¿Quién es el dueño?

“Nosotras parimos, nosotras decidimos”. “Es mi cuerpo, yo decido”. “Aborto legal, seguro y gratuito”. Estos son algunos de los muchos slogans que dan la vuelta al mundo entero constantemente en favor del aborto legal. ¿Qué opinan de esto? A mí me parece totalmente surrealista.

Para empezar, la “propiedad” del cuerpo humano no es nuestra. Han leído bien, nosotros no somos nuestros propios dueños, sino que el cuerpo que tenemos es un préstamos que HaShem nos hace en este mundo (se lo hace a nuestra alma) para que podamos venir aquí y solucionar esos asuntillos que nos dejamos pendientes en otras vidas y que nuestra alma ansía superar y corregir.  Por tanto, el dueño de nuestro cuerpo es HaShem. Él ha sido Quien ha decidido el momento, el lugar y la forma en la que cada uno de los seres humanos es concebido y cómo llega a este mundo, y decide también cuándo se irá y qué tipo de vida va a tener. Tan solo en esta última parte tenemos un poquito de poder de decisión a la hora de optar por escoger un camino u otro, pero el resto de cosas están fuera de nuestro alcance.

Y si nuestro propio cuerpo no es de nuestra propiedad, entonces ya podrán imaginarse que tampoco somos dueños de esas pequeñas vidas que se forman en el vientre materno.

El cuerpo humano es sagrado, ha sido creado con amor por HaShem aunque los padres no se hayan querido. Es una creación de nuestro Padre bendito que está siempre velando por nosotros. No voy a entrar en debatir las circunstancias en las que una mujer se queda embarazada, ya que entonces podría estar escribiendo durante mucho tiempo y este artículo se haría increíblemente largo. Sin embargo, piensen por un momento en una mujer que está embarazada. ¿Realmente el feto que lleva dentro es de su propiedad? ¿Es acaso un coche nuevo o una prenda de ropa, un bolso, un libro, un perfume…? Es un ser humano, una vida que HaShem le ha entregado a su cargo. Es importante recalcar esto: se lo ha entregado para que se haga cargo de esta persona. Para que la alimente, la vista, la ayude a crecer y a desarrollarse como persona garantizando que llegue a la edad adulta en un estado sano y feliz. Los padres son responsables de brindarle todas las oportunidades para que aprenda Torá y sea una persona temerosa del Cielo.

Por tanto, además de que lo que se propone en todos estos movimientos es un claro asesinato, es del todo incorrecto desde un punto de vista técnico. Si una persona no es dueña de algo, en este caso consideran al feto como un “algo”, entonces no puede decidir qué hacer con él.

Por otro lado, tampoco se puede asesinar a alguien que no ha hecho absolutamente nada. Si alguien asesina a un niño de 5 años, es un asesino a vista de todos. Pero si una mujer aborta, entonces simplemente ha ejercido su derecho a decidir qué hacer con su cuerpo. La verdad es que no le encuentro ninguna lógica, más que salir impune de un delito muy serio, el más serio de todos: quitarle la vida a un inocente para garantizar el propio bienestar. De todas formas, la vida de estas mujeres se torna miserable ya que su conciencia no les permite seguir adelante sin recordar lo que han hecho. Nada de lo que hacemos en esta vida queda oculto, porque HaShem sabe todo lo que hacemos.

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