¡Lucha! ¡Lucha! ¡Lucha!

Es fundamental que cada uno se dé ánimo a sí mismo a seguir esforzándose persistente y continuamente para crecer.

Uno nunca debe perder la Esperanza, aunque haya sucumbido a las transgresiones más graves. No puede permitirse pensar que está abandonado.

“Huye por tu vida, no mires detrás de ti, y no te pares en toda la llanura. Huye a la montaña, no sea que perezcas”. (Bereshit19:17)

Concéntrate en la tarea

Pirkei Avot (capítulo 4, Mishná 1) nos enseñó: ¿Quién es sabio? Aquel que aprende de todos. El Baal Shem Tov explicó que se puede aprender algo literalmente de cualquiera. Uno puede utilizar la sabiduría que aprende de los demás para su propio crecimiento espiritual.

El Maguiid de Mezritch le enseñó a R’ Zusha de Anapoli, que hay siete cualidades de un ladrón que cada persona puede aplicar hacia su servicio Divino, su Avodat Hashem. Una de esas lecciones es la persistencia del ladrón. Si fracasa la primera noche, volverá a intentarlo la noche siguiente.

Esto, explicó el Maguid, proporciona una poderosa lección para nuestro Avodat Hashem. Uno no puede darse por vencido, no debe desesperar, cuando lucha por encontrar el éxito en su Avodat Hashem. Siempre tiene que recordar que hay altibajos inevitables, momentos de éxito y momentos de lucha. Y es fundamental que uno se anime a sí mismo a seguir esforzándose persistente y continuamente por crecer.

No te quedes atascado en el fango

En una ocasión, alguien se reunió con R’ Abraham de Slonim y, con el corazón destrozado, le dijo que por mucho que se esforzara, era incapaz de servir a Hashem como es debido. Le expresó que se sentía como si estuviera atascado en el barro sin posibilidad de salir.

El Rebe le respondió: “Es muy posible que estés atascado en el barro. Sin embargo, si te quedas ahí sentado, seguramente nunca saldrás. Si sigues caminando, al final te liberarás”.

El pasuk dice en Tehilim (103:5) “Tu juventud se renueva como el águila”. R’ Levi Itzjak de Berdichev explicó que el águila puede perder una pluma de vez en cuando. Sin embargo, inmediatamente vuelve a crecer. Así también, cuando una persona está en un estado espiritual bajo y no puede ver cómo podrá crecer en su Avodat Hashem, no debe perder la esperanza. Por el contrario, debe creer que puede recuperar su fuerza y crecer a nuevas alturas.

Encuentra las gemas

R’ Simja Bunim de Peshisja dijo que hay dos enfoques muy diferentes para buscar piedras preciosas. Si uno busca en un lugar donde no es seguro que haya piedras preciosas, si no las encuentra inmediatamente, continuará buscando pero en algún momento se dará por vencido y seguirá su camino. Pero si una persona busca en un lugar que es sabido que tiene piedras preciosas, no se va dar por vencido hasta que las encuentre.

Esto, explica R. Bunim, se refleja en el pasuk (Mishlei 2:4-5): “Si la buscáis como plata y la buscáis como tesoros, entonces comprenderéis el temor del Eterno”. El Midrash Tanjuma (Vayeishev) expuso este pasuk ofreciendo una analogía de alguien que ha perdido una piedra preciosa. ¿Qué haría un a persona en esa situación? Buscaba en cada grieta y destapaba cada piedra hasta encontrar su gema perdida.

Todo el mundo sabe que la Torá y las mitzvot son como “gemas enterradas” que están ocultas dondequiera que uno esté. No debe desesperarse ni perder la esperanza si no las encuentra inmediatamente. Si busca con todas sus fuerzas, sin duda encontrará todas las fuerzas para cumplir y observar todas las mitzvot.

No se trata sólo de hacer el bien

Uno no puede perder la esperanza aunque haya sucumbido a las transgresiones más graves. No puede permitirse pensar que está abandonado.

El Bat Ayin enseñó: “Hashem está cerca de ti incluso después de que hayas cometido una transgresión grave, como dice (Vaikrá 16:16), ‘que habita con ellos en medio de sus impurezas’. Si uno no cree en esto, es como un hereje”.

Del mismo modo, R’ Moshe de Kobrin dijo: “Si uno no puede rezar ante su Padre en el Cielo después de haber transgredido la más grave de las transgresiones, como un hijo pecador ante su padre, entonces ni siquiera ha entrado en el umbral del judaísmo, del Yiddishkeit”.

Un combate de lucha libre

La persona que lucha por derrotar a su Yetzer Harah, incluso si ha fallado múltiples veces, es llamado un “tzadik”. Como dice (Mishlei 24:16): “Porque un justo puede caer siete veces y se levanta”. El tzadik cae muchas veces. Sin embargo, cada vez, lucha para vencer a su Yetzer Harah y levantarse de nuevo. Por lo tanto, sigue siendo un tzadik.

Los Seforim comparan esta batalla con un combate de lucha libre entre dos hombres. En un momento dado, uno domina al otro. Ambos reciben golpes y quedan ensangrentados. Sin embargo, el último que se levanta y se marcha es el vencedor. Y recibe premios y distinciones aunque también esté ensangrentado y herido.

La lucha contra la Inclinación al Mal es igual. Hay momentos en los que la Inclinación al Mal lleva las de ganar y asesta golpe tras golpe. Sin embargo, si al final eres tú el que se levanta, eres el vencedor y te espera una recompensa inimaginable en Olam HaBa (el Mundo Venidero).

R’ Mordejai de Lechovitch dijo: “En la batalla contra la Inclinación al Mal, recibirás y recibirás algunos golpes. Lo único que importa es que des el golpe final”.

“Huye a la Montaña”

Este es el mensaje que el Ángel le da a Lot, cuando lo estaba sacando de Sodoma, con la condición de que se arrepienta y se purifique de sus malos caminos.

Comienza, “Huye por tu vida…” El Ángel le estaba diciendo que huyera de la influencia de Sodoma. Y “no mires atrás”, no pienses en tus transgresiones pasadas.

El pasuk continua, “y no te pares en toda la llanura”, lo que significa que no medites sobre estas transgresiones porque te causarían desesperación y abatimiento.

Más bien, “Huye a la montaña” – enfócate en invertir toda tu energía y fuerza en crecer en tu Avodat Hashem.