¡Ayúdame, y rápido!

El Jidushei HaRim, que era discípulo del Rebe de Kotzk, transmitió esta enseñanza en su nombre, añadiendo un agregado breve pero muy importante. Esto es lo que enseñó: “Cuando la persona hace un pedido al Santo Bendito Sea, por algo ─ya sea hijos, vida, sustento─, eso está en manos del Cielo. Si Hashem desea, Él puede darle lo que pidió. Si no, no, a menos que haya pedido temor Divino. Si la persona Le pide a Hashem con todo su corazón y con toda su alma que le llene el corazón de temor Divino, entonces Hashem no sólo que no dejará de responder a su pedido, sino que se lo concederá de inmediato”.

O sea que la plegaria para alcanzar logros espirituales sí o sí debe ser aceptada y que esta plegaria da frutos de inmediato, porque es la voluntad del Creador. En términos prácticos, el individuo está aquí para rezar para alcanzar el temor Divino. Por eso, el Jidushei HaRim explica: “Lo que está en manos de la persona es que por medio del anhelo y la voluntad con todo su corazón para alcanzar el temor Divino, por medio de eso, Hashem le da temor Divino, tal como está escrito: ‘Quién dará que sus corazones sean así, que Me teman’ (Deuteronomio 5:26): que tengan la voluntad de temer a Hashem y poner el temor Divino en sus corazones. Esto está en manos del individuo: por medio de una plegaria adecuada, él ciertamente causará un efecto y alcanzará el temor Divino”. Y estas palabras hablan por sí mismas.

Del mismo modo, Rabí Yehoshua de Belz enseña: “Se presume que todas las plegarias de Israel serán aceptadas y no volverán vacías. Pero hay que hacer una distinción: si la persona reza por temas espirituales, entonces se le responde de inmediato. Pero si reza por temas materiales, es posible que su plegaria no se cumpla”.

A partir de estas palabras, vemos que todo lo que hemos dicho aquí (que Hashem quiere darnos de inmediato, y que podemos pedirle que nos dé algo ya) se aplica únicamente a cuestiones espirituales, porque en el ámbito espiritual, la plegaria debe ser aceptada de inmediato. Pero cuando rezamos por asuntos materiales, si bien Hashem quiere prodigarnos una abundancia de bien, no podemos pedirle que nos salve de inmediato, sino que debemos esperar con paciencia a que nos envíe Su salvación. Esto se debe a que, cuando se trata de asuntos materiales, hay cálculos Divinos de por medio con respecto a lo que el individuo debe pasar en la vida y en qué circunstancias debe servir al Creador. A veces, si se lo rescata en el ámbito material, eso puede interferir con su misión espiritual, que es el principal factor a tener en cuenta. Por eso, Hashem frena su rescate material y está prohibido “forzar el momento”. Por el contrario, la salvación espiritual no puede evitarse, ya que alcanzarla es todo nuestro propósito en este mundo y es para lo que fuimos creados. Por eso, en los Salmos, el Rey David Le pide a Hashem en distintas ocasiones: “Ayúdame, rápido”, “Apresúrate a ayudarme”, “Rescátame enseguida”, “Apúrate, ayúdame” etc.