser humano en el Cielo es acerca de su voluntad. Y el principal tema por el cual será juzgado será acerca de su voluntad. Este es el significado de lo que dijo Rabí Najman: Lo que la persona quiere hacer, lo hace.

He explicado este concepto en detalle para inspirar al lector a que utilice sus capacidades. En la mayoría de los casos, cuando la persona aplica aunque sea un poco de voluntad, encuentra soluciones a cada obstáculo que se le presenta y obtiene la fuerza y la energía necesarias para hacer todo lo que necesita hacer. Pero a veces ocurre también que la persona se enfrenta a obstáculos que no puede superar de ninguna manera, en cuyo caso sus excusas están absolutamente justificadas. En el Cielo le dirán que todo lo que afirma es cierto y que realmente tuvo que enfrentar grandes obstáculos, pero también le preguntarán: Pero ¿por qué no quisiste? Es verdad que no tenías la capacidad de llevarlo a cabo, pero sí tenías la capacidad de querer llevarlo a cabo. ¿Por qué no quisiste? Si tan sólo hubieras querido, habrías recibido ayuda, porque ‘allí por donde uno quiere ir, por allí lo conducen’. Si tan sólo hubieras fortalecido tu voluntad, que es algo que sí podías hacer, entonces desde el Cielo te habrían guiado. Habrías encontrado muchos caminos nuevos y habrías alcanzado muchos objetivos que de otra manera ni siquiera habrías podido soñar con alcanzar. Y es que Hashem posee todos los recursos que pueden ayudarte a alcanzar lo que te propones. Pero incluso si no podías alcanzar esos objetivos, el hecho de tener una gran fuerza de voluntad habría sido suficiente para que en el Cielo quedara inscrito un logro a tu nombre, y no habría ninguna queja ni reclamo en tu contra, porque lo principal que se espera de ti es tu voluntad.

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