¡Sustento, no sermones!

No sólo que el marido se compromete a proveerle a su mujer todas sus necesidades, sino que además se compromete a ir a trabajar para poder proveérselas

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Rabino Shalom Arush

Posteado en 15.03.21

La ketubá, que en el judaísmo es el contrato matrimonial entre marido y mujer, y en el cual se enumeran todas las obligaciones que tiene el marido para con su mujer, se inicia con esta frase: “besiata dishmaia”, frase aramea que significa “con la ayuda del Cielo”. Vale decir que en todo lo referente a sus compromisos, el marido se está conectando con la fe, con la emuná, porque únicamente a través de la emuná él va a poder hacer frente a todos sus compromisos.

 

Sin embargo, inmediatamente después, él se compromete también a ir a trabajar, y nuestros Sabios enseñan que no sólo que el marido se compromete a proveerle a su mujer todas sus necesidades, sino que además se compromete a ir a trabajar para poder proveérselas. Esto refuta los argumentos de aquellos maridos que dicen tener tanta “emuná” en Hashem que no tienen necesidad de ir a trabajar.

 

Y cuando la mujer se queja de que no tiene dinero para darles de comer a sus hijos, el marido le reprocha que es ella la que no tiene emuná, alegando que Hashem no quiere que ellos tengan sustento, y que ella tiene que aceptar eso de buena gana; además, él la acusa de no creer que todo es para bien, etc. Le da un sermón y hasta se enoja con ella, acusándola de que no cree en Hashem…

 

Sin embargo, nuestros Sabios, que conocían perfectamente el carácter del hombre y sabían lo que iba a suceder con las parejas, establecieron que el novio debía comprometerse a ir a trabajar para mantener a su mujer. Y si el marido no tiene forma de mantenerla, entonces sí o sí tiene que salir a trabajar. Porque en el contrato matrimonial no dice “Yo me comprometo a enseñarte a tener emuná”, sino que dice “Yo me comprometo a ir a trabajar”. No trates de enseñarle a tener emuná; ¡tú eres el que tiene que aprender a tener emuná! ¡Tú tienes que aprender a confiar en Hashem, y creer que Él te va a proveer el sustento para toda tu familia! Lo que tienes que darle a tu mujer es sustento, no sermones. Porque si nuestros Sabios hubieran querido que la mujer se fortaleciera en emuná y en confianza en Hashem, no le habrían hecho firmar al marido que este se comprometía a mantener a su mujer, sino que la habrían hecho firmar a ella que se comprometía a tener emuná en Hashem y que no se iba a quejar al marido…

 

Y a todo aquel que argumente que en todas las generaciones siempre ha habido grandes tzadikim que no tenían ni un centavo y siempre vivieron en la más abyecta pobreza, les puedo garantizar que ninguno de ellos le debía dinero a la gente y se arreglaban con lo poco que tenían. Eran completamente felices con lo que les tocó en la vida y siempre les transmitieron a sus mujeres sentimientos positivos, porque si bien no eran millonarios, jamás se sintieron como personas pobres.

 

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1. serafin

1/17/2024

Yo no tengo sustento no encuentro trabajo no se que quiere hashem de mi le pido ayuda y no la veo

2. Omar I

10/21/2021

Muy lindo mensaje del Rab Arush. Que El creador lo bendiga siempre y le brinde mucha sabiduría.

3. Haydee Córdova Holguín

9/24/2019

que bonita enseñanza pera los hombres, en la ley judía , Ojalá los hombres de mi pais conocieran estas leyes y lo aplicarán, es todo lo contrario en mi pais, las mujeres trabajamos para mantener a nuestros hijos..

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